El Consejo de Seguridad advirtió sobre el “riesgo de dispersión” de terroristas de ISIS presos en Siria tras la ofensiva turca
En una declaración conjunta, los 15 países miembros del organismo también expresaron su preocupación por un posible “mayor deterioro” de la situación humanitaria en el norte sirio
Infobae
El Consejo de Seguridad de la ONU advirtió este miércoles sobre el “riesgo de dispersión” de los prisioneros terroristas del Estado Islámica (ISIS, por sus siglas en inglés) en el noreste de Siria, aunque no reclamó el fin de la ofensiva militar de Turquía contra los kurdos.
En una corta declaración unánime, los 15 miembros del Consejo también manifestaron su “fuerte preocupación” de un “mayor deterioro” de la situación humanitaria en el noreste de Siria.
La declaración fue leída ante los periodistas por el presidente de turno del Consejo, el sudafricano Jerry Matjila, al término de una reunión a puerta cerrada para analizar la situación.
“El Consejo expresó profunda preocupación por el riesgo de dispersión de terroristas de grupos sancionados por la ONU, incluyendo el EI, y también está muy preocupado por el riesgo de un mayor deterioro de la situación humanitaria en Siria”, apuntó Matjila.
Propuesto por Francia, el brevísimo texto adoptado por el Consejo de Seguridad al final de una reunión solicitada por los europeos no contiene ninguna condena a la ofensiva turca, ni una solicitud para detener las operaciones del ejército de Ankara.
A finales de la semana pasada, después de una primera reunión sobre Siria, textos en competencia -de miembros europeos del Consejo (Alemania, Bélgica, Francia, Reino Unido y Polonia) por un lado y de Estados Unidos por otro- pidiendo que se detuviera la ofensiva turca habían sido bloqueados por Rusia y China.
En los últimos días, sin embargo, varios miembros del Consejo de Seguridad como Estados Unidos han ido endureciendo su postura frente a la intervención turca, muy criticada desde el primer momento por los miembros de la Unión Europea.
Washington volvió a exigir este miércoles un alto el fuego “inmediato”, algo que buscarán lograr en una visita a Turquía el vicepresidente, Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo.
“La ofensiva militar de Turquía en el noreste de Siria está minando la campaña para derrotar al EI, poniendo en peligro a civiles inocentes y amenazando la paz, la seguridad y la estabilidad en la región”, aseguró a los periodistas la embajadora estadounidense ante la ONU, Kelly Craft.
La diplomática subrayó que Estados Unidos ha dejado claro a Turquía que cualquier acción que viole la ley internacional humanitaria es “inaceptable”, lo que incluiría ataques contra la población kurda o contra minorías religiosas como los cristianos.
“Los funcionarios e individuos responsables de abusos de los derechos humanos deben rendir cuentas”, insistió Craft.
El pasado lunes, Estados Unidos sancionó a tres ministros del Gobierno de Turquía por su responsabilidad en las operaciones militares en el norte de Siria.
Turquía lanzó su ataque contra las milicias kurdas, que considera terroristas, el pasado 9 de octubre, después de que el gobierno de Donald Trump anunciara la retirada de sus soldados del territorio sirio, donde habían cooperado con los kurdos en la lucha contra ISIS.
Mientras, los países de la Unión Europea dijeron que “lamentan profundamente” que Turquía no haya respondido a los repetidos llamamientos del bloque a detener la iniciativa.
“Se necesitan urgentemente esfuerzos continuados de la comunidad internacional, incluyendo aquí en el Consejo de Seguridad de la ONU, para detener esta acción militar unilateral”, avisó el embajador alemán, Christoph Heusgen, en una declaración ante los periodistas en nombre de los países europeos del Consejo.
Rusia, el gran aliado de Damasco, condenó la ofensiva y aseguró que la posibilidad de que el Consejo llamase oficialmente a detenerla ni siquiera se discutió en la reunión. “El presidente (Vladímir) Putin está en contacto continuo con el presidente (Recep Tayyip) Erdogan”, dijo a los periodistas el embajador ruso, Vasili Nebenzia.
