US OPEN / Andreescu alarga la maldición de Serena en los Grand Slams
Williams volvió a quedarse sin el 24º título con el que hubiera igualado el récord absoluto de la australiana Margaret Court. Andreescu suma el primero con 19 años.
Nacho Albarrán
As
A la cuarta tampoco fue la vencida. Serena Williams (37 años) no pudo levantar su 24º título de Grand Slam e igualar el récord absoluto de la australiana Margaret Court, que los ganó entre 1960 y 1973 (ver tabla). Con sólo 19 años, Bianca Andreescu, canadiense de origen rumano, con tenis y carácter para ser número uno del mundo, venció por 6-3 y 7-5 en 1h:40 a la estadounidense en la final femenina del US Open, la cuarta que pierde de un major desde que alzó el último trofeo en el Abierto de Australia de 2017. Después de parar más de un año por maternidad, vinieron las derrotas en los últimos partidos de Wimbledon (contra Kerber) y el US Open de 2018 (Osaka), y este año de nuevo en Wimbledon (Halep). La maldición de Williams continúa y su marca negativa en los últimos años aumenta. Ganó 21 de sus 25 primeras finales de Grand Slam y desde entonces su balance es 2-6.
Todo estaba preparado en el estadio Arthur Ahe para celebrar el éxito de la Pantera de Michigan. Una enorme bandera de Estados Unidos había cubierto la pista mientras una intérprete afroamericana, Adrienne Warren, entonaba el America the Beautiful, canción patriótica escrita por Katherine Lee Bates. Pero el partido arrancó mal para Serena, con quiebre de Andreescu, que defendió su ventaja hasta apuntarse el primer set.
Segura, con un revés potente y colocado, y tirando buenos ángulos para hacer correr a su veterana rival, la muchacha parecía lanzada hacia la victoria cuando se puso al frente de nuevo con un demoledor 5-1 en la segunda manga. Pocos esperaban la reacción de Williams y llegó. Al borde del colapso, con su orgullo de campeona tocado, ganó cuatro juegos seguidos e igualó a cinco. La grada estallo y creyó en la remontada, aunque el saque le jugó una mala pasada a su ídolo (nueve dobles faltas). Cuando servía para empatar a seis, falló y un resto de drive furioso de Andreescu (primera que gana el título en su debut en el torneo desde Venus Williams en 1997) acabó con ella. Serena no llegó siquiera a tocar la bola.
Otra decepción en casa, esta vez sin dramas ni peleas con el juez de silla como el año pasado cuando perdió contra Osaka. Lo volverá a intentar, aunque el tiempo corre en su contra. A Andreescu, mejor tenista del curso (34-4) y ya quinta del ranking, le sobra.
Nacho Albarrán
As
A la cuarta tampoco fue la vencida. Serena Williams (37 años) no pudo levantar su 24º título de Grand Slam e igualar el récord absoluto de la australiana Margaret Court, que los ganó entre 1960 y 1973 (ver tabla). Con sólo 19 años, Bianca Andreescu, canadiense de origen rumano, con tenis y carácter para ser número uno del mundo, venció por 6-3 y 7-5 en 1h:40 a la estadounidense en la final femenina del US Open, la cuarta que pierde de un major desde que alzó el último trofeo en el Abierto de Australia de 2017. Después de parar más de un año por maternidad, vinieron las derrotas en los últimos partidos de Wimbledon (contra Kerber) y el US Open de 2018 (Osaka), y este año de nuevo en Wimbledon (Halep). La maldición de Williams continúa y su marca negativa en los últimos años aumenta. Ganó 21 de sus 25 primeras finales de Grand Slam y desde entonces su balance es 2-6.
Todo estaba preparado en el estadio Arthur Ahe para celebrar el éxito de la Pantera de Michigan. Una enorme bandera de Estados Unidos había cubierto la pista mientras una intérprete afroamericana, Adrienne Warren, entonaba el America the Beautiful, canción patriótica escrita por Katherine Lee Bates. Pero el partido arrancó mal para Serena, con quiebre de Andreescu, que defendió su ventaja hasta apuntarse el primer set.
Segura, con un revés potente y colocado, y tirando buenos ángulos para hacer correr a su veterana rival, la muchacha parecía lanzada hacia la victoria cuando se puso al frente de nuevo con un demoledor 5-1 en la segunda manga. Pocos esperaban la reacción de Williams y llegó. Al borde del colapso, con su orgullo de campeona tocado, ganó cuatro juegos seguidos e igualó a cinco. La grada estallo y creyó en la remontada, aunque el saque le jugó una mala pasada a su ídolo (nueve dobles faltas). Cuando servía para empatar a seis, falló y un resto de drive furioso de Andreescu (primera que gana el título en su debut en el torneo desde Venus Williams en 1997) acabó con ella. Serena no llegó siquiera a tocar la bola.
Otra decepción en casa, esta vez sin dramas ni peleas con el juez de silla como el año pasado cuando perdió contra Osaka. Lo volverá a intentar, aunque el tiempo corre en su contra. A Andreescu, mejor tenista del curso (34-4) y ya quinta del ranking, le sobra.
