El Estrella Roja remonta a un endeble Olympiacos
Los griegos, condicionados por la expulsión de Benzia en el minuto 57, no supieron defender el 0-1 a favor y concedieron tres goles en tres fallos defensivos.
Jorge Otero
As
Belgrado tiene ganas Champions y el Estrella Roja regaló una noche para satisfacerlas. Los serbios remontaron a un Olympiacos que fue superior en la primera mitad, pero que se hundió tras la expulsión de Benzia en el primer cuarto de la segunda. Tres errores defensivos condenaron a los griegos, que no supieron defenderse con uno menos. Al final, 3 a 1 y el Estrella roja, segundo del grupo.
La primera parte discurrió sin pena ni gloria hasta el gol. El Estrella Roja, pese a tener la posesión del balón, se mostró como un equipo pasivo y lento. En los primeros 25 minutos, con el equipo serbio atascado e incapaz de encontrar a Marco Marin, los únicos acercamientos peligrosos eran de los griegos. Así, Guerrero, exjugador del Leganés y del Sporting, pudo poner por delante a Olympiacos en dos jugadas consecutivas que acabaron con sendos remates que se marcharon por la línea de fondo cerca del palo derecho de la portería.
Entre imprecisiones y faltas llegó el minuto 36 en el que Kamara, brújula de los visitantes, provocó una falta tras una buena arrancada en el centro del campo. Masouras no dudó en colgarla al área y en el segundo palo apareció Ruben Semedo para poner el 0 a 1 en el marcador. El portugués, que el pasado año militaba en el Huesca, batió a Borjan por el palo corto en un remate con la zurda en el que el portero canadiense pudo emplearse mejor. Trató de reaccionar el equipo local, pero apenas inquietó a José Sá. Solo tiró a puerta Jovancic, con una suave chilena en un córner al filo del descanso que atrapó sin complicaciones el guardameta portugués.
La expulsión de Benzia, decisiva
Los locales salieron con más empuje tras el descanso y rondaron el área de Olympiacos en los primeros diez minutos. La expulsión de Benzia por doble amarilla en el minuto 57 tras una falta sobre Cañas animó al Estrella Roja, que comenzó a asediar a los griegos. Los visitantes se plantaron en el campo a defender la renta favorable y buscaron salidas rápidas al contraataque con balones largos. El Estrella Roja apenas tardó cinco minutos en empatar el duelo. Milos Vulic, que había entrado en el campo por Jovancic en el 55, recogió un mal despeje de la zaga griega a un centro raso de Rodic en la zona izquierda del interior del área y perforó la meta rival.
El resto del encuentro se convirtió en un monólogo de los locales, que aprovecharon su velocidad en las bandas para tratar de abrir grietas a un Olympiacos que se defendía a duras penas con un hombre menos sobre el césped. Meriah desperdició una de las pocas ocasiones claras que tuvo Olympiacos para volver a ponerse por delante en el partido y pasó de héroe a villano en apenas un minuto. El defensa se desentendió de su marca en un córner y dejó que Milunovic rematara a placer. Cabezazo y gol: el Estrella Roja remontaba el partido. El guion se repitió unos minutos después y Boyake puso el tercero en el marcador tras otro córner mal defendido por los griegos. Belgrado vibró con la remontada de su equipo y vivió una de esas noches europeas que difícilmente se olvidan.
As
Belgrado tiene ganas Champions y el Estrella Roja regaló una noche para satisfacerlas. Los serbios remontaron a un Olympiacos que fue superior en la primera mitad, pero que se hundió tras la expulsión de Benzia en el primer cuarto de la segunda. Tres errores defensivos condenaron a los griegos, que no supieron defenderse con uno menos. Al final, 3 a 1 y el Estrella roja, segundo del grupo.
La primera parte discurrió sin pena ni gloria hasta el gol. El Estrella Roja, pese a tener la posesión del balón, se mostró como un equipo pasivo y lento. En los primeros 25 minutos, con el equipo serbio atascado e incapaz de encontrar a Marco Marin, los únicos acercamientos peligrosos eran de los griegos. Así, Guerrero, exjugador del Leganés y del Sporting, pudo poner por delante a Olympiacos en dos jugadas consecutivas que acabaron con sendos remates que se marcharon por la línea de fondo cerca del palo derecho de la portería.
Entre imprecisiones y faltas llegó el minuto 36 en el que Kamara, brújula de los visitantes, provocó una falta tras una buena arrancada en el centro del campo. Masouras no dudó en colgarla al área y en el segundo palo apareció Ruben Semedo para poner el 0 a 1 en el marcador. El portugués, que el pasado año militaba en el Huesca, batió a Borjan por el palo corto en un remate con la zurda en el que el portero canadiense pudo emplearse mejor. Trató de reaccionar el equipo local, pero apenas inquietó a José Sá. Solo tiró a puerta Jovancic, con una suave chilena en un córner al filo del descanso que atrapó sin complicaciones el guardameta portugués.
La expulsión de Benzia, decisiva
Los locales salieron con más empuje tras el descanso y rondaron el área de Olympiacos en los primeros diez minutos. La expulsión de Benzia por doble amarilla en el minuto 57 tras una falta sobre Cañas animó al Estrella Roja, que comenzó a asediar a los griegos. Los visitantes se plantaron en el campo a defender la renta favorable y buscaron salidas rápidas al contraataque con balones largos. El Estrella Roja apenas tardó cinco minutos en empatar el duelo. Milos Vulic, que había entrado en el campo por Jovancic en el 55, recogió un mal despeje de la zaga griega a un centro raso de Rodic en la zona izquierda del interior del área y perforó la meta rival.
El resto del encuentro se convirtió en un monólogo de los locales, que aprovecharon su velocidad en las bandas para tratar de abrir grietas a un Olympiacos que se defendía a duras penas con un hombre menos sobre el césped. Meriah desperdició una de las pocas ocasiones claras que tuvo Olympiacos para volver a ponerse por delante en el partido y pasó de héroe a villano en apenas un minuto. El defensa se desentendió de su marca en un córner y dejó que Milunovic rematara a placer. Cabezazo y gol: el Estrella Roja remontaba el partido. El guion se repitió unos minutos después y Boyake puso el tercero en el marcador tras otro córner mal defendido por los griegos. Belgrado vibró con la remontada de su equipo y vivió una de esas noches europeas que difícilmente se olvidan.
