Mauricio Macri: “Se puede dar vuelta esta elección”
El presidente argentino lanza su campaña para la reelección con un acto multitudinario en Buenos Aires
Mar Centenera
Buenos Aires, El País
Mauricio Macri sueña con una remontada histórica. Una que borre las heridas de la dura derrota sufrida en las primarias de agosto y contradiga a las encuestas, que dan como claro ganador en primera vuelta al peronista Alberto Fernández el próximo 27 de octubre. Tiene a la economía en contra, con el segundo año consecutivo en recesión y una inflación superior al 50%. Pero el presidente argentino se aferra al lema obamiano que lo llevó al poder hace cuatro años, "Sí se puede", y pide a los suyos movilizarse para lograrlo. "Se puede dar vuelta esta elección", aseguró Macri en el acto inaugural de su campaña para la reelección, celebrado en Belgrano, uno de los barrios ricos de Buenos Aires. "Sí se puede", "Sí se puede", le respondieron las miles de personas que se habían congregado para apoyarlo en el primero de los 30 mítines que celebrará por todo el país.
"Venía escuchando sus gritos, sus cantos y me llegaron al alma, al corazón", comenzó su discurso Macri, acompañado por su mujer, Juliana Awada, y el candidato a vicepresidente, Miguel Ángel Pichetto. "Los necesito así, más movilizados que nunca, para salir a convencer a cada amigo, a cada familiar, a cada compañero de laburo de que otro país es posible", agregó desde el escenario montado frente a la moderna estación de tren de Belgrano R., inaugurada este año. "Esta obra es un ejemplo de lo que se puede", había dicho minutos antes el alcalde de la ciudad, el macrista Horacio Rodríguez Larreta.
Macri asegura haber tomado nota del mensaje en las urnas del pasado agosto. Desde su derrota por más de 15 puntos frente a Fernández, el Gobierno ha aprobado medidas económicas para aliviar la gran pérdida de poder adquisitivo sufrida por la clase media, como ventajas impositivas, un bono de 5.000 pesos (unos 85 dólares) para los empleados estatales y la eliminación del IVA en alimentos básicos. "Los escuché, los entendí", reiteró el presidente argentino este sábado al reconocer que "el último año y medio fue muy difícil".
"Se equivocó algunas veces porque él es una buena persona pero no es político. Los kirchneristas sí son políticos y usaron toda su inteligencia para ponerle palos en la rueda", asegura Daniel Barrios, obrero metalúrgico de 60 años. "Prefiero un Gobierno con errores a una mafia de asesinos y ladrones", reza la pancarta que sostiene Barrios, una de las pocas que pueden verse en la marcha, donde sobresalen miles de banderas argentinas y algunos pañuelos amarillos con el lema Sí se puede.
"El peronismo es lo peor que le ha pasado a Argentina", afirma Beatriz García, ama de casa de 52 años. Su esposo, al lado, asiente, y lo mismo repiten muchos otros de los presentes en Belgrano. "No los entiendo", responde García a por qué cree que una mayoría se inclinó por el candidato peronista en las elecciones primarias. Por eso se suma al mar de aplausos cuando Macri subraya que "el esfuerzo no fue en vano" y durante su mandato ha comenzado a arreglar problemas que el país arrastra "desde hace más de 70 años", en referencia a la llegada de Juan Domingo Perón a la presidencia. "Esto lo resolvemos nosotros o no lo resuelve nadie", advirtió el presidente, quien citó la transparencia, las obras de infraestructura y la lucha contra el narcotráfico, la delincuencia y la impunidad como logros de su gestión.
Macri ha eliminado de su discurso promesas que no pudo cumplir, como reducir la inflación y la pobreza, pero este sábado insufló nuevas esperanzas que tampoco parecen alcanzables en el corto plazo, con un país incapaz de hacer frente a los compromisos de pago de deuda externa adquiridos. "Lo que viene es distinto. Ahora viene el crecimiento, el trabajo, la mejora del salario y el alivio en el bolsillo porque todos lo necesitamos", aseguró el candidato de Juntos por el Cambio.
El macrismo ha realizado un cambio radical en el formato de sus campañas electorales. De la maquinaria de precisión de los mítines de agosto, realizados en recintos pequeños, con escaso público y sin banderas ni gritos, se ha pasado a una estrategia de grandes actos más cercana a la del peronismo clásico. "Dar esta batalla vale la pena porque este es nuestro país, es nuestro futuro", "Vamos Argentina, a despertar", aseguró en sus palabras de despedida. Arropado por su partidarios, Macri peleará hasta el final.
