Neymar marca un gol y da una asistencia en el empate de Brasil
Después de más de tres meses alejado de los campos, el delantero del PSG regresó y fue el gran protagonista del empate de la Canarinha ante Colombia (2-2).
Fernando Kallás
As
Neymar volvió y volvió haciendo lo que se espera de él: gol, jugadas geniales y una que otra polémica. Más de tres meses después de la lesión sufrida en el amistoso ante Qatar y que le quitó de la Copa América, el delantero del PSG fue el gran protagonista de un electrizante empate (2-2) entre Brasil y Colombia disputado en el sofocante calor de Miami. La estrella canarinha dio el pase para el gol de Casemiro y marcó el segundo de su equipo. Muriel marcó los dos de los colombianos, el primero de penalti.
Neymar comenzó el partido algo tímido, todavía demostrando la falta de ritmo tras tanto tiempo parado. Y Colombia aprovechó la apatía brasileña y tuvo dos oportunidades de abrir el marcador en los primeros minutos. Primero con Zapata, que falló un cabezazo desde el área chica y después con Cuadrado, que tiró raso y cruzado desde la frontal del área rozando el palo derecho de Ederson.
Hasta que en el minuto 19, Coutinho intentó un remate que acabó rechazado a córner para Brasil. Y en este momento comenzó el show de Neymar.
Mientras se dirigía a la banda para sacar el tiro libre, la hinchada colombiana, gran mayoría en el estadio, le dedicó un enorme abucheo. Entre los pitos, el delantero del PSG cogió el balón, se posicionó, levantó la cabeza, miró hacia el área y alzó la pelota con perfección a la cabeza de Casemiro, que remató para marcar el 1-0. Neymar, inmediatamente, miró hacia la grada y se llevó la mano izquierda a la oreja, pidiendo que le siguieran abucheando.
La pequeña afición brasileña todavía conmemoraba cuando, tres minutos después, Alex Sandro cometió un error infantil que acabó en el gol de empate de Colombia. Tras un centro para Muriel, el lateral del a la Juve levantó demasiado el pie para intentar rechazar el balón y le dio con los tacos en el pecho del delantero del Atalanta. Penalti que el propio Muriel transformó e incendió a la hinchada cafetera. Empujada por la euforia de la grada, Colombia tomó el mando del partido y pasó presionar a Brasil, principalmente a la espalda de Alex Sandro, que hizo pésimo partido.
Ahí, en el 34’, salió el gol de la remontada colombiana, cuando Zapata arrancó por el medio y lanzó en profundidad a Muriel que arrancaba libre en una avenida dejada por el lateral de la Juve en la banda izquierda de la defensa brasileña. El delantero del Atalanta entró en el área con mucha velocidad y remató cruzado y potente, a la escuadra de la portería de Ederson.
Pero fue en la segunda parte cuando se vio la mejor versión de Neymar. El delantero volvió enchufado y buscó el balón constantemente, demostrando la energía de quien necesitaba desahogarse haciendo lo que más le gusta. En el 58’, fue el quien marcó con oportunismo el gol de empate de su equipo después de una bonita jugada colectiva. Coutinho vio a Dani Alves arrancar libre de marcaje por la banda derecha y lanzó un pase largo desde casi el centro del campo para el capitán de la selección que dominó y centró raso para Neymar que se anticipó entre dos centrales en el área chica y remató para marcar el 2-2. Con el tanto, Neymar suma cuatro goles y siete asistencias en los ocho partidos que disputó tras el final del Mundial de Rusia.
Neymar se encendió y buscó arrancadas, desbordes y fue el arquitecto de prácticamente todas las jugadas de ataque de Brasil, lo que le obligó a Carlos Queiroz mover hasta tres jugadores de su defensa al sector derecho de su campo para intentar frenar a la estrella brasileña.
En el 73’ Neymar sufrió un penalti clarísimo que el árbitro no señaló, de Dávinson Sánchez, que le empujó en una arrancada y el delantero acabó chocando con toda la cara en el muro de publicidad. El brasileño se encaró con el rival, se quejó con el árbitro y discutió con otros colombianos mientras las pantallas gigantes del estadio enseñaban la falta clara. Pero sin VAR, no hay vuelta. Y el partido siguió, con Neymar encendido, pero sin más goles.
