El día que el Cártel de Sinaloa puso de rodillas al gobierno: infografía del asalto a Culiacán
La situación en Culiacán, que ya era desalentadora, ha generado dudas sobre la estrategia de seguridad de la actual administración
Infobae
Sinaloa es un ávido ejemplo de la narcoviolencia en México. En ese sentido, no resulta extraño que aparezca en las listas de las entidades con mayor número de homicidios en el país — 909 asesinatos de enero a agosto del 2019—. En el caso de la ciudad de Culiacán, la situación es mayormente desalentadora.
La tarde del jueves, las autoridades de la capital sinaloense vivieron una de las derrotas más dolorosas en la historia moderna, al ser sometidos por sicarios del Cártel de Sinaloa.
La confusión sobre lo que sucedió es total. En las primera horas, la versión oficial divulgada por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana detallaba que, mientras 30 miembros de la Guardia Nacional realizaban un patrullaje de rutina en la zona de Tres Ríos fueron agredidos desde una vivienda.
Pese a que los sicarios los rebasaban en armamento, los agentes repelieron el ataque y tomaron el control del inmueble, donde había cuatro personas, entre ellas el hijo del Chapo Guzmán y presunto operador del Cártel de Sinaloa, Ovidio Guzmán, alias “El Ratón”.
Fue entonces que varios grupos rodearon la vivienda y realizaron acciones violentas contra la ciudadanía para evitar su detención.
A pesar de que comenzó a circular una foto presuntamente del arresto de Guzmán, el titular de la dependencia, Alfonso Durazo, dijo que se acordó liberar al supuesto sicario para evitar daños a la población de Culiacán, que tiene 800,000 habitantes.
Los falsos positivo en Culiacán
24 horas después del ataque, Durazo explicó que cuando llegó al campo de batalla se enteró de la situación. En una conferencia de prensa, el titular aseveró que la detención no se había llevado acabo tras un patrullaje en la zona, sino se trató de un operativo “precipitado” por elementos de la Policía Ministerial, que contaban con una orden de cateo a un domicilio de la zona Tres Ríos, y donde se hallaba Ovidio Guzmán.
“En un afán de obtener resultados positivos, actuó (la Policía Ministerial) de manera precipitada con deficiente planeación, así como falta de previsión sobre las posibles consecuencias”, informó el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval.
Tras la detención del capo, supuestos miembros del Cártel de Sinaloa contestaron con agresiones y un fuego cruzado, teniendo como principal víctima a la sociedad civil que vivió momentos de pánico.
Al advertir el alto índice de violencia generalizado que se produjo, el gabinete de seguridad decidió finalizar el operativo, que resultó en la muerte de un civil, un elemento de la Guardia Nacional, un interno de Aguaruto y 5 agresores.
“El grupo no previó lo que sucedería. Se precipitó, no planeó los riesgos”, insistió el general Cresencio Sandoval.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, justificó la liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de “El Chapo” Guzmán, luego de ser capturado el jueves en Culiacán, Sinaloa.
“Tomaron decisiones que yo avalo, que yo respaldo, porque se tornó muy difícil la situación y estaban en riesgo muchos ciudadanos, muchas personas, muchos seres humanos y se decidió proteger la vida de las personas y yo estuve de acuerdo con eso, porque no se trata de masacres. No puede valer más la captura de un delincuente que la vida de las personas", dijo desde Oaxaca tras la resolución del Gabinete de Seguridad de dejar en libertad al Chapito tras las balaceras que desataron en la ciudad grupos de sicarios.
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Sinaloa es un ávido ejemplo de la narcoviolencia en México. En ese sentido, no resulta extraño que aparezca en las listas de las entidades con mayor número de homicidios en el país — 909 asesinatos de enero a agosto del 2019—. En el caso de la ciudad de Culiacán, la situación es mayormente desalentadora.
La tarde del jueves, las autoridades de la capital sinaloense vivieron una de las derrotas más dolorosas en la historia moderna, al ser sometidos por sicarios del Cártel de Sinaloa.
La confusión sobre lo que sucedió es total. En las primera horas, la versión oficial divulgada por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana detallaba que, mientras 30 miembros de la Guardia Nacional realizaban un patrullaje de rutina en la zona de Tres Ríos fueron agredidos desde una vivienda.
Pese a que los sicarios los rebasaban en armamento, los agentes repelieron el ataque y tomaron el control del inmueble, donde había cuatro personas, entre ellas el hijo del Chapo Guzmán y presunto operador del Cártel de Sinaloa, Ovidio Guzmán, alias “El Ratón”.
Fue entonces que varios grupos rodearon la vivienda y realizaron acciones violentas contra la ciudadanía para evitar su detención.
A pesar de que comenzó a circular una foto presuntamente del arresto de Guzmán, el titular de la dependencia, Alfonso Durazo, dijo que se acordó liberar al supuesto sicario para evitar daños a la población de Culiacán, que tiene 800,000 habitantes.
Los falsos positivo en Culiacán
24 horas después del ataque, Durazo explicó que cuando llegó al campo de batalla se enteró de la situación. En una conferencia de prensa, el titular aseveró que la detención no se había llevado acabo tras un patrullaje en la zona, sino se trató de un operativo “precipitado” por elementos de la Policía Ministerial, que contaban con una orden de cateo a un domicilio de la zona Tres Ríos, y donde se hallaba Ovidio Guzmán.
“En un afán de obtener resultados positivos, actuó (la Policía Ministerial) de manera precipitada con deficiente planeación, así como falta de previsión sobre las posibles consecuencias”, informó el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval.
Tras la detención del capo, supuestos miembros del Cártel de Sinaloa contestaron con agresiones y un fuego cruzado, teniendo como principal víctima a la sociedad civil que vivió momentos de pánico.
Al advertir el alto índice de violencia generalizado que se produjo, el gabinete de seguridad decidió finalizar el operativo, que resultó en la muerte de un civil, un elemento de la Guardia Nacional, un interno de Aguaruto y 5 agresores.
“El grupo no previó lo que sucedería. Se precipitó, no planeó los riesgos”, insistió el general Cresencio Sandoval.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, justificó la liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de “El Chapo” Guzmán, luego de ser capturado el jueves en Culiacán, Sinaloa.
“Tomaron decisiones que yo avalo, que yo respaldo, porque se tornó muy difícil la situación y estaban en riesgo muchos ciudadanos, muchas personas, muchos seres humanos y se decidió proteger la vida de las personas y yo estuve de acuerdo con eso, porque no se trata de masacres. No puede valer más la captura de un delincuente que la vida de las personas", dijo desde Oaxaca tras la resolución del Gabinete de Seguridad de dejar en libertad al Chapito tras las balaceras que desataron en la ciudad grupos de sicarios.