'Pensando en ti eternamente' (6x22), el mejor episodio de 'Crónicas vampíricas' y el auténtico adiós de Elena Gilbert
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Crónicas vampíricas llegó en pleno apogeo chupasangres. Para ser más exactos, el 10 de septiembre de 2009, momento en el que la taquillera Crepúsculo, protagonizada por Kristen Stewart y Robert Pattinson, se abría camino en diciembre de 2008. También lo hacía meses después de la ficción televisiva True Blood, su gran competidora, hasta su última emisión en 2014. Pero si hay algo que consiguió la aclamada serie sobrenatural de CW, a diferencia de la citada anteriormente, fue mantenerse ocho largos años en la cadena estadounidense. Tiempo que dio para mucho; tanto como para que se desarrollara un 'spin-off' de la ficción, Los Originales, que gran parte del 'fandom' incluso la considera mejor que la original.
Aunque inicialmente con una trama muy 'teenager', críticada en sus comienzos por ser una réplica casi exacta de Crepúsculo -atractivo vampiro conoce al amor de su vida en el instituto, pero no puede estar a su lado por miedo a herirla-, gracias a Julie Plec, su 'showrunner', la trama evolucionó a otros niveles. El hilo amoroso, que eclipsaba todo lo demás, pasó a un segundo plano. Con 171 episodios a sus espaldas y siete temporadas de 22 capítulos cada una -menos la cuarta, con 23, y la octava y última, con 16- es casi un atrevimiento escoger uno únicamente. Pero si hay un momento que todos los fans recordarán, al menos yo -y que a día de hoy sigo pensando que fue el detonante del declive de la serie-, fue el adiós de Elena Gilbert. De ahí que haya escogido el episodio 'Pensando en ti eternamente' (6x22) como mi favorito.
La actriz Nina Dobrev se despedía de su último personaje, y digo último porque ha llegado a interpretar hasta tres papeles distintos en Crónicas vampíricas. Sacar a un protagonista de cualquier ficción ya resulta una tarea complicada, pero la acción se vuelve algo más ardua cuando es uno de los pilares del elenco, como era el caso de Dobrev, que junto con Ian Somerhalder (Damon Salvatore) y Paul Wesley (Stefan Salvatorore), formaba el trío por excelencia del exitoso título. Sin profundizar en los motivos que llevaron a la intérprete a su repentina salida, comenzaré citando algunos capítulos que se merecerían ocupar el podio con el 6x22, antes de rememorar algunos de los épicos momentos de este episodio.o.
Crónicas vampíricas llegó en pleno apogeo chupasangres. Para ser más exactos, el 10 de septiembre de 2009, momento en el que la taquillera Crepúsculo, protagonizada por Kristen Stewart y Robert Pattinson, se abría camino en diciembre de 2008. También lo hacía meses después de la ficción televisiva True Blood, su gran competidora, hasta su última emisión en 2014. Pero si hay algo que consiguió la aclamada serie sobrenatural de CW, a diferencia de la citada anteriormente, fue mantenerse ocho largos años en la cadena estadounidense. Tiempo que dio para mucho; tanto como para que se desarrollara un 'spin-off' de la ficción, Los Originales, que gran parte del 'fandom' incluso la considera mejor que la original.
Aunque inicialmente con una trama muy 'teenager', críticada en sus comienzos por ser una réplica casi exacta de Crepúsculo -atractivo vampiro conoce al amor de su vida en el instituto, pero no puede estar a su lado por miedo a herirla-, gracias a Julie Plec, su 'showrunner', la trama evolucionó a otros niveles. El hilo amoroso, que eclipsaba todo lo demás, pasó a un segundo plano. Con 171 episodios a sus espaldas y siete temporadas de 22 capítulos cada una -menos la cuarta, con 23, y la octava y última, con 16- es casi un atrevimiento escoger uno únicamente. Pero si hay un momento que todos los fans recordarán, al menos yo -y que a día de hoy sigo pensando que fue el detonante del declive de la serie-, fue el adiós de Elena Gilbert. De ahí que haya escogido el episodio 'Pensando en ti eternamente' (6x22) como mi favorito.