La ofensiva turca en el noreste de Siria ha resultado en el desplazamiento de más de 160.000 civiles, según la ONU, y en la retirada, como medida de seguridad, de varias ONG que brindan ayuda humanitaria a una población devastada por la guerra desatada en 2011, que ha dejado más de 370.000 muertos.
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El Consejo de Seguridad de la ONU advirtió este miércoles sobre el “riesgo de dispersión” de los prisioneros terroristas del Estado Islámica (ISIS, por sus siglas en inglés) en el noreste de Siria, aunque no reclamó el fin de la ofensiva militar de Turquía contra los kurdos.
En una corta declaración unánime, los 15 miembros del Consejo también manifestaron su “fuerte preocupación” de un “mayor deterioro” de la situación humanitaria en el noreste de Siria.
La declaración fue leída ante los periodistas por el presidente de turno del Consejo, el sudafricano Jerry Matjila, al término de una reunión a puerta cerrada para analizar la situación.
“El Consejo expresó profunda preocupación por el riesgo de dispersión de terroristas de grupos sancionados por la ONU, incluyendo el EI, y también está muy preocupado por el riesgo de un mayor deterioro de la situación humanitaria en Siria”, apuntó Matjila.
Propuesto por Francia, el brevísimo texto adoptado por el Consejo de Seguridad al final de una reunión solicitada por los europeos no contiene ninguna condena a la ofensiva turca, ni una solicitud para detener las operaciones del ejército de Ankara.
A finales de la semana pasada, después de una primera reunión sobre Siria, textos en competencia -de miembros europeos del Consejo (Alemania, Bélgica, Francia, Reino Unido y Polonia) por un lado y de Estados Unidos por otro- pidiendo que se detuviera la ofensiva turca habían sido bloqueados por Rusia y China.
En los últimos días, sin embargo, varios miembros del Consejo de Seguridad como Estados Unidos han ido endureciendo su postura frente a la intervención turca, muy criticada desde el primer momento por los miembros de la Unión Europea.
Washington volvió a exigir este miércoles un alto el fuego “inmediato”, algo que buscarán lograr en una visita a Turquía el vicepresidente, Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo.
“La ofensiva militar de Turquía en el noreste de Siria está minando la campaña para derrotar al EI, poniendo en peligro a civiles inocentes y amenazando la paz, la seguridad y la estabilidad en la región”, aseguró a los periodistas la embajadora estadounidense ante la ONU, Kelly Craft.
La diplomática subrayó que Estados Unidos ha dejado claro a Turquía que cualquier acción que viole la ley internacional humanitaria es “inaceptable”, lo que incluiría ataques contra la población kurda o contra minorías religiosas como los cristianos.
“Los funcionarios e individuos responsables de abusos de los derechos humanos deben rendir cuentas”, insistió Craft.
El pasado lunes, Estados Unidos sancionó a tres ministros del Gobierno de Turquía por su responsabilidad en las operaciones militares en el norte de Siria.
Turquía lanzó su ataque contra las milicias kurdas, que considera terroristas, el pasado 9 de octubre, después de que el gobierno de Donald Trump anunciara la retirada de sus soldados del territorio sirio, donde habían cooperado con los kurdos en la lucha contra ISIS.
Mientras, los países de la Unión Europea dijeron que “lamentan profundamente” que Turquía no haya respondido a los repetidos llamamientos del bloque a detener la iniciativa.
“Se necesitan urgentemente esfuerzos continuados de la comunidad internacional, incluyendo aquí en el Consejo de Seguridad de la ONU, para detener esta acción militar unilateral”, avisó el embajador alemán, Christoph Heusgen, en una declaración ante los periodistas en nombre de los países europeos del Consejo.
Rusia, el gran aliado de Damasco, condenó la ofensiva y aseguró que la posibilidad de que el Consejo llamase oficialmente a detenerla ni siquiera se discutió en la reunión. “El presidente (Vladímir) Putin está en contacto continuo con el presidente (Recep Tayyip) Erdogan”, dijo a los periodistas el embajador ruso, Vasili Nebenzia.
La ofensiva turca en el noreste de Siria ha resultado en el desplazamiento de más de 160.000 civiles, según la ONU, y en la retirada, como medida de seguridad, de varias ONG que brindan ayuda humanitaria a una población devastada por la guerra desatada en 2011, que ha dejado más de 370.000 muertos.