Valientes, políticos y activistas: los perros famosos en su día

Miky y Max, los héroes de cuatro patas que trabajaron en la tragedia de Caranavi. Tamy, Oberyn y Castor, los amigos más fieles.

Página Siete  / La Paz
Unos se dedican a  rescatar personas, otros se han  convertido en símbolos de la política boliviana y todos   cambian vidas, enamoran y mueven corazones. Así son ellos, los mejores amigos del hombre.


 Uno de ellos es Petardo, el perro que  acompañó  la marcha del   Comité Cívico Potosinista en 2017. Su  valentía y su  forma de defender  a sus compañeros de lucha  con  osados ademanes conquistaron el cariño de toda la población boliviana y sobre todo del pueblo potosino.   
Si de perros héroes hablamos, bien se puede recordar a Miky, uno de los rescatistas  y salvadores  que trabajaron de manera incansable   en el sector de Puente de Armas de Yolosita-Caranavi, donde ocurrió un deslizamiento que sepultó a varias personas. Este valiente  can fue abandonado en las instalaciones del  Centro Nacional de Adiestramiento de Canes. Su colega, Max,   cabo policía y   amante de la pelota, rescató el cuerpo de una de las víctimas de la tragedia.   
De un día para el otro, la vida del  perro mestizo   Ringo cambió por completo. Pasó de perder todo  el deslizamiento del sector San Jorge Kantutani   a vivir  a la residencia presidencial junto al primer mandatario, Evo Morales.
  Tamy es una perrita que   representa un regalo del cielo para  la familia de la periodista Priscila Quiroga.  Para  Sayuri Loza, Oberyn  es su mejor amigo. “Él entiende todo lo que le digo y es muy leal. Es un perrito digno de su especie”, dice.  
Ringo, de damnificado  a la casa presidencial


Grande, peludo y fiel son algunas de las características del  nuevo miembro de la residencia presidencial.  Su nombre es    Ringo, un perro  de raza mestiza con  ojos verdes,  nariz en tono rosa y un pelaje dorado.
Fue rescatado   en abril en el deslizamiento de San Jorge Kantutani, pero sus salvadores no encontraron a sus dueños. 
  La  vida  de Ringo dio un giro total el 1 de agosto, cuando fue adoptado por el presidente Evo Morales.
    En el albergue de mascotas Laika se llamaba Gringo, pero fue rebautizado por el Presidente  como Ringo.
En las últimas semanas se vieron fotos  que muestran al perro en la casa presidencial. Al igual  que Trébol, el perro que formó parte de la  infancia de Morales, Ringo ya es parte de la historia del Presidente.

