BARCELONA 4-SEVILLA 0 / La ley del área Barcelona

El Barça da una exhibición de efectividad ante un Sevilla desesperante en ataque. Griezmann no jugó ni un minuto. Los locales liquidaron el duelo en 8 minutos.

Santi Giménez
As
La ley del área es inapelable y el Barça se la aplicó al Sevilla con toda la crueldad posible. Los blaugrana ya son segundos en la tabla tras golear a los de Lopetegui, que sigue viviendo un tormento cada vez que visita el Camp Nou. Sin hacer un mal partido, el Sevilla se llevó cuatro porque en la zona de la verdad el Barça fue inapelable y los andaluces, un desastre.


Valverde premió a los que remontaron el partido de Champions ante el Inter y repitió alineación (lo que comportaba dejar a Griezmann y Busquets en el banquillo) con la excepción obligada de Todibo por el sancionado Lenglet, pero de entrada, la jugada le salió al revés. De nuevo, el Barça ingresó en el partido distraído, frágil y acelerado.

En los primeros 25 minutos el Sevilla retrató a los blaugrana que se colgaron de Ter Stegen para mantener el tipo. Ahí colaboró también la mala puntería de Luuk de Jong, que falló tres ocasiones clarísimas para poner a su equipo por delante. El holandés lo hace todo bien, pero a la hora de definir se le viene el mundo encima.

Con el Barça desbordado y el Camp Nou poniendo cara de preocupación, el partido cambió en un minuto. Luis Suárez cazó un centro de Semedo por la izquierda con una chilena descomunal que fue el punto de inflexión del duelo. La cara de Lopetegui tras recibir el tanto resumía el estado de ánimo de los andaluces. "Tanto remar y perdonar, para que estos lleguen a la primera y te metan un golazo de bandera", debía ser el pensamiento de los sevillistas, del técnico hasta el utillero.

El gol dejó tocado al Sevilla que encajó el segundo cinco minutos después en una aparición por sorpresa de Vidal que el VAR confirmó que marcó en posición legal y tres minutos después, tras una pérdida de balón en zona prohibida, Dembélé puso la directa, dejó sentado a Diego Carlos y marcó el tercero liquidando un partido que el Sevilla aún no entendía como se le había ido por el sumidero en ocho minutos reviviendo la pesadilla del campo del Eibar. Los de Lopetegui se fueron al descanso con ocho ocasiones de gol y torturando a los culés en cada saque de esquina, mientras que los de Valverde habían convertido en gol sus tres primeros disparos entre los tres palos.

Lopetegui retiró en el descanso a Óliver Torres y Nolito para tratar de cambiar el decorado jugándosela con una defensa de tres y dando entrada a Jordán y Munir. Pero ya podía cambiar lo que quisiera el técnico vasco que lo que no cambiaba era el mal fario de su delantero holandés que a los cinco minutos de la reanudación disparó al palo.

Como que el inicio de la segunda parte fue un calco del arranque del partido con el Sevilla dominando el juego, Valverde sacó a Busquets en busca de algo de control porque el partido se estaba descontrolando.

Lopetegui quemó su último cartucho retirando a Luuk de Jong, que tenía pinta de no marcar ni que el partido durara tres días para jugar con Chicharito, al que la afición reclama a gritos. El mexicano cambió de pareja de baile nada más ingresar en el campo, porque Todibo se tuvo que retirar dando al uruguayo Araujo, del filial, la oportunidad de debutar en el Camp Nou.

Pero ni por esas cambió la suerte del Sevilla que no podía irse del campo sin recibir un gol de Messi, su eterno torturador, que marcó el cuarto de falta directa culminando un duro castigo que resume el enunciado de la ley más importante del fútbol. Lo más importante está en el área aunque acabara jugando contra 9 por expulsión de Araujo y Dembélé.

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