Palmasola: exreo se adjudica por 13 años millonarios contratos

El expresidiario está encargado “del rancho” de toda la población del penal; sin embargo, gran parte de los internos opta por cocinar o comprar su comida.

Carolina Méndez / Santa Cruz
Por 13 años consecutivos, un exreo de Palmasola se adjudicó millonarios contratos para alimentar a los internos del penal. El concesionario recibe más de 14 millones de bolivianos anuales por las raciones de una población privada de libertad, que, no obstante, opta por cocinar o comprar comida.



Los reos denuncian que el dinero asignado para alimentación no se ve ejecutado en sus comidas diarias. La califican de “insalubre e incomible”.

Ocho bolivianos diarios

¿Qué se puede comer con ocho bolivianos al día? Probablemente la respuesta contemple apenas un plato de sopa en el almuerzo. La cena y el desayuno tendrán que ser relegadas.

Pero cuando el dinero destinado por persona se aglutina y se multiplica por la cantidad de internos del penal la cifra sube considerablemente. Por eso es debatible la afirmación de asignar “ocho bolivianos al día por persona es muy poco”.

Esto lo explica Agustín (nombre ficticio), un privado de libertad que guarda detención preventiva en Palmasola y que se siente “estafado por el rancho”, la comida que recibe diariamente. “Con toda la plata que reciben, deberían darnos algo más decente”, afirma.

Señala que no sólo se trata de cuánto dinero se asigna para la comida, sino además, cuánta comida se prepara realmente, ya que en la práctica sólo la mitad de los internos se alimenta de esta dotación.


El penal cruceño alberga a 5.753 personas y según los cálculos, alrededor de 3.000 son los alimentados. El resto de los internos opta por cocinar o por comprar comida en alguno de los 13 restaurantes que funcionan al interior de la cárcel. Allí, el plato de comida oscila entre los 15 y 45 bolivianos.

La incontable cantidad de víveres que ingresa en camiones y carretillas cada martes y viernes, da cuenta de que “sólo los que no pueden comprar la comida se conforman alimentándose de lo que les da el penal para no morir de hambre”.

Luis (nombre convencional), explica que la comida suele ser, un pan y té por la mañana, pollo al jugo al mediodía y, si sobra algo del almuerzo, una lagua (especie de sopa) en la noche; si no, nuevamente té con pan. “Es comida desabrida, insalubre y repetitiva. Se están embolsillando el dinero los encargados”, dice.

Exrecluso es el proveedor

La comida es preparada por los mismos internos que hacen “demostración de buena conducta” colaborando en la cocina. Son alrededor de 32 entre hombres y mujeres los que se encargan de cortar, batir, sazonar, freír. Hay un jefe de cocina que es el que dirige al conjunto.

Este jefe cocinero es apenas la cara visible encargada del trabajo. El encomendado para la responsabilidad de la alimentación, según consta en documentos es, W. M. P., exrecluso del penal involucrado en narcotráfico. Según datos a los que accedió Página Siete, esta persona está a cargo de la alimentación de los privados de libertad desde hace más de 13 años.


El contrato de dotación es anual, pero recibe mensualmente 1.240.416 bolivianos. Al año esto significa 14.884.992 bolivianos.

Los documentos de la adjudicación establecen que por cada interno se asignará ocho bolivianos para “desayuno, almuerzo y cena en la calidad necesaria requerida”. El pago está a cargo de la Gobernación de Santa Cruz bajo el concepto de “Concesión de alimentación de los Internos del Centro de Rehabilitación Santa Cruz Palmasola”, y se efectúa luego de que el Director del Régimen eleva una lista de la cantidad de personas.

El documento establece que el concesionario deberá contratar a un profesional (chef) para la elaboración del alimento comprometiéndose a realizar la preparación de “dos platos especiales” cada mes. Los privados de libertad coincidieron en que “la comida es un asco” y piden nueva licitación. Página Siete solicitó una entrevista con la Gobernación pero no hubo respuesta.

La Defensoría indagará el tema

La delegada departamental de la Defensoría del Pueblo, María Rueda, aseguró que su institución está al tanto de la inconformidad al interior del penal por el tema alimenticio. Admite que aún no se siguió de cerca el proceso.

“Las denuncias han salido a través de los medios de comunicación, pero no hemos tenido contacto directo. No obstante, verificaremos la cantidad y calidad. Tenemos previsto hacer gestiones para que se incremente el monto destinado por la Gobernación”, dijo.


Anunció que la siguiente semana pedirá un informe al Director de Régimen Penitenciario para analizar el tema alimenticio.

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