Bale siempre se lesiona en otoño
Desde que llegó al Madrid, el galés siempre fue baja por distintos problemas físicos en septiembre y octubre. En total, se perdió 25 partidos en ambos meses.
Sergio Gómez
As
El pasado 13 de octubre, Gareth Bale (Cardiff, 30 años) acabó el partido con Croacia con calambres en su gemelo y desde entonces no ha vuelto a jugar. Tras las pruebas a las que fue sometido, los médicos del Madrid no vieron ninguna lesión, aunque el jugador insistió en que tenía molestias. Según El Chiringuito, el club no emitió parte médico porque se lo pidió un Bale al que le obsesionan sus problemas musculares en el sóleo (acumula hasta 10 lesiones en esa zona). Su último 'contratiempo' le ha hecho perderse los partidos ante Mallorca y Galatasaray y sigue entrenándose al margen del grupo. Parecía que el galés había superado, por fin, su fragilidad. Su última lesión había sido el 5 de marzo, durante el naufragio ante el Ajax, en el tobillo, aunque su último parte médico se publicó el 5 de enero (lesión en el sóleo). Pero llega el otoño y Bale cae. El pasado 13 de octubre acabó el partido con Croacia con molestias en su gemelo y desde entonces no ha vuelto a jugar. Desde que llegó al Real Madrid en 2013, siempre ha acudido a la enfermería entre septiembre y octubre. Son sus meses críticos: se ha perdido en ellos hasta 25 partidos...
Nada más llegar a España ya mostró indicios de lo que se iba a convertir en una penitencia. El 22 de septiembre de 2013, Bale sufrió una sobrecarga en el cuádriceps izquierdo durante el calentamiento previo al partido contra el Getafe y se aplazó su estreno en el Bernabéu. Estuvo dos encuentros de baja, disputó media parte en el derbi contra el Atlético (28 de septiembre) y se volvió romper en la misma zona (dos partidos de ausencia). Su primera temporada en el Madrid acabó con un balance de cinco lesiones que le hicieron perderse 11 choques.
Bale comenzó su segunda temporada como un ciclón. Fue titular los 12 primeros encuentros, marcó cinco goles y dio cuatro asistencias. Ni rastro de molestias físicas. Saltó la barrera de septiembre, pero se fue con Gales en el parón de octubre y regresó con problemas en el músculo piramidal derecho. Se perdió cuatro partidos (Liverpool, Barcelona, Cornellà y Granada). Acabó la campaña lesionándose otras dos veces, en abril, en el sóleo izquierdo. Una zona, la de los sóleos, que acaparó titulares en la temporada siguiente… Y en otoño.
El 15 de septiembre de 2015, Bale se tuvo que retirar en el minuto 26 del partido ante el Shakhtar por un pinchazo en el sóleo izquierdo. Estuvo cuatro partidos de baja. Regresó, jugó dos encuentros y volvió lesionarse en octubre el mismo músculo: otros cuatro partidos fuera, dos de ellos en Champions contra el PSG (en enero sufriría otra dolencia en el sóleo, aunque en aquella ocasión fue en el derecho). Un año después, volvió a ser víctima del otoño. El 14 de septiembre de 2016 se enfrentó al Sporting de Portugal y tuvo que retirarse en el minuto 67 con un golpe en la cadera que le hizo ser baja un partido, contra el Espanyol. Aunque su calvario llegó después: se perdió 17 partidos por una lesión en los tendones peroneos del tobillo derecho. Después, Zidane no pudo contar con él en otros diez choques por ‘romperse’ ambos sóleos en abril.
Y en la 2017-18 tampoco se libró en el noveno mes del calendario. El guion fue el siguiente: descansó un partido (Alavés) tras encadenar varias titularidades y en el siguiente (Borussia Dortmund), lesión. Fue el 26 de septiembre. Tuvo una rotura en el sóleo izquierdo que marcó un antes y un después en su temporada. Avivó ese fantasma de las lesiones que lleva encadenado Bale (se perdió cinco partidos entre el noveno y el décimo mes), inició un periodo de recaídas, hubo partes médicos que estuvieron bajo sospecha (con cruces de declaraciones entre el Madrid y la selección de Gales) y tuvo dificultades para recuperar el ritmo. No volvió a ofrecer un nivel de altura hasta el mes final de competición, que coronó con dos goles en la final de la Champions. En total se perdió 14 partidos por diversos problemas físicos.
La polémica también le acompañó la pasada temporada, la primera sin Cristiano y en la que debía dar un paso al frente para agarrar la bandera del equipo. En octubre viajó con su selección pese a estar tocado, algo que molestó en el Madrid ya que días antes se ‘borró’ de la segunda parte contra el Atlético por unas molestias (las pruebas revelaron que no sufría lesión, como ahora), del viaje a Moscú (el Madrid perdió contra el CSKA) y pidió el cambio contra el Alavés por una supuesta fatiga, cuando faltaban 20 minutos y con 0-0 (aunque antes de producirse tiró una falta: Bale pidió el cambio pensando en jugar con su selección). En la 2018-19 se ausentó por lesión nueve partidos. Esta nueva temporada, después de un verano agitado por su futuro, se comenzó a ver un Bale más sólido y, a priori, sin miedo a romperse. Pero llegó el otoño, su viaje con la selección y, de nuevo, los días de baja...
