La conmovedora historia de Leonardo Burián, uno de los héroes de Colón finalista de la Sudamericana
William Burián murió el 5 de agosto en un accidente de tránsito, en la previa del duelo del Sabalero ante Zulia en Venezuela. El uruguayo se largó a llorar en el hombro del Pulga Rodríguez al recordarlo, instantes después de atajar el segundo penal en la definición ante Atlético Mineiro, que depositó al Sabalero en una definición histórica
Infobae
El 5 de agosto, el uruguayo Leonardo Burián recibió una noticia devastadora: su hermano, William Daniel Burián Castro, de 46 años, falleció en un accidente de tránsito que había sufrido el 31 de julio, cuando su auto se estrelló contra un camión. El arquero, que se hallaba concentrado para viajar a Venezuela con Colón para jugar ante Atlético Zulia, por la ida de los cuartos de final de la Copa Sudamericana, fue liberado de sus obligaciones. Una semana después estaba con los guantes puestos, en la valla del Sabalero, para hacer su aporte en el 4-0 que le dio a su equipo el pase a las semifinales de la competencia.
Por eso, después del segundo penal que atajó en la definición desde los 12 pasos contra Atlético Mineiro, en un estadio copado por fanáticos rivales, se fundió en un abrazo sentido con el Pulga Rodríguez (el otro héroe de la jornada, que perdió a su papá hace 12 días) y soltó las lágrimas contenidas, lo que emocionó a propios y extraños. Sus tapadas ante Rever (abajo y a la izquierda) y el ex Banfield y River Juanito Cazares (a su derecha) depositaron al Rojinegro en la definición del certamen internacional, luego de un resultado global de 3-3 en los 180 minutos. El destino le tenía preparado un desahogo luego de tanto dolor.
El Cachorro Burián, de 35 años, puede jactarse de ser un especialista en los penales: atajó 9 en definiciones de este tipo desde que llegó al Sabalero (le patearon 30). Con él bajo los tres palos, los santafesinos ganaron cinco de seis series. Es una virtud que supo exhibir en Nacional (club en el que debutó en 2004), Deportes Tolima de Colombia, Montevideo Wanderers, Bella Vista, Juventud las Piedras, Jaguares de Chiapas y Godoy Cruz. Pero a Colón lo llevó a la final de un certamen continental, un orgullo inédito en los 114 años de vida de la institución.
Y pensar que estuvo a punto de irse durante el receso por la Copa América. Se reunió con el presidente José Vignatti para conseguir marcharse con el pase libre, y desde la dirigencia le respondieron que para lograr su salida tenía que pagar 100.000 dólares. Las negociaciones siguieron y al final llegaron a un acuerdo, por lo que terminó reintegrándose al plantel con la pretemporada comenzada.
El que más lo celebró fue Pablo Lavallén, que retuvo a un arquero seguro, ágil y con capa de héroe. La imagen de su emoción, en el hombro del Pulga Rodríguez, recordando a su hermano fallecido, es la foto de un momento único en la historia de Colón.
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El 5 de agosto, el uruguayo Leonardo Burián recibió una noticia devastadora: su hermano, William Daniel Burián Castro, de 46 años, falleció en un accidente de tránsito que había sufrido el 31 de julio, cuando su auto se estrelló contra un camión. El arquero, que se hallaba concentrado para viajar a Venezuela con Colón para jugar ante Atlético Zulia, por la ida de los cuartos de final de la Copa Sudamericana, fue liberado de sus obligaciones. Una semana después estaba con los guantes puestos, en la valla del Sabalero, para hacer su aporte en el 4-0 que le dio a su equipo el pase a las semifinales de la competencia.
Por eso, después del segundo penal que atajó en la definición desde los 12 pasos contra Atlético Mineiro, en un estadio copado por fanáticos rivales, se fundió en un abrazo sentido con el Pulga Rodríguez (el otro héroe de la jornada, que perdió a su papá hace 12 días) y soltó las lágrimas contenidas, lo que emocionó a propios y extraños. Sus tapadas ante Rever (abajo y a la izquierda) y el ex Banfield y River Juanito Cazares (a su derecha) depositaron al Rojinegro en la definición del certamen internacional, luego de un resultado global de 3-3 en los 180 minutos. El destino le tenía preparado un desahogo luego de tanto dolor.
El Cachorro Burián, de 35 años, puede jactarse de ser un especialista en los penales: atajó 9 en definiciones de este tipo desde que llegó al Sabalero (le patearon 30). Con él bajo los tres palos, los santafesinos ganaron cinco de seis series. Es una virtud que supo exhibir en Nacional (club en el que debutó en 2004), Deportes Tolima de Colombia, Montevideo Wanderers, Bella Vista, Juventud las Piedras, Jaguares de Chiapas y Godoy Cruz. Pero a Colón lo llevó a la final de un certamen continental, un orgullo inédito en los 114 años de vida de la institución.
Y pensar que estuvo a punto de irse durante el receso por la Copa América. Se reunió con el presidente José Vignatti para conseguir marcharse con el pase libre, y desde la dirigencia le respondieron que para lograr su salida tenía que pagar 100.000 dólares. Las negociaciones siguieron y al final llegaron a un acuerdo, por lo que terminó reintegrándose al plantel con la pretemporada comenzada.
El que más lo celebró fue Pablo Lavallén, que retuvo a un arquero seguro, ágil y con capa de héroe. La imagen de su emoción, en el hombro del Pulga Rodríguez, recordando a su hermano fallecido, es la foto de un momento único en la historia de Colón.