Solskjaer pierde crédito, el partido y a Rashford por lesión

Unos red devils de nuevo sin alma, aferrados a los chispazos individuales de las balas que tiene arriba, demostraron que no aspiran a lo que les de la suerte.

Alberto Muñoz
As
El tiempo iba a ser el encargado de dictaminar si el Manchester United se precipitó a la hora de hacer fijo en el banquillo a Ole Gunnar Solskjaer, y, a día de hoy, todo apunta a que así fue. Unos red devils de nuevo sin alma ni concierto, aferrados a los chispazos individuales de las balas que tiene arriba, que demostraron en la derrota de hoy ante el West Ham que no aspiran a nada más que lo que la suerte quiere concederles.


Tan solo una victoria en los últimos cinco partidos de Premier, solo 8 de los 18 puntos posibles y la sensación de que el United no solo es ya no sea un equipo atractivo para las estrellas emergentes, sino que le va a costar mucho retener a las pocas que tiene si la temporada sigue por este camino. Para colmo de males, Rashford, que es de largo su jugador más determinante, incluso por encima de Pogba, que sigue lesionado, se tuvo que marchar directamente al túnel de vestuarios cariacontecido por unas molestias cuya importancia aún están por determinar.

Los hammers ni siquiera tuvieron que dar su mejor versión para imponerse, y solo necesitaron una buena combinación entre Felipe Anderson, que fue el mejor, y Yarmolenko para que éste se infiltrase por el centro de la defensa y batiese con facilidad al recién renovado De Gea. El portero español tampoco pudo hacer nada en el lanzamiento de libre directo de Cresswell, que sirvió para eliminar cualquier intento de remontada de los de Solskjaer en los instantes finales.

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