Los pesos pesados salvan un empate ante el West Ham
Enorme debilidad defensiva en el London Stadium. El equipo se dejó una ventaja de 0-2 en dos minutos. Simón y Yeray tuvieron que desdoblarse y en ataque hubo trabajo y pocas ocasiones. Ganaron en la tanda de penaltis.
Alfonso Herrán
As
Ni frío ni calor. El Athletic sigue invicto este año y es lo importante. Eso sí, tuvo tres partidos prometedores para descorchar la pretemporada pero la continuación, en Soria y Londres, con diferentes protagonistas, ha traído luces y ciertas sombras, aunque al menos se llevó el triunfo en una gran tanda de penaltis para anotarse la Betway Cup. Es como si el equipo arrastrase mucho la carga física y la cabeza no le diera tampoco para tener ideas sobre el verde. Ante el West Ham, en lo que era el primer ensayo general con los pesos pesados, el cuadro rojiblanco se movió a base chispazos. Uno ayudado por Haller, que en el primer minuto en un buen centro desde la izquierda de Unai López metió la pierna de tal modo que alojó el balón en su propia red. Y el otro fogonazo, tan bueno que casi mereció la pena pagar la entrada por verlo, llegó al cuarto de hora, en una combinación de esas que son el ABC del fútbol: salida desde el centro de la defensa con Núñez y velocísima circulación entre Capa, Muniain, pared con Córdoba, vuelta al rubio de la Txantrea y pase de la muerte a Williams.
Con 0-2 y el equipo muy erguido, la cosa prometía. Los 'hammers' no ejercían una presión furibunda y dejaban hacer. Pero en dos minutos todo se vino abajo. Los leones fueron muy endebles en el área propia en toda la tarde y en la ajena es que ni se asomaron más allá de dos tímidas veces. Haller volvió locos a Yeray y Núñez. Primero tiró un amago y continuación por la derecha para central al corazón del área, donde apareció Fornals más solo que la una para prepararse con tiempo una chilena, la conectó y Lanzini acabó el trabajo. Luego Haller se la hizo a Núñez por línea de fondo y desde la frontal empató Wilshere.
Solo estaba fuera Iñigo Martínez, por haber llegado más tarde y haberse lesionado en las pruebas físicas. Todo lo demás era el equipo de gala. Y por eso el perfil del partido fue similar al de muchos vistos el año pasado a domicilio. Un partido con mucho pico y pala, más centrado en la presión y la verticalidad que en el arte. Falta atrevimiento en este equipo, encarar, la delicia horizontal combinando en alguna ocasión o el uno contra uno que a veces tanto alegra la vista. Un partido contra un equipo inglés siempre es duro. Una pelea aérea con Haller dejó a Núñez con la nariz sangrando en el minuto 35 y Yeray se fue con el hombro derecho tras cortar un balón por abajo.
El Athletic perdió todo el protagonismo según avanzaban los minutos. Simón, Yeray y Yuri tuvieron que desdoblarse para achicar balones. El lateral izquierdo tuvo, eso sí, una gran incorporación en ataque a la hora de juego, pero cruzó demasiado un balón ante el veterano meta fuenlabreño Roberto. La pelota era de los 'martillos', cuyos jugadores ofensivos planeaban por todas partes. La movilidad de Felipe Anderson, exjugador del Lazio, fue un tormento. Garitano abrió el libro del London Stadium con un 4-4-2 con Raúl y Williams arriba y Muniain a la derecha, aunque era flexible y en ocasiones pasaba al clásico 4-2-3-1. El amistoso estaba bastante descontrolado y los leones andaban en su idea con Garitano de juntar líneas y no arriesgar la posición ni la bola si el frente no está muy despejado.
Quitando los trazos de pelea habituales, la parcela ofensiva pasó desapercibida. En el 56, Unai Simón, que entró en el segundo tiempo, tuvo que emplearse a fondo ante Anderson y Haller. Los cambios fueron anunciando el adiós al espectáculo. Entraron Ibai y Sancet en primer lugar, y solo se tragaron los 90 minutos Núñez, Capa, Yuri y Dani García. Es decir, jugó la artillería pesada y ahí sigue colándose Sancet, que lanzó un penalti en la tanda a lo Panenka que define su descaro. Para completar la tarde de empanada en área propia, Yarmolenko sirvió en el tramo final a Dieng, que más solo que la una en el área cabeceó incomprensiblemente fuera. El Chicharito, uno de los nombres sonoros de la tarde, no salió más que un ratito al final y su participación se resume a un penalti fallado en la tanda definitiva. Por los rojiblancos, sólo erró Ibai, que mandó una pelota dura al poste.
Alfonso Herrán
As
Ni frío ni calor. El Athletic sigue invicto este año y es lo importante. Eso sí, tuvo tres partidos prometedores para descorchar la pretemporada pero la continuación, en Soria y Londres, con diferentes protagonistas, ha traído luces y ciertas sombras, aunque al menos se llevó el triunfo en una gran tanda de penaltis para anotarse la Betway Cup. Es como si el equipo arrastrase mucho la carga física y la cabeza no le diera tampoco para tener ideas sobre el verde. Ante el West Ham, en lo que era el primer ensayo general con los pesos pesados, el cuadro rojiblanco se movió a base chispazos. Uno ayudado por Haller, que en el primer minuto en un buen centro desde la izquierda de Unai López metió la pierna de tal modo que alojó el balón en su propia red. Y el otro fogonazo, tan bueno que casi mereció la pena pagar la entrada por verlo, llegó al cuarto de hora, en una combinación de esas que son el ABC del fútbol: salida desde el centro de la defensa con Núñez y velocísima circulación entre Capa, Muniain, pared con Córdoba, vuelta al rubio de la Txantrea y pase de la