Salah se come al Arsenal en Anfield
Dos goles suyos, uno de penalti y otro de pura velocidad, y otro de Masip de cabeza bastaron para arrollar a unos 'gunners' que echaron en falta la mejor versión del español.
Alberto Muñoz
As
A Mohammed Salah no le importa si el que está delante es el Arsenal o el Norwich. El egipcio es una fuerza de la naturaleza que cuando se descontrola resulta imposible parar. Dos goles suyos, uno de penalti y otro de pura velocidad, y otro de Matip de cabeza bastaron para arrollar a unos gunners que llegaban con pleno de victorias y envalentonados por el poderío de su línea ofensiva.
A partido pasado el análisis demostró que Emery se equivocó con Ceballos, mejor jugador del anterior partido, o al menos con el planteamiento, ya que salió demasiado ofensivo en Anfield contra un rodillo como el Liverpool y se marchó goleado. El entrenador español optó por la calidad del jugador madridista en vez de la contundencia de Torreira y eso terminó penalizando a los suyos, que entregaron las bandas y se hicieron fuertes en el juego interior.
El planteamiento le funcionó prácticamente durante toda la primera mitad, e incluso el Arsenal pudo adelantarse gracias a la verticalidad endiablada de Pépé, que fue el primer jugador en regatear a van Dijk en 50 partidos de Premier League. El problema fue que los de Klopp manejan tantos registros que finalmente encontraron una rendija en un saque de esquina que Matip cabeceó a gol poco antes de enfilar el camino a los vestuarios.
En la reanudación se hizo más evidente la superioridad de los locales, que ampliarían la ventaja tras un penalti cometido por David Luiz y que definió maravillosamente Salah a la escuadra derecha de Leno. Un penalti imparable que pesó en el ánimo de los londinenses y que condujo, indirectamente, hasta una escapada por velocidad del egipcio, que resolvió la jugada impecablemente en el mano a mano frente al portero germano.
Torreira reduciría distancias en los últimos compases del partido, pero eso no impidió que el Liverpool se llevase los tres puntos y se colocase ya como líder en solitario de la Premier League.
Alberto Muñoz
As
A Mohammed Salah no le importa si el que está delante es el Arsenal o el Norwich. El egipcio es una fuerza de la naturaleza que cuando se descontrola resulta imposible parar. Dos goles suyos, uno de penalti y otro de pura velocidad, y otro de Matip de cabeza bastaron para arrollar a unos gunners que llegaban con pleno de victorias y envalentonados por el poderío de su línea ofensiva.
A partido pasado el análisis demostró que Emery se equivocó con Ceballos, mejor jugador del anterior partido, o al menos con el planteamiento, ya que salió demasiado ofensivo en Anfield contra un rodillo como el Liverpool y se marchó goleado. El entrenador español optó por la calidad del jugador madridista en vez de la contundencia de Torreira y eso terminó penalizando a los suyos, que entregaron las bandas y se hicieron fuertes en el juego interior.
El planteamiento le funcionó prácticamente durante toda la primera mitad, e incluso el Arsenal pudo adelantarse gracias a la verticalidad endiablada de Pépé, que fue el primer jugador en regatear a van Dijk en 50 partidos de Premier League. El problema fue que los de Klopp manejan tantos registros que finalmente encontraron una rendija en un saque de esquina que Matip cabeceó a gol poco antes de enfilar el camino a los vestuarios.
En la reanudación se hizo más evidente la superioridad de los locales, que ampliarían la ventaja tras un penalti cometido por David Luiz y que definió maravillosamente Salah a la escuadra derecha de Leno. Un penalti imparable que pesó en el ánimo de los londinenses y que condujo, indirectamente, hasta una escapada por velocidad del egipcio, que resolvió la jugada impecablemente en el mano a mano frente al portero germano.
Torreira reduciría distancias en los últimos compases del partido, pero eso no impidió que el Liverpool se llevase los tres puntos y se colocase ya como líder en solitario de la Premier League.