Greta Thunberg lleva su protesta a la Casa Blanca

La adolescente sueca erigida en icono mundial de la lucha contra el cambio climático asegura que nunca se rendirá

Yolanda Monge
Washington, El País
Muy a su pesar, Greta Thunberg fue hoy viernes protagonista en Washington. La pregunta era un gran rumor entre la pequeña multitud que se había concentrado a los pies de la Casa Blanca, en el jardín posterior, acordonado por el Servicio Secreto: “¿Dónde está Greta?” La adolescente sueca erigida en icono mundial de la lucha contra el cambio climático estaba, pero no quería figurar, lo que no es fácil cuando todo el mundo te busca. Greta declaró que no quería hablar, que no deseaba robar el protagonismo a sus jóvenes colegas de activismo medioambiental.


Al final, después de que se lo hubieran reclamado y ofrecido varias veces, Greta cedió a la presión. Greta anunció que no iba a pronunciar un discurso. “Solo quiero manifestar mi agradecimiento”, pronunció con voz queda. “No abandonaremos nunca”, prosiguió. Sus palabras finales emplazaban al público para el viernes de la semana que viene en Nueva York, donde habrá una protesta a nivel global para llamar la atención de los líderes del mundo sobre la emergencia climática, con motivo de la celebración de la Asamblea General de Naciones Unidas.

Hoy era viernes, en el diccionario de los seguidores de Greta Thunberg día de no ir al colegio para participar en acciones urgentes contra el cambio climático. La iniciativa la puso en marcha la joven Thunberg, 16 aniñados años, en agosto de 2018. Fue el inicio de un movimiento de huelgas escolares (el viernes de cada semana) a las que Thunberg ha conseguido arrastrar a más de millón y medio de estudiantes en todo el mundo.

Como otros viernes, Madelaine (siete años) y Charlotte (nueve) no tuvieron hoy jornada lectiva -aunque ellas no asisten a una escuela, ya que estudian en casa- para poder concentrarse junto a otros niños de Washington y los alrededores frente a la parte trasera de la Casa Blanca. Allí han manifestado que “se acaba el tiempo”. “Nuestra voz importa”, dice con autoridad la pequeña Madelaine. “Hoy es el día del cambio”, añade su hermana, Charlotte.

Greta Thunberg se dejó fotografiar con la Casa Blanca a sus espaldas mientras se coreaba su nombre y había carteles que la representaban. Casi todo el recorrido hecho por la marcha, Thunberg mantuvo agarrada la pancarta que lleva su lema “Skolstrejk för Klimatet" (huelga de colegio por el clima). Durante su estancia de seis días en la capital de Estados Unidos, Thunberg recibirá varios homenajes, entre ellos un premio que le será entregado por Amnistía Internacional el próximo lunes. La joven que ha sido incluso nominada al premio Nobel de la Paz intervendrá ante el Congreso de Estados Unidos el miércoles 18 de septiembre, a iniciativa de legisladores del Partido Demócrata.

Thunberg ha sido también invitada a los debates de la cumbre del cambio climático el próximo 23 de septiembre en la ciudad de Nueva York. Para ese día, los activistas del cambio climático pretenden colapsar la ciudad de Washington, cortando calles importantes y dificultando el tráfico.

“Tenemos que atraer la atención de la gente, es ahora o nunca”, declaraba la universitaria Dejone Wilson, para quien la joven Greta es toda una inspiración. “Ha dejado todo para luchar por lo que cree, que es lo que deberíamos de hacer los jóvenes antes de que muera el planeta”, apuntaba Wilson. Procedente de Inglaterra, Thunberg llegó el pasado 28 de agosto a la ciudad de Nueva York a bordo de un velero con casi cero emisiones de carbono. Entonces dijo traer un mensaje para el presidente de Estados Unidos. "Mi mensaje [para Donald Trump] es 'escuche el silencio', pero no lo hace".

Hoy viernes, Greta solo ha incomodado la vista que tiene el presidente desde la balconada de la Casa Blanca, porque no hubo ni una sola alusión al mandatario que no cree en la ciencia que respalda el calentamiento global. “Trump es un mentiroso”, se apresuró a decir Jonas Hundt-Corman. “Miente y cada mentira nos cuesta un pedazo del planeta”, declaró el joven estudiante de políticas. De la misma opinión eran un grupo de tres adolescentes del acomodado barrio de Chevy Chase (norte de Washington). “Es el peor presidente de la historia”, apuntan casi al unísono. “Debería de darle vergüenza que una joven de 16 años sepa más que él de las amenazas que sufre la tierra”, dijeron ensalzando la labor de Thunberg.

Marissa, 15 años, cree que el sistema escolar de la ciudad debería de imponer los viernes como día sin colegios para que desde la infancia exista la conciencia del ultimátum que vive el planeta. “No queda tiempo”, asegura. “Ahora más que nunca son necesarios los Viernes por el Futuro”, finaliza la adolescente.

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