   Athenea y Qhana, las mascotas del Vice
 Cuando el vicepresidente Álvaro García Linera y su esposa, Claudia Fernández,  dieron a conocer que esperaban a Alba, difundieron una foto en la que además de la pareja –a quienes se ve agarrando un ultrasonido– estaban presentes sobre el sofá sus mascotas Athenea y Qhana.
A la segunda, García Linera  la adoptó en enero de 2016. La mascota fue rescatada de un terreno descampado en El Alto. Ella y su hermano cayeron a una especie de cámara de desagüe, mal cubierta con tapas de concreto. Qhana fue la única que  sobrevivió. 
 García Linera suele compartir  fotos de sus mascotas junto a su esposa y su hija. En agosto de 2017 les agradeció de la siguiente forma: “Athenea y Qhana, gracias por ser parte de nuestra familia”.
Petardo, el símbolo de la lucha potosina
A mediados de 2015, Petardo entró a la escena política. Este perro mestizo  acompañó a los marchistas del Comité Cívico Potosinista en toda  su protesta. Llamó la atención porque no le temía a los petardos ni a otros explosivos. De ahí su nombre. 
Luego de casi  un mes en La Paz, los manifestantes retornaron a Potosí  y se  llevaron a Petardo. Desde entonces se convirtió en un  símbolo de la rebeldía potosina. Por su fama, inspiró un videojuego , el cual se denomina   Petardo, el héroe, y hasta fue una de las víctimas de las fake news: dijeron que había muerto. 
En 2017 se supo que Petardo vivía en una veterinaria, aunque un año más tarde  se conoció que moraba con una familia de 14 integrantes (varios niños), colmado de cariño.
Miky, un héroe de la tragedia de Caranavi
Desde entonces, el perro fue entrenado en especialidades como el  rastreo de personas, de  muertos,    desaparecidos,   explosivos,   divisas y   búsqueda  de narcóticos.
  Miky y su colega policía ya enfrentaron varios desafíos. Según Atahuichi, la tragedia en Caranavi fue uno de los hechos más duros que vivieron. “Estábamos muy cansados, llenos de tierra y lodo”, dice el policía. Hoy, la dupla  está lista para atender cualquier  emergencias.  
Tamy, un milagro que sorprendió a Priscila
 “Ella llegó en realidad después de una tragedia que nos tocó vivir:  perdimos a nuestro primer perrito, que se llamaba Doky”, cuenta la periodista Priscila Quiroga.
 Doky era un chapi blanco. Fue atropellado  y murió por falta de auxilio. Su partida dejó un gran dolor en  Priscila, su esposo, Daniel Cárdenas, y su  hijo  Santiago.
Luego de un tiempo, la familia decidió adoptar a otro perro. Durante  el ínterin de buscar al nuevo integrante del hogar, apareció Tamy. 
 Apenas la perrita  se encontró con Santiago,  se emocionó y se puso a jugar. Fue un encuentro mágico. Ahí la familia preguntó por los padres de Tamy. “Nos muestran la foto del papá y nos dicen que se llamaba Doky. Fue un impacto (…). Así vino a nuestras vidas”, dice.
Rufus, un guardián de los PumaKatari
Llegó  un poco enfermo, pero con las atenciones  de los  trabajadores se salvó de todo mal. Fue vacunado  y desparasitado. Así se convirtió en un guardián de los PumaKatari. Este fin de semana, Rufus  será  esterilizado y será uno de los primeros perros  que el servicio de transporte edil  dará  en adopción.  
Es que la familia  de La Paz Bus sabe que aunque los perritos  tienen un lugar, comida y abrigo en las estaciones, nada se compara a la seguridad  y al cariño que brinda un hogar. 
Alejandra Blanco, encargada de bienestar social de esa unidad, dice que   quieren evitar cualquier tipo de riesgo a las mascotas. “Pueden  ser atropellados, por eso queremos que sean adoptados”.
Entre performances y libros, la vida de Castor
Una vez fuera de las celdas, Castor se alejó para siempre de esa vida y buscó un hogar. Mala suerte, cayó en las garras de un escritor. Lo primero que hizo Rodrigo Urquiola fue ponerle un nombre excéntrico: dado que la mirada del can le recordaba a Sartre, él recordó a Simone de Beauvoir, su compañera de toda la vida, cuyo apodo era Castor. Cuando llegó a su nueva casa, fue presentada a su dueña oficial, Camila Celeste, la hija de 12 años del autor. Él le dijo: Te traje un Castor. La caja en la que llegó se movió inquieta. La niña se asustó, con cautela abrió la caja y descubrió: ¡Es un perrito! Desde entonces, la pequeña artista peluda se convirtió en la minúscula guardiana de la casa.
Oberyn, amor a segunda vista de las Loza
Sayuri cuenta que es el primer perro que tuvieron en su vida y Remedios no estaba muy convencida al principio. “Mamá no quería saber de perros, pero poco a poco lo empezó a querer. Hasta que un día, cuando mi esposo y yo volvimos de un viaje a México, ella nos dijo: quédense con todo lo que quieran, pero este perro es mío”, recuerda.
Cuando Remedios falleció, Oberyn se convirtió en la compañía, el mejor amigo y  la familia de Sayuri.  “Tenemos un carácter  similar, nos gusta tomarnos fotos, bailar y  comer. Él entiende todo lo que le digo y es muy leal. Es un perrito digno de su especie”,   asegura.
Elmo, el valiente que venció  al moquillo
En  febrero,  Elmo llegó a las jardineras  de La Paz Bus con su enfermedad muy avanzada, sangraba por el hocico, temblaba y ya no podía caminar. 
Fueron dos meses de recuperación. Primero vieron las secuelas del moquillo en su  sistema nervioso y  respiratorio.  Salió adelante.
 El pequeño perro  conquistó el cariño de Alejandra Blanco, funcionaria de  La Paz Bus.  “Venía por él, todo el tiempo que estaba acá, mi trabajo era de lunes a domingo, sólo por él.  A veces pensaba: ‘qué será de mi perro si me voy’”, cuenta la trabajadora. Entonces, un feriado largo  llevó a Elmo a  su casa para probar  suerte. Él se adaptó. “Se quedó conmigo. Ahora somos una familia de dos”,  dice.
Max,  cabo policía y   amante de la pelota 
  Su instructor,  el  suboficial David Uchani, cuenta que trabaja  Max  trabaja como rescatista desde  hace tres años. Y en ese tiempo, el labrador golden y  su colega de equipo siempre  protagonizan un ritual después de  atender un trabajo exitoso: jugar con la pelota.
El   día que Max y colega  policía  viajaron al sector  Puente de Armas de Yolosita-Caranavi de La Paz, donde  ocurrió un  deslizamiento que enterró  a decenas de personas, se cumplió el ritual. 
Ese día, Max   encontró  el cuerpo de  una  maestra que fue sepultada por el deslizamiento.  “Cuando halló el sector donde estaba el cuerpo, él comenzó a escarbar con sus patas en el suelo y hundió más su hocico. Era una señal de alerta”, cuenta. Entonces, los rescatistas buscaron el lugar y hallaron el cadáver.
Esperanza y Shuri,  guerreras de la vida 
Shuri fue una de tantas cachorras pardas en las laderas, un día cayó a un hueco y por su tamaño diminuto, no podía salir de él, era época de lluvia. Un grupo de vecinos, que al escucharla llorar tantos días, subió al cerro, la buscó y finalmente la rescató. Casi pierde un ojo.  Aún quedan secuelas de esos días interminables de soledad y hambre que padeció.  Su espíritu de sobrevivencia fue más fuerte que su lamentable situación.
Ambas fueron acogidas casi al mismo tiempo en el hogar de la curadora y artista Maggy Cossio. Ahí crecen y se recuperan.  “Juntas miran un futuro lleno de alegrías y placeres, porque ellas no saben de ponerse mal, sino de vivir cada día con la máxima alegría”, dice.

Entradas populares