La actriz Nina Dobrev se despedía de su último personaje, y digo último porque ha llegado a interpretar hasta tres papeles distintos en Crónicas vampíricas. Sacar a un protagonista de cualquier ficción ya resulta una tarea complicada, pero la acción se vuelve algo más ardua cuando es uno de los pilares del elenco, como era el caso de Dobrev, que junto con Ian Somerhalder (Damon Salvatore) y Paul Wesley (Stefan Salvatorore), formaba el trío por excelencia del exitoso título. Sin profundizar en los motivos que llevaron a la intérprete a su repentina salida, comenzaré citando algunos capítulos que se merecerían ocupar el podio con el 6x22, antes de rememorar algunos de los épicos momentos de este episodio.o.
La cuarta temporada, con toda la transformación de Elena en vampira, sumado a la presencia de los Originales y sus últimos coletazos en la serie antes del debut de su ‘spin-off’, fue un año cargado de idas y venidas en el círculo amoroso formado por Elena, Damon y Stefan. Así lo demostraron en 'Retales de ti' (4x19). Este capítulo, con la canción 'Stay' de Rihana de fondo, sigue poniéndome los pelos de punta. En pleno baile de graduación, los hermanos Salvatore, sobre todo Stefan, hacían que Elena recuperase su humanidad. Por otro lado estaba Caroline (Candice King), que comenzaba a cobrar un mayor protagonismo y poco a poco se iba convirtiendo en la fiel 'amiga' de Stefan, a quien hizo ver que había más mundo más allá de Elena. ¡Cómo olvidar la etapa Silas! Ese cruel y perturbador villano, que resultaba casi imposible de odiar con la apariencia de Wesley en el 'El último baile' (5x05). Pero eso solo fue la primera mitad de esa temporada. En la segunda se desarrollaba la historia de los Viajeros y la profecía de las famosas réplicas ('doppelgängers'), trama que dio de sí hasta cinco temporadas y que tendría un papel fundamental en la muerte de Katerina Petrova, más conocida como Katherine, la molesta doble de Elena. Sin duda, el capítulo de su no muerte en '500 años de soledad' (5x11), con el cameo de Klaus y su momento de pasión con Caroline, y su apuñalamiento -esta vez definitivo- por el amor de su vida, Stefan, en 'Perdida' (5x15), fueron todo un 'remember' de las cuatro anteriores temporadas.
A diferencia del resto, la sexta temporada no comenzaba con la amenaza de ningún villano al que matar. Todo lo contrario. Ahora la amenaza eran ellos mismos y sus correspondientes relaciones. Juegos de ascendentes, reinos prisión, pérdidas de memoria y humanidad. El 6x22 reúne todo lo que se podría esperar de esta última temporada, que ya comenzaba a vislumbrar la falta de ideas de su 'showrunner'. Como un episodio de tránsito, 'Pensando en ti eternamente' provocó en mí algo que la serie llevaba tiempo sin conseguir. No tenía ni idea de cómo iban a cerrar la temporada. Pero no se puede entender la elección de este capítulo sin el apoteósico final de 'Te desposaré en el verano dorado' (6x21). Ese en el que Kai (Chris Wood) atacaba a su hermana Jo, embarazada de mellizos, a unos segundos de dar el "sí, quiero" a Alaric (Matthew Davis), personaje al que tanta calamidad sufrida en la serie le hizo ganarse a posteriori un puesto en el segundo 'spin-off' de la serie, Legacies. Esa sangre del vientre corriendo a borbotones por el vestido blanco de novia fue, sin duda, uno de los instantes en los que me ha dejado sin aliento. Pero no nos desviemos de esa emotiva, quizá demasiado larga, despedida de la joven Gilbert. En el último capítulo de la sexta temporada aparecían a modo de 'flash' unas escenas que Plec ideó para que Dobrev tuviera una particular despedida con cada uno de sus compañeros. Detalle que otros títulos no han tenido.
