EEUU anunció el retiro de sus tropas del norte de Siria ante el inminente ataque de Turquía contra los kurdos
Trump habló con el presidente turco Recep Erdogan y dio luz verde a la ofensiva, en lo que supone un importante giro de la política estadounidense en el país. El objetivo de la operación es acabar con las milicias, que fueron aliadas de Washington contra el ISIS pero son consideradas “terroristas” por Ankara
Infobae
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este domingo la retirada de las tropas estadounidenses del norte de Siria ante la inminente operación militar de Turquía contra las milicias kurdosirias en esa zona, que hasta el momento eran aliadas de Washington en las operaciones contra el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS).
En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, explicó que Trump comunicó este domingo su decisión a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, durante una llamada telefónica.
“Turquía pronto avanzará con la operación que ha planificado durante mucho tiempo para el norte de Siria. Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos no apoyarán ni se verán involucradas en esa operación, y las fuerzas estadounidenses, habiendo vencido el califato territorial del ISIS, no estarán en el área cercana”, dijo Grisham, en referencia a la caída del último reducto del grupo yihadista en marzo, que puso en dudas la continuidad de la alianza.
El lunes, las fuerzas de Estados Unidos ya habían comenzado a retirarse, según fuentes kurdas y una ONG.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), alianza de milicias mayormente kurdas y árabes, indicaron en un comunicado que las “fuerzas estadounidenses se retiraban de las zonas fronterizas con Turquía” mientras que el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) confirmó un retirada de las tropas de Estados Unidos de posiciones clave en Ras al Ain y Tal Abyad.
Este fin de semana, Erdogan advirtió de que es “inminente” una intervención militar en territorio sirio contra las milicias kurdosirias en el este del río Eufrates, y afirmó que a Ankara se le acabó la paciencia para esperar el apoyo de Washington en esta acción.
El objetivo de la operación es acabar con las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo (YPG), en el pasado aliadas de Washington en la lucha contra el ISIS pero consideradas “terroristas” por Ankara por sus vínculos con el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda activa en Turquía.
En su comunicado, la Casa Blanca también anunció que, a partir de ahora, Turquía “será responsable” de todos los combatientes del ISIS que se encuentran en el norte de Siria y que han sido capturados en los dos últimos dos años después de que el grupo yihadista perdiera el control territorial de ese área.
Las FDS advirtieron por su parte que una operación turca provocaría el resurgimiento del Estado Islámico y terminaría con “años de exitosos combates” contra las yihadistas.
Algunos de los líderes del ISIS que han sobrevivido podrían regresar, según las FDS, y amenazaría también las cárceles y los campamentos que ellos dirigen y que albergan a numerosos yihadistas y sus familias.
Las FDS, apoyados por la coalición internacional antiyihadista liderada por Washington, combatieron durante años contra el ISIS y conquistaron en marzo su último bastión en Siria, en Baguz.
La Casa Blanca, además, se quejó de la negativa de algunas naciones europeas a acoger y juzgar a sus ciudadanos, convertidos en soldados del ISIS , y avisó que Washington no asumirá más ese coste.
“El Gobierno de Estados Unidos ha presionado a Francia, Alemania y otras naciones europeas, de donde proceden muchos de los combatientes del ISIS capturados, para que los recuperen, pero no los querían y se negaron. Estados Unidos no los retendrá por lo que podrían ser muchos años y un gran costo para el contribuyente estadounidense”, indicó Grisham.
Desde 2016, Turquía ha llevado a cabo dos operaciones militares importantes en el noroeste de Siria para purgar la región del ISIS y de las YPG, por lo que la anunciada sería la tercera.
Ankara afirma que la presencia de las YPG/PYD en el este del Éufrates es una amenaza para su seguridad nacional y acusa a Estados Unidos de armarlas y entrenarlas. Al mismo, el gobierno turco espera crear una zona en el norte de Siria donde pueda repatriar a los millones de refugiados sirios que alberga en su territorio desde el inicio en 2011 de la guerra civil en ese país.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este domingo la retirada de las tropas estadounidenses del norte de Siria ante la inminente operación militar de Turquía contra las milicias kurdosirias en esa zona, que hasta el momento eran aliadas de Washington en las operaciones contra el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS).
En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, explicó que Trump comunicó este domingo su decisión a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, durante una llamada telefónica.
“Turquía pronto avanzará con la operación que ha planificado durante mucho tiempo para el norte de Siria. Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos no apoyarán ni se verán involucradas en esa operación, y las fuerzas estadounidenses, habiendo vencido el califato territorial del ISIS, no estarán en el área cercana”, dijo Grisham, en referencia a la caída del último reducto del grupo yihadista en marzo, que puso en dudas la continuidad de la alianza.
El lunes, las fuerzas de Estados Unidos ya habían comenzado a retirarse, según fuentes kurdas y una ONG.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), alianza de milicias mayormente kurdas y árabes, indicaron en un comunicado que las “fuerzas estadounidenses se retiraban de las zonas fronterizas con Turquía” mientras que el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) confirmó un retirada de las tropas de Estados Unidos de posiciones clave en Ras al Ain y Tal Abyad.
Este fin de semana, Erdogan advirtió de que es “inminente” una intervención militar en territorio sirio contra las milicias kurdosirias en el este del río Eufrates, y afirmó que a Ankara se le acabó la paciencia para esperar el apoyo de Washington en esta acción.
El objetivo de la operación es acabar con las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo (YPG), en el pasado aliadas de Washington en la lucha contra el ISIS pero consideradas “terroristas” por Ankara por sus vínculos con el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda activa en Turquía.
En su comunicado, la Casa Blanca también anunció que, a partir de ahora, Turquía “será responsable” de todos los combatientes del ISIS que se encuentran en el norte de Siria y que han sido capturados en los dos últimos dos años después de que el grupo yihadista perdiera el control territorial de ese área.
Las FDS advirtieron por su parte que una operación turca provocaría el resurgimiento del Estado Islámico y terminaría con “años de exitosos combates” contra las yihadistas.
Algunos de los líderes del ISIS que han sobrevivido podrían regresar, según las FDS, y amenazaría también las cárceles y los campamentos que ellos dirigen y que albergan a numerosos yihadistas y sus familias.
Las FDS, apoyados por la coalición internacional antiyihadista liderada por Washington, combatieron durante años contra el ISIS y conquistaron en marzo su último bastión en Siria, en Baguz.
La Casa Blanca, además, se quejó de la negativa de algunas naciones europeas a acoger y juzgar a sus ciudadanos, convertidos en soldados del ISIS , y avisó que Washington no asumirá más ese coste.
“El Gobierno de Estados Unidos ha presionado a Francia, Alemania y otras naciones europeas, de donde proceden muchos de los combatientes del ISIS capturados, para que los recuperen, pero no los querían y se negaron. Estados Unidos no los retendrá por lo que podrían ser muchos años y un gran costo para el contribuyente estadounidense”, indicó Grisham.
Desde 2016, Turquía ha llevado a cabo dos operaciones militares importantes en el noroeste de Siria para purgar la región del ISIS y de las YPG, por lo que la anunciada sería la tercera.
Ankara afirma que la presencia de las YPG/PYD en el este del Éufrates es una amenaza para su seguridad nacional y acusa a Estados Unidos de armarlas y entrenarlas. Al mismo, el gobierno turco espera crear una zona en el norte de Siria donde pueda repatriar a los millones de refugiados sirios que alberga en su territorio desde el inicio en 2011 de la guerra civil en ese país.