Suárez tira del carro

Ter Stegen frenó al Getafe con empate y dio una asistencia clave al uruguayo que cambió el partido. Junior hizo el segundo y Lenglet fue expulsado.

Santi Giménez
As
Hay partidos en los que hay que aparcar los adornos y confiar en los profesionales y en esos duelos Luis Suárez es una garantía. Tanto da que llegue a la cita discutido o, como en el caso de ayer, solo ante el peligro. Al uruguayo le ponen los partidos feos, que es una suerte del fútbol en la que el Barça acostumbra a fallar. Gracias a Suárez, el Barça logró su primer triunfo fuera de casa venciendo por 0-2 al Getafe en un ejercicio de eficacia donde, por primera vez en este curso corrió lo mismo que su oponente. El Barça ya sabe lo que es ganar fuera de casa.


Entre la hora, el calor, el rival que les esperaba con ganas, la ausencia de Messi, la de Ansu y la de Dembélé a ultima hora, salió a jugar el Barça en el Coliseum como la alegría del que va a pintar la línea continua de la carretera que atraviesa el desierto del Sahara.

Se trataba de sobrevivir por fases. La primera era la de no encajar en los primeros minutos, hazaña que se consumó a base de pegar pelotazos para sacarse de encima la presión de un Getafe que tampoco se acababa de creer que estaba jugando ante el Barcelona. Lo hacía tan mal el equipo de Valverde que llegó a descentrar a los de Bordalás, que por un momento pensaron que en vez del Barça jugaban ante un equipo de Segunda en la primera ronda de la Copa del Rey y bajaron la intensidad habitual. La táctica del camuflaje.

Una vez superada la fase de resistencia, el Barça vivía de pelotazos largos de Lenglet buscando a Carles Pérez, que se dejaba el alma en cada carrera mientras que en el lado contrario, Junior era una máquina de hacer faltas. De las siete que cometió el equipo blaugrana en la primera parte, seis fueron del nuevo lateral.

Con el partido invitando a la siesta nacional, Ter Stegen fue el más listo a la hora de interpretar lo que exigía la situación. El portero alemán cortó un avance del Getafe con el pecho saliendo del área y lanzo con la izquierda un pelotazo a Luis Suárez que en el límite del fuera de juego superó por alto a Soria. Un gol que valía su peso en oro y que se ha firmado cientos de veces en sórdidos campos de tierra: el ‘pelotón p’arriba’ y que la pille el delantero.

El Barça había completado una nueva fase, pero quedaba por delante una segunda parte en la que, por raro que parezca, el Getafe tenía más pólvora en el banquillo que el conjunto catalán.

Pero en el Barça apareció la solución donde menos era de esperar. Un disparo lejano de Carles Pérez que Soria rechazó mal, dejó un balón perdido en el centro del área para que Junior remachara sin oposición el 0-2. El partido cambiaba de decorado absolutamente. Seguía siendo un encuentro infame, pero a igualdad de impericia, el Barça sacaba partido de su mayor calidad.

El Getafe necesitaba dinamita y Bordalás dio entrada a Jorge Molina por Jaime Mata. El Barça supo controlar el juego y sin dominar el balón, siguió buscando las contras de Suárez en un escenario en el que al Getafe le faltaba la espoleta que le invitara a creer en la remontada, pero el partido se bailaba al ritmo de Arthur, que ante la desaparición de De Jong marcaba el compás.

A siete minutos del final, Lenglet vio la segunda amarilla dejando al Barcelona en inferioridad y dando emoción al final del partido. De Jong se recolocó como central a la espera de la entrada de Todibo. Ángel desperdició un cabezazo claro, Ter Stegen siguió siendo un gigante y el Barça llegó tranquilo a la orilla de su primer triunfo como visitante. Suárez fue el que remó más que nadie.

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