Pero antes de llegar a ese momento, si hay algo que me tiene completamente ganada es el comienzo de la relación entre Stefan y Caroline. Una amistad que se fraguó en la primera temporada y que poco a poco fue gustándome más y más. Será porque siempre he sido más de Stefan y, aún más, de Stefan sin Elena. El bloqueo de la humanidad de Caroline en 'Un pájaro en una jaula dorada' (6x17) con el destripador de los Salvatore, su juego al perro y el gato y su derroche de pasión en el campus Whithmore fueron algunos de los alicientes de esta temporada . Aunque, como es evidente, no se podrá jamás comparar con la relación que mantuvo con Elena. Hay una frase de Wesley en el hospital, cuando visitan a Elena en el 6x22, momento en el que ya ha caído en un misterioso e inexplicable sueño, cual Cenicienta, que explica a la perfección la relación con la protagonista. "Creo que al final le necesitaba más a él (Damon) que a ella", le responde a Caroline. A pesar de toda la trama amorosa que intentaban integrar en la serie, lo mejor, sin pensarlo dos veces, era la relación amor-odio entre los Salvatore.
Ahí también entraba Damon que, a pesar de su fortaleza como vampiro, era un personaje que si no estaba con Elena comenzaba a desquiciarse y a volverse absolutamente loco. Sin embargo, y muy a pesar de los que esperaban más drama, no parecía suponerle ningún problema el que ligasen la vida de su gran amor al de su nueva mejor amiga, Bon-Bon (Kat Graham). De ahí que Dobrev supiera cuando retirarse a tiempo y darse cuenta de que la química con su compañero, y hasta hace dos temporadas su pareja en la vida real, estuviese en horas bajas. Volviendo a la extraña y jamás impensable amistad entre Damon y la bruja Bennet, ambos protagonizaban uno de los momentos más emotivos del capítulo cuando, tirada en el suelo y a punto de morir a manos de Kai -incluso para mi sorpresa-, Damon regresaba para salvarla -aunque ello implicase no poder estar con Elena- y, de paso, le arrancaba la cabeza a Kai a lo The Walking Dead.
Paralelamente a esta trama, que giraba únicamente en torno a Elena y su 'inesperada' muerte, no puedo dejar a un lado a Enzo, personaje que me pareció una auténtica revelación junto a la desequilibrada Lilly, la madre de Damon y Stefan. Esta enigmática mujer estaba dispuesta a todo, incluso a deshacerse de la querida Elena para volver con su "familia", unas criaturas mitad vampiros mitad brujos. Estos personajes, sobre los que se creó un gran halo de misterio, finalmente no sirvieron para mucho más en la siguiente temporada que para un mero momento de tránsito. Y ahora sí. Llega el momento de la verdad: las despedidas. En la mítica casa de los Salvatore, como no podía ser de otra manera, Elena yacía en un ataúd con un vestido azul. Algo que me hizo recordar a Stewart tumbada en esa camilla de la casa de los Cullen en Amanecer - Parte 2, a punto de despertar de su transformación. Casualidad, no lo creo. De todas, debo reconocer que la que más me emocionó fue la que compartió con Stefan en la memorable cascada de Mystic Falls, lugar por excelencia de la pareja durante todas y cada una de las entregas.
Quitando el innecesario baile entre Damon y Elena, que parecía de todo menos romántico, 'Pensando en ti eternamente' es una despedida en toda regla; no solo de Elena, sino también de lo que fue Crónicas vampíricas hasta ese momento. Un adiós a seis temporadas llenas de criaturas sobrenaturales y tríangulos y líos amorosos. Además, la declaración de Stefan a Caroline en el último momento del capítulo devolvía el romanticismo que había perdido la serie entre tanta ida y venida con Elena y los hermanos Salvatore y dejaba un atisbo de esperanza para las dos útlimas temporadas que estaban por llegar. Reconozco que el episodio me dejó un sabor agridulce al saber que no vovlería a ver a los tres protagonistas juntos de nuevo. Pero la despedida y el adiós de Elena Gilbert mereció la pena. Aunque hablando de despedidas no puedo olvidarme del último episodio de la serie, 'Me apetecía' (8x16), cuando jutno a Damon, y ya en el 'cielo', o así lo quise entender, suelta la mano de su verdadero amor para marcharse y subir las escaleras del blanco porche de la que un día fue su casa para reencontrarse con su auténtica familia. Lo mismo hizo Damon, que al llamar a la puerta de la casa Salvatore, se encontró al otro lado con su hermano pequeño Stefan para fundirse en un intenso abrazo. Al final, o quizá siempre, la esencia de toda la serie fue la familia.