Así juega Flamengo

Un entrenador muy táctico, jugadores muy técnicos y un equipo que combina el orden europeo con el toque del viejo fútbol brasileño, un combo del que River deberá tomar precauciones. El análisis de Olé.

Vicente Muglia
Olé
"Mestre da Táctica". Maestro de la táctica. Así apodan en Portugal a Jorge Jesus, el entrenador que dejó una huella en Benfica y que asumió el desafío de dirigir a Flamengo para transformar a unas grandes individualidades en un gran equipo. Tanta jerarquía dispersa en el plantel precisaba de alguien capaz de amalgamar las piezas y hacerlas funcionar. Y Jesus armó un equipazo. La actual racha de 19 partidos oficiales invicto, la cima en el Brasileirao con diez puntos de ventaja y la clasificación a la final de la Copa Libertadores confirman la levantada de un Fla que arrancó las competiciones con dudas pero que parece llegar al duelo decisivo ante River en su más alto nivel.




El país de origen y la fama de estratega y perfeccionista del DT, además del dato de que siete de los habituales 11 titulares ya jugaron en Europa, es toda una tentación para definir a Flamengo como un equipo europeo. Por la experiencia de varios jugadores, la dinámica y la velocidad en la transición ofensiva, el concepto calza perfecto. Pero es una mirada parcial. Porque este equipo también rescata el juego asociado, la gambeta y el toque del viejo fútbol brasileño. Everton Ribeiro, Gerson, Diego e incluso el uruguayo De Arrascaeta son fieles exponentes del estilo que identificó históricamente al fútbol sudamericano.

Jesus, que asumió en junio pasado, ya logró darle una identidad definida al equipo, que tácticamente oscila entre el 2-3-3-2 para atacar (con los laterales a la altura del mediocampista central) y el 4-4-2 para defender. Sistemas al margen, Flamengo es un equipo que busca siempre el control de la pelota, que no suele ejercer una presión alta sino esperar en la mitad de la cancha y que se convierte en letal cuando goza de espacios. De atrás hacia adelante tiene un arquero que impone presencia (Diego Alves), una zaga central que ofrece garantías (Rodrigo Caio y el español Pablo Marí), dos laterales experimentados y de jerarquía (Rafinha, ex Bayern Munich, y Filipe Luis, ex Atlético de Madrid), un volante central con despliegue (Willian Arao), un doble cinco cultor del toque, típico de la escuela brasileña (Gerson), un extremo habilidoso que también transita carriles internos y conduce (Everton Ribeiro), un volante ofensivo que se recuesta sobre la izquierda pero se cierra y llega al gol (De Arrascaeta) y la mejor dupla ofensiva de Sudamérica: un goleador nato con permanente movilidad (Gabigol) y un delantero veloz y desequilibrante (Bruno Henrique). En el banco espera Diego, referente del equipo, el 10 talentoso al que una inoportuna lesión lo dejó afuera durante los últimos tres meses.

¿Puntos débiles? Cuando pierde la pelota en ataque, donde suele colocar mucha gente con sus laterales siempre desplegados, evidencia ciertos problemas en la transición defensiva, sobre todo por las bandas, a espaldas de Everton Ribeiro y De Arrascaeta que no son especialistas en la marca. Y Gremio, mientras la semifinal de vuelta duró 0 a 0 (terminó 5 a 0), lo presionó fuerte en la salida y lo incomodó bastante, además de generarle un par de situaciones de gol producto de haberlo llevado a cometer errores con la pelota. Por esos motivos, el ataque vertical y la presión alta de River pueden llegar a ser factores claves para la final.

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