Brasil ahora se enfrenta a Perú el martes con un Neymar hambriento, con ganas de más.
Fernando Kallás
As
Neymar volvió y volvió haciendo lo que se espera de él: gol, jugadas geniales y una que otra polémica. Más de tres meses después de la lesión sufrida en el amistoso ante Qatar y que le quitó de la Copa América, el delantero del PSG fue el gran protagonista de un electrizante empate (2-2) entre Brasil y Colombia disputado en el sofocante calor de Miami. La estrella canarinha dio el pase para el gol de Casemiro y marcó el segundo de su equipo. Muriel marcó los dos de los colombianos, el primero de penalti.
Neymar comenzó el partido algo tímido, todavía demostrando la falta de ritmo tras tanto tiempo parado. Y Colombia aprovechó la apatía brasileña y tuvo dos oportunidades de abrir el marcador en los primeros minutos. Primero con Zapata, que falló un cabezazo desde el área chica y después con Cuadrado, que tiró raso y cruzado desde la frontal del área rozando el palo derecho de Ederson.
Hasta que en el minuto 19, Coutinho intentó un remate que acabó rechazado a córner para Brasil. Y en este momento comenzó el show de Neymar.
Mientras se dirigía a la banda para sacar el tiro libre, la hinchada colombiana, gran mayoría en el estadio, le dedicó un enorme abucheo. Entre los pitos, el delantero del PSG cogió el balón, se posicionó, levantó la cabeza, miró hacia el área y alzó la pelota con perfección a la cabeza de Casemiro, que remató para marcar el 1-0. Neymar, inmediatamente, miró hacia la grada y se llevó la mano izquierda a la oreja, pidiendo que le siguieran abucheando.
La pequeña afición brasileña todavía conmemoraba cuando, tres minutos después, Alex Sandro cometió un error infantil que acabó en el gol de empate de Colombia. Tras un centro para Muriel, el lateral del a la Juve levantó demasiado el pie para intentar rechazar el balón y le dio con los tacos en el pecho del delantero del Atalanta. Penalti que el propio Muriel transformó e incendió a la hinchada cafetera. Empujada por la euforia de la grada, Colombia tomó el mando del partido y pasó presionar a Brasil, principalmente a la espalda de Alex Sandro, que hizo pésimo partido.
Ahí, en el 34’, salió el gol de la remontada colombiana, cuando Zapata arrancó por el medio y lanzó en profundidad a Muriel que arrancaba libre en una avenida dejada por el lateral de la Juve en la banda izquierda de la defensa brasileña. El delantero del Atalanta entró en el área con mucha velocidad y remató cruzado y potente, a la escuadra de la portería de Ederson.
Pero fue en la segunda parte cuando se vio la mejor versión de Neymar. El delantero volvió enchufado y buscó el balón constantemente, demostrando la energía de quien necesitaba desahogarse haciendo lo que más le gusta. En el 58’, fue el quien marcó con oportunismo el gol de empate de su equipo después de una bonita jugada colectiva. Coutinho vio a Dani Alves arrancar libre de marcaje por la banda derecha y lanzó un pase largo desde casi el centro del campo para el capitán de la selección que dominó y centró raso para Neymar que se anticipó entre dos centrales en el área chica y remató para marcar el 2-2. Con el tanto, Neymar suma cuatro goles y siete asistencias en los ocho partidos que disputó tras el final del Mundial de Rusia.
Neymar se encendió y buscó arrancadas, desbordes y fue el arquitecto de prácticamente todas las jugadas de ataque de Brasil, lo que le obligó a Carlos Queiroz mover hasta tres jugadores de su defensa al sector derecho de su campo para intentar frenar a la estrella brasileña.
En el 73’ Neymar sufrió un penalti clarísimo que el árbitro no señaló, de Dávinson Sánchez, que le empujó en una arrancada y el delantero acabó chocando con toda la cara en el muro de publicidad. El brasileño se encaró con el rival, se quejó con el árbitro y discutió con otros colombianos mientras las pantallas gigantes del estadio enseñaban la falta clara. Pero sin VAR, no hay vuelta. Y el partido siguió, con Neymar encendido, pero sin más goles.
Brasil ahora se enfrenta a Perú el martes con un Neymar hambriento, con ganas de más.