Sergio Gómez
As
El pasado 13 de octubre, Gareth Bale (Cardiff, 30 años) acabó el partido con Croacia con calambres en su gemelo y desde entonces no ha vuelto a jugar. Tras las pruebas a las que fue sometido, los médicos del Madrid no vieron ninguna lesión, aunque el jugador insistió en que tenía molestias. Según El Chiringuito, el club no emitió parte médico porque se lo pidió un Bale al que le obsesionan sus problemas musculares en el sóleo (acumula hasta 10 lesiones en esa zona). Su último 'contratiempo' le ha hecho perderse los partidos ante Mallorca y Galatasaray y sigue entrenándose al margen del grupo. Parecía que el galés había superado, por fin, su fragilidad. Su última lesión había sido el 5 de marzo, durante el naufragio ante el Ajax, en el tobillo, aunque su último parte médico se publicó el 5 de enero (lesión en el sóleo). Pero llega el otoño y Bale cae. El pasado 13 de octubre acabó el partido con Croacia con molestias en su gemelo y desde entonces no ha vuelto a jugar. Desde que llegó al Real Madrid en 2013, siempre ha acudido a la enfermería entre septiembre y octubre. Son sus meses críticos: se ha perdido en ellos hasta 25 partidos...
Nada más llegar a España ya mostró indicios de lo que se iba a convertir en una penitencia. El 22 de septiembre de 2013, Bale sufrió una sobrecarga en el cuádriceps izquierdo durante el calentamiento previo al partido contra el Getafe y se aplazó su estreno en el Bernabéu. Estuvo dos encuentros de baja, disputó media parte en el derbi contra el Atlético (28 de septiembre) y se volvió romper en la misma zona (dos partidos de ausencia). Su primera temporada en el Madrid acabó con un balance de cinco lesiones que le hicieron perderse 11 choques.
Bale comenzó su segunda temporada como un ciclón. Fue titular los 12 primeros encuentros, marcó cinco goles y dio cuatro asistencias. Ni rastro de molestias físicas. Saltó la barrera de septiembre, pero se fue con Gales en el parón de octubre y regresó con problemas en el músculo piramidal derecho. Se perdió cuatro partidos (Liverpool, Barcelona, Cornellà y Granada). Acabó la campaña lesionándose otras dos veces, en abril, en el sóleo izquierdo. Una zona, la de los sóleos, que acaparó titulares en la temporada siguiente… Y en otoño.
El 15 de septiembre de 2015, Bale se tuvo que retirar en el minuto 26 del partido ante el Shakhtar por un pinchazo en el sóleo izquierdo. Estuvo cuatro partidos de baja. Regresó, jugó dos encuentros y volvió lesionarse en octubre el mismo músculo: otros cuatro partidos fuera, dos de ellos en Champions contra el PSG (en enero sufriría otra dolencia en el sóleo, aunque en aquella ocasión fue en el derecho). Un año después, volvió a ser víctima del otoño. El 14 de septiembre de 2016 se enfrentó al Sporting de Portugal y tuvo que retirarse en el minuto 67 con un golpe en la cadera que le hizo ser baja un partido, contra el Espanyol. Aunque su calvario llegó después: se perdió 17 partidos por una lesión en los tendones peroneos del tobillo derecho. Después, Zidane no pudo contar con él en otros diez choques por ‘romperse’ ambos sóleos en abril.
Y en la 2017-18 tampoco se libró en el noveno mes del calendario. El guion fue el siguiente: descansó un partido (Alavés) tras encadenar varias titularidades y en el siguiente (Borussia Dortmund), lesión. Fue el 26 de septiembre. Tuvo una rotura en el sóleo izquierdo que marcó un antes y un después en su temporada. Avivó ese fantasma de las lesiones que lleva encadenado Bale (se perdió cinco partidos entre el noveno y el décimo mes), inició un periodo de recaídas, hubo partes médicos que estuvieron bajo sospecha (con cruces de declaraciones entre el Madrid y la selección de Gales) y tuvo dificultades para recuperar el ritmo. No volvió a ofrecer un nivel de altura hasta el mes final de competición, que coronó con dos goles en la final de la Champions. En total se perdió 14 partidos por diversos problemas físicos.
La polémica también le acompañó la pasada temporada, la primera sin Cristiano y en la que debía dar un paso al frente para agarrar la bandera del equipo. En octubre viajó con su selección pese a estar tocado, algo que molestó en el Madrid ya que días antes se ‘borró’ de la segunda parte contra el Atlético por unas molestias (las pruebas revelaron que no sufría lesión, como ahora), del viaje a Moscú (el Madrid perdió contra el CSKA) y pidió el cambio contra el Alavés por una supuesta fatiga, cuando faltaban 20 minutos y con 0-0 (aunque antes de producirse tiró una falta: Bale pidió el cambio pensando en jugar con su selección). En la 2018-19 se ausentó por lesión nueve partidos. Esta nueva temporada, después de un verano agitado por su futuro, se comenzó a ver un Bale más sólido y, a priori, sin miedo a romperse. Pero llegó el otoño, su viaje con la selección y, de nuevo, los días de baja...