El 'entorno' nació oficialmente en Praga

Barcelona, AS
Praga nunca será una ciudad más para el Barça. Allí se instauró oficialmente el 'entorno', un término que ha acompañado el viaje del club en los últimos 27 años.
Contextualicemos. En su ruta hacia la primera Copa de Europa de su historia, el Barça llevaba una trayectoria inmaculada en la competición. Había eliminado al Hansa Rostock y al Kaiserslautern, milagroso gol de Bakero mediante, en las eliminatorias previas. Luego, en el primer año en el que se había instaurado la liguilla, había sido enviado a un asequible grupo de cuatro junto a Benfica, Dynamo de Kiev y Sparta de Praga.
Sólo el primero llegaría a la final. El Barça había empatado en Lisboa, pero luego había ganado al Sparta de Praga y también los dos partidos contra los ucranianos. Un punto en Praga le valía para cerrar su clasificación para Wembley. Pero el Barça perdió 1-0 contra el Sparta de Novotny y Nemecek en el mítico estadio Letna y, lógicamente, los fantasmas aparecieron en un club con una historia maldita en la competición que iba a necesitar un punto en el Camp Nou ante el Benfica para acceder a la final del 20 de mayo, la del gol de Koeman. Derrotado en Praga 1-0 (Siegl, 66'), Cruyff, del que en aquellos días se rumoreaba que podría presentar su dimisión al final de temporada por sus habituales diferencias con Núñez (se especulaba con que reclamaba más poderes, ser mánager general), se presentó ante los medios dispuesto zarandearlo todo. Allí se inauguró oficialmente el entorno.

"El equipo ha controlado el partido y ha tenido ocasiones para marcar. Pero han sido otros los factores que nos han hecho caer en Praga. ¿Por qué no ha funcionado el sistema? ¿Por qué los jugadores no saben más? ¿Por qué no ha entrado el balón? El entorno influye y repercute en mis hombres. Ahora resulta que Stoichkov (no jugó aquel partido por sanción) es imprescindible y antes no servía para nada. Y como éste, hay cien ejemplos". Cruyff se fue calentando y hasta acusó a sus jugadores: "Es mejor dejar el tema porque no lo vais a entender. Unos dicen que tienen derecho a salir. Y aquí no se pone ni se quita a nadie. Nuestro trabajo en las últimas semanas no está siendo bueno. Pero a mí no me sorprende. Si las cosas no se arreglan, vamos a terminar mal. El entorno influye y por eso el Barcelona es un club tan complicado. Si no fuera así, se ganarían muchas más cosas. Hace seis meses que estoy hablando de este tema, pero muchos no lo entienden". En estos días en los que tan difícil es obtener titulares de las comparecencias públicas de los entrenadores, era una rueda de prensa para poner en las escuelas

Finalmente, Cruyff orientó a todos por si había algún despistado. "El mal no está dentro del vestuario, porque éste continuamente cambia y hace treinta años que pasa lo mismo. No quiero hablar más del tema, lo mejor es olvidarlo. Ya se solucionará en las vacaciones. Por que si no cambia algo, se pagarán tas consecuencias". Aquella tensión con Núñez ya nunca dejó de existir, pese a los triunfos. El entrenador dejó caer que se podría ir en junio; el presidente se puso a llorar días antes de la final de Wembley. Los dos jugaban sus cartas. Cruyff pidió ser mánager general para tener todos los poderes. Núñez no quería darle oficialmente el caramelo porque entendía que ya hacía lo que le venía en gana. Alrededor de ambos se fueron formando corrientes, nuñismo, cruyffismo, cada una de ellas dividida también en sus facciones. Desde aquella época y hasta hoy, todo el mundo se convirtió en entorno y ese término, como se diría estos días, se convirtió en viral. Podría decirse sin miedo al error que el Barça vive en un planeta llamado entorno.

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