Boca vuelve a sus orígenes: 4-3-1-2 para ser líder
Gustavo Alfaro apostó por un viejo esquema que le dio muchas alegrías al club durante la época del Virrey Bianchi. ¿Lo mantendrá en los próximos juegos?
Juampi Reynoso
As
Cuando a los hinchas de Boca le nombran el 4-3-1-2 se les ilumina la cara. Es que la línea de cuatro defensores, cuatro mediocampistas, un enlace suelto y dos puntas hace que los fanáticos del Xeneize viajen automáticamente a tiempos de gloria, cuando Carlos Bianchi estaba sentado en el banco de suplentes dirigiendo la orquesta.
Gustavo Alfaro tiene algunas pequeñas cosas del Virrey, aunque todavía no logró ni un cuarto de lo que ganó el entrenador más exitoso de la historia de Boca durante su paso por la Ribera. Pero su tranquilidad al hablar, la manera de plantear algunos partidos, la fortaleza que va consiguiendo su defensa, entre otras cosas, llena de ilusión a los fanáticos que acompañan al equipo pese a las frustraciones de los últimos años.
Ante Estudiantes, Lechuga optó por un equipo un tanto más ofensivo que en el Superclásico del 1° de septiembre y colocó el esquema preferido de Bianchi en su primera etapa: Marcone fue el volante tapón, Capaldo se movió por derecha, Reynoso por izquierda y Alexis fue el enganche. ¿Arriba? Villa por afuera y Soldano bien de 9.
La táctica predilecta de Bianchi le dio resultado a Alfaro, ya que su equipo generó muchísimas situaciones de gol aunque solo concretó una. Quizá este viejo esquema conocido haya llegado para quedarse: ¿saldrá a jugar así ante San Lorenzo? ¿Se animará a probarlo en la ida de semifinales de Copa? Preguntas que se irán contestando a medida que pasen los partidos, pero la primera prueba fue satisfactoria. Boca es puntero invicto, y no es poco...
Juampi Reynoso
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Cuando a los hinchas de Boca le nombran el 4-3-1-2 se les ilumina la cara. Es que la línea de cuatro defensores, cuatro mediocampistas, un enlace suelto y dos puntas hace que los fanáticos del Xeneize viajen automáticamente a tiempos de gloria, cuando Carlos Bianchi estaba sentado en el banco de suplentes dirigiendo la orquesta.
Gustavo Alfaro tiene algunas pequeñas cosas del Virrey, aunque todavía no logró ni un cuarto de lo que ganó el entrenador más exitoso de la historia de Boca durante su paso por la Ribera. Pero su tranquilidad al hablar, la manera de plantear algunos partidos, la fortaleza que va consiguiendo su defensa, entre otras cosas, llena de ilusión a los fanáticos que acompañan al equipo pese a las frustraciones de los últimos años.
Ante Estudiantes, Lechuga optó por un equipo un tanto más ofensivo que en el Superclásico del 1° de septiembre y colocó el esquema preferido de Bianchi en su primera etapa: Marcone fue el volante tapón, Capaldo se movió por derecha, Reynoso por izquierda y Alexis fue el enganche. ¿Arriba? Villa por afuera y Soldano bien de 9.
La táctica predilecta de Bianchi le dio resultado a Alfaro, ya que su equipo generó muchísimas situaciones de gol aunque solo concretó una. Quizá este viejo esquema conocido haya llegado para quedarse: ¿saldrá a jugar así ante San Lorenzo? ¿Se animará a probarlo en la ida de semifinales de Copa? Preguntas que se irán contestando a medida que pasen los partidos, pero la primera prueba fue satisfactoria. Boca es puntero invicto, y no es poco...