El Milán gana sufriendo en Verona

Un penalti de Piatek supuso el triunfo para los rossoneri, que suman seis puntos en tres jornadas. Los locales se quedaron con diez tras veinte minutos por la roja a Stepinski.

Mirko Calemme
As
El Milán logra su segundo triunfo consecutivo en el estadio del Hellas Verona, que se hizo respetar con intensidad y garra y hasta el último segundo del enfrentamiento estuvo a un paso de un empate que habría sido merecido. El partido fue repleto de polémicas arbitrales, que llegaron muy temprano. Pasaron apenas 20 minutos cuando Stepinski, buscando el balón, golpeó con una patada en plena cara a Musacchio y el árbitro, que lo había amonestado, decidió sacar la tarjeta roja tras haber visto las imágenes del VAR.


Los rossoneri, a pesar de la superioridad numérica, apenas crearon peligro: Paquetá y Suso se movían a las espaldas de Piatek, pero su posesión del balón fue poco concreta y no llevó ni a un remate a puerta. La mejor ocasión, de hecho, fue para los locales con Verre, que controló un pase largo y rozó el golazo con una bonita volea.

Giampaolo puso al recién fichado Rebic en lugar del brasileño, y en la segunda parte el partido se encendió: Calabria golpeó el poste con un disparo desde el límite del área y Verre hizo lo mismo ante Donnarumma tras un centro de Veloso. El momento decisivo llegó poco después, cuando Gunter desvió con el brazo un remate de Calhanoglu en plena área. Las nuevas normas hicieron inevitable la pena máxima y Piatek se encargó del lanzamiento, rompiendo su sequía de este verano y celebrándolo polémicamente, “callando” las críticas ante las cámaras. El punta, con una estirada, también había marcado el segundo, pero golpeando el balón cuando el meta local, Silvestri, ya lo aguantaba con una mano. El trencilla, con la ayuda del VAR, anuló el 0-2 y el Hellas empujó en busca del empate. La mejor oportunidad llegó sobre la bocina: Calabria tumbó a Pessina a un paso del área y fue expulsado, pero el lanzamiento de Veloso no superó la barrera y, en el rechace, el disparo de Lazovic solo llegó a rozar el palo. Ahí se acabó el partido, y los milanisti celebraron un triunfo sufridísimo e importante: el sábado toca el derbi con el Inter, y aunque hasta ahora los de Giampaolo no convencieron a nadie, al fin y al cabo sumaron dos victorias en tres jornadas. Hay puntos, a partir de ahora tiene que llegar todo lo demás.

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