El penúltimo jeroglífico de Zidane

Valverde se añade a las bajas de Modric, Isco y Bale, lo que obliga al técnico a recomponer un medio campo ya de por sí muy mermado

GORKA R. PÉREZ
Madrid, El País
No hay día sin susto, ni amanecer sin desasosiego. Vive Zinedine Zidane desde su posición de entrenador del Real Madrid en un estado permanente de alerta, aunque su exquisita educación y su porte elegante le permitan disimular toda esa ira contenida que generan las desdichas. Si la lesión de Luka Modric parecía el último contratiempo, Valverde, el único recambio natural con el que cuenta en el centro del campo, tampoco estará disponible para el partido ante el Levante (13.00, Movistar LaLiga). El uruguayo sufre una lesión en el músculo recto anterior de la pierna izquierda. Es el décimo futbolista que se lastima en las ocho semanas y media que tercian desde el regreso de las vacaciones de verano.


“Es la plantilla que tengo”, se justificó a su manera Zidane en la rueda de prensa posterior al último entrenamiento en Valdebebas. “Le pasa a todos los clubes, sobre todo en el inicio de temporada. Tenemos muchos jugadores que no paran nunca porque son internacionales. Espero que después de Luka no tengamos a más jugadores lesionados pero puede tocar”, añadió. Horas después se dio a conocer el contratiempo de Valverde.

El remiendo en el centro del campo se antoja una tarea aún más titánica para el preparador francés. No solo es la parcela del equipo con menos mimbres, sino que pasa por ser la única que no ha sido reforzada en el mercado de fichajes, y en la que más salidas se han registrado. Kovacic, Llorente y Ceballos dejaron tres huecos libres, y la única petición directa del francés, Paul Pogba, sigue cambiándose de ropa en Old Trafford. La baja de Isco, también lesionado, y la sanción tras ser expulsado en Vila-real de Bale, completan el parte de ausencias. “El rival ha tenido 15 días para prepararse pero es lo que hay. Hemos ido incorporando jugadores esta semana y hay tres que solo tendrán un entrenamiento, pero estamos listos y preparados para el partido”, se descargó Zidane.

Si bien el ceño fruncido sigue generando en el francés las arrugas propias de quien da vueltas y vueltas a la cabeza, el tibio comienzo de temporada (una victoria y dos empates), y la falta de diseño de un equipo que transita entre distintos sistemas tácticos (4-3-3 y 4-4-2), solidifican el temor que se maneja alrededor de un conjunto que ya patinó durante la temporada pasada.

Vinicius, sin ventaja

De hecho, ni siquiera quienes aportaron algo de frescor en medio del erial como Vinicius, parecen contar con ninguna ventaja sobre el resto. “¿No es el mismo futbolista del año pasado? ¿Por qué? Tengo la máxima confianza en él, tiene 19 años y es el futuro del Madrid. Está en un proceso de hacer las cosas bien, cuento con él pero a veces no va a jugar porque va a jugar otro. Yo confío plenamente en él, dejad de decir que no cuento con él”, se revolvió el técnico, a quien el tema del brasileño le escama desde hace semanas, cuando le preguntaron que por qué Vinicius este curso ya no parecía el mismo futbolista que hace unos meses desequilibraba cada vez que se lo proponía.

El compromiso del Levante se asoma como el primer reto angustioso de la semana, y que antecede al encuentro ante el PSG en París la próxima semana. Desde allí llegó cedido el portero Alphonse Areola, presentado este viernes en el Santiago Bernabéu en una comparecencia pública en la que no asumió su presumible condición de suplente. La titularidad de Courtois no es negociable para Zidane, y el hecho de que su competidor haya firmado por un solo año sin opción de compra refuerza la jerarquía del belga.

Con las puertas de entrada cerradas y el diseño de la plantilla notablemente descompensado en su cintura, el jeroglífico al que se asoma Zidane pone a prueba su formación táctica. Una tarea extra en medio de la inmensidad de ajustes que le restan por completar a un equipo en el que hace tiempo que nadie amanece del todo descansado.

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