¿Puede Trump comprar Groenlandia? Los 6 puntos clave sobre su nueva idea

Por Nick Rigillo y Morten Buttler (Blomberg)
El presidente estadounidense, Donald Trump, tendría interés en comprar Groenlandia, la isla más grande del mundo y un territorio autónomo de Dinamarca. Si bien la seriedad de sus intenciones no está clara y la respuesta inicial del otro lado de la hipotética transacción fue un rotundo "no", la historia plantea dudas sobre la factibilidad de semejante operación.


1. ¿Por qué querría Trump comprar Groenlandia?

Trump tiene un historial de analizar problemas geopolíticos desde la perspectiva de un promotor inmobiliario. Durante su reunión de 2018 con Kim Jong-un, por ejemplo, Trump habló del potencial que ve para instalar hoteles y condominios en las playas de Corea del Norte. Además, como Trump seguramente sabe, otros presidentes de EE.UU. dejaron su marca en la historia con grandes ideas semejantes.

2. ¿Por qué Groenlandia llama la atención de EE.UU.?

Aparte de ser más grande que México y Arabia Saudita, Groenlandia tiene abundantes recursos y una ubicación estratégica cerca del océano Ártico. Ubicada en el norte del Océano Atlántico entre Europa y América, la isla ha sido durante mucho tiempo un foco de tensión entre EE.UU., Rusia, Canadá, Dinamarca y Noruega. Ya alberga una base aérea y una estación de radares estadounidenses. En 1968, un bombardero B-52 que portaba armas nucleares se estrelló cerca de la base de Thule en el noroeste de Groenlandia, causando contaminación radioactiva. El año pasado, Dinamarca impidió que China se estableciera en su territorio al aceptar cofinanciar la construcción de dos nuevos aeropuertos.

3. ¿Es realmente una idea extravagante?

Hasta hace un siglo, este tipo de transacciones no eran inusuales: EE.UU. compró el territorio de Luisiana a Francia por USD15 millones en 1803 y Andrew Johnson es recordado como el presidente que supervisó la compra de Alaska a Rusia en 1867. Incluso hay un precedente que involucra a Dinamarca. El gobierno de Copenhague vendió lo que ahora se conoce como las Islas Vírgenes de EE.UU. en 1917. De hecho, hay muchos otras islas puestas a la venta, pero suelen ser más pequeñas y ubicadas en climas más cálidos. No obstante, como señala la BBC, Joseph Blocher de la Facultad de Derecho de la Universidad de Duke escribió en 2012 que "el mercado de territorios soberanos parece haberse secado", ya que "no parecen estar a la venta".

4. ¿Cuánto costaría comprar Groenlandia?

Dado que la isla de más de 2 millones de kilómetros cuadrados no está actualmente en el mercado, no hay valoraciones disponibles. Sin embargo, para tener una idea de cuánto podría valer, merece la pena acotar que su producto interno bruto totalizó poco más de US$2.700 millones en 2017. La isla recibe un subsidio anual de alrededor de US$500 millones por parte de Dinamarca. En perspectiva, el precio de compra de Alaska en 1867, US$7,2 millones, se traduciría en solo US$125 millones en la actualidad, una suma que para la mayoría sería una ganga.

5. ¿Cómo haría Trump para comprar Groenlandia?

No está claro. El profesor adjunto Rasmus Leander Nielsen de la Universidad de Groenlandia ha dicho a medios locales que Dinamarca no puede vender Groenlandia porque su ley de autonomía de 2009 "establece claramente que los groenlandeses son su propio pueblo". La mejor esperanza de Trump sería que el territorio se independice y luego opte por organizar una venta a EE.UU. Resulta que la separación de Dinamarca es un tema que ha sido discutido en Groenlandia, donde defensores de la independencia hablan del año 2021, el 300 aniversario de su colonización, como posible fecha de divorcio. Un argumento a favor de la independencia es que Groenlandia debería tener una asociación más estrecha con Norteamérica, que está mucho más cerca que Dinamarca.

6. ¿Cuál podría ser el próximo paso de Washington?

De acuerdo con el New York Times, asesores de Trump le han dicho que investigarán más el asunto, pero solo porque prefieren no decirle que la compra es imposible. Trump tendrá la oportunidad de discutir el asunto personalmente con el primer ministro danés, Mette Frederiksen, cuando ambos se reúnan en Copenhague el 2 y 3 de septiembre.

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