Nández, el que representó lo que es jugar ‘a lo Boca’
La Bombonera despidió al uruguayo que terminó envuelto en lágrimas de emoción. En algún momento los caminos de Nahitan y el Xeneize volverán a cruzarse.
Juampi Reynoso
As
La llegada de Nahitan Nández a Boca, allá por mediados de 2017, fue una verdadera apuesta. El joven nacido en Punta del Este, Uruguay, venía de tener buenas actuaciones en Peñarol y en una de sus primeras charlas con la prensa dejaba en claro su manera de jugar: “Si hay que trabar con la cabeza, lo haré”.
Su adaptación al club xeneize fue rápida y en los primeros encuentros ya se ganó el cariño del público debido a su incondicional sacrificio dentro del campo de juego. El volante demostró personalidad para vestir la camiseta azul y oro, por eso su figura fue creciendo con el correr de los meses hasta convertirse en una pieza clave para el armado del equipo.
El primer gran momento se dio en el estadio Monumental, cuando Boca le ganó 2-1 a River con uno gol suyo de volea. Nahitan quedó en la historia de los Superclásicos y confirmó su relación de cariño con los boquenses que deliraron por todo el país con ese tanto del uruguayo.
Otro de los episodios claves de la vida de Nández en Boca se dio en la final de vuelta de la Copa Libertadores 2018, en Madrid. Pese a la dolorosa derrota ante River, la hinchada reconoció el incondicional esfuerzo del jugador que terminó siendo de los puntos más altos del equipo. En las malas también se deben destacar las cosas positivas.
Pero la frutilla del postre fue la serie frente a Athletico Parananese, en la reciente Libertadores. Nahitan fue vendido antes del partido de ida, pero sin embargo viajó a Curitiba y jugó un memorable encuentro. En la revancha también tuvo un gran nivel y confirmó todo su compromiso con la camiseta del club. Durante el tiempo que estuvo en el campo, corrió como si fuese su primera vez.
Llegó en silencio, con perfil bajo y se fue ovacionado por toda La Bombonera. Terminó envuelto en lágrimas de emoción y recibiendo el tradicional “u-ru-guayo, u-ru-guayo” de los simpatizantes de Boca al caminar hacia cada una de las tribunas del estadio.
La historia de Nández y Boca se frenó, pero no terminó. Porque no quedan dudas que los caminos de ambos volverán a cruzarse en un futuro no muy lejano.
Juampi Reynoso
As
La llegada de Nahitan Nández a Boca, allá por mediados de 2017, fue una verdadera apuesta. El joven nacido en Punta del Este, Uruguay, venía de tener buenas actuaciones en Peñarol y en una de sus primeras charlas con la prensa dejaba en claro su manera de jugar: “Si hay que trabar con la cabeza, lo haré”.
Su adaptación al club xeneize fue rápida y en los primeros encuentros ya se ganó el cariño del público debido a su incondicional sacrificio dentro del campo de juego. El volante demostró personalidad para vestir la camiseta azul y oro, por eso su figura fue creciendo con el correr de los meses hasta convertirse en una pieza clave para el armado del equipo.
El primer gran momento se dio en el estadio Monumental, cuando Boca le ganó 2-1 a River con uno gol suyo de volea. Nahitan quedó en la historia de los Superclásicos y confirmó su relación de cariño con los boquenses que deliraron por todo el país con ese tanto del uruguayo.
Otro de los episodios claves de la vida de Nández en Boca se dio en la final de vuelta de la Copa Libertadores 2018, en Madrid. Pese a la dolorosa derrota ante River, la hinchada reconoció el incondicional esfuerzo del jugador que terminó siendo de los puntos más altos del equipo. En las malas también se deben destacar las cosas positivas.
Pero la frutilla del postre fue la serie frente a Athletico Parananese, en la reciente Libertadores. Nahitan fue vendido antes del partido de ida, pero sin embargo viajó a Curitiba y jugó un memorable encuentro. En la revancha también tuvo un gran nivel y confirmó todo su compromiso con la camiseta del club. Durante el tiempo que estuvo en el campo, corrió como si fuese su primera vez.
Llegó en silencio, con perfil bajo y se fue ovacionado por toda La Bombonera. Terminó envuelto en lágrimas de emoción y recibiendo el tradicional “u-ru-guayo, u-ru-guayo” de los simpatizantes de Boca al caminar hacia cada una de las tribunas del estadio.
La historia de Nández y Boca se frenó, pero no terminó. Porque no quedan dudas que los caminos de ambos volverán a cruzarse en un futuro no muy lejano.