Mar Centenera
Buenos Aires, El País
Mauricio Macri sueña con una remontada histórica. Una que borre las heridas de la dura derrota sufrida en las primarias de agosto y contradiga a las encuestas, que dan como claro ganador en primera vuelta al peronista Alberto Fernández el próximo 27 de octubre. Tiene a la economía en contra, con el segundo año consecutivo en recesión y una inflación superior al 50%. Pero el presidente argentino se aferra al lema obamiano que lo llevó al poder hace cuatro años, "Sí se puede", y pide a los suyos movilizarse para lograrlo. "Se puede dar vuelta esta elección", aseguró Macri en el acto inaugural de su campaña para la reelección, celebrado en Belgrano, uno de los barrios ricos de Buenos Aires. "Sí se puede", "Sí se puede", le respondieron las miles de personas que se habían congregado para apoyarlo en el primero de los 30 mítines que celebrará por todo el país.
"Venía escuchando sus gritos, sus cantos y me llegaron al alma, al corazón", comenzó su discurso Macri, acompañado por su mujer, Juliana Awada, y el candidato a vicepresidente, Miguel Ángel Pichetto. "Los necesito así, más movilizados que nunca, para salir a convencer a cada amigo, a cada familiar, a cada compañero de laburo de que otro país es posible", agregó desde el escenario montado frente a la moderna estación de tren de Belgrano R., inaugurada este año. "Esta obra es un ejemplo de lo que se puede", había dicho minutos antes el alcalde de la ciudad, el macrista Horacio Rodríguez Larreta.
Macri asegura haber tomado nota del mensaje en las urnas del pasado agosto. Desde su derrota por más de 15 puntos frente a Fernández, el Gobierno ha aprobado medidas económicas para aliviar la gran pérdida de poder adquisitivo sufrida por la clase media, como ventajas impositivas, un bono de 5.000 pesos (unos 85 dólares) para los empleados estatales y la eliminación del IVA en alimentos básicos. "Los escuché, los entendí", reiteró el presidente argentino este sábado al reconocer que "el último año y medio fue muy difícil".
"Se equivocó algunas veces porque él es una buena persona pero no es político. Los kirchneristas sí son políticos y usaron toda su inteligencia para ponerle palos en la rueda", asegura Daniel Barrios, obrero metalúrgico de 60 años. "Prefiero un Gobierno con errores a una mafia de asesinos y ladrones", reza la pancarta que sostiene Barrios, una de las pocas que pueden verse en la marcha, donde sobresalen miles de banderas argentinas y algunos pañuelos amarillos con el lema Sí se puede.
"El peronismo es lo peor que le ha pasado a Argentina", afirma Beatriz García, ama de casa de 52 años. Su esposo, al lado, asiente, y lo mismo repiten muchos otros de los presentes en Belgrano. "No los entiendo", responde García a por qué cree que una mayoría se inclinó por el candidato peronista en las elecciones primarias. Por eso se suma al mar de aplausos cuando Macri subraya que "el esfuerzo no fue en vano" y durante su mandato ha comenzado a arreglar problemas que el país arrastra "desde hace más de 70 años", en referencia a la llegada de Juan Domingo Perón a la presidencia. "Esto lo resolvemos nosotros o no lo resuelve nadie", advirtió el presidente, quien citó la transparencia, las obras de infraestructura y la lucha contra el narcotráfico, la delincuencia y la impunidad como logros de su gestión.
Macri ha eliminado de su discurso promesas que no pudo cumplir, como reducir la inflación y la pobreza, pero este sábado insufló nuevas esperanzas que tampoco parecen alcanzables en el corto plazo, con un país incapaz de hacer frente a los compromisos de pago de deuda externa adquiridos. "Lo que viene es distinto. Ahora viene el crecimiento, el trabajo, la mejora del salario y el alivio en el bolsillo porque todos lo necesitamos", aseguró el candidato de Juntos por el Cambio.
El macrismo ha realizado un cambio radical en el formato de sus campañas electorales. De la maquinaria de precisión de los mítines de agosto, realizados en recintos pequeños, con escaso público y sin banderas ni gritos, se ha pasado a una estrategia de grandes actos más cercana a la del peronismo clásico. "Dar esta batalla vale la pena porque este es nuestro país, es nuestro futuro", "Vamos Argentina, a despertar", aseguró en sus palabras de despedida. Arropado por su partidarios, Macri peleará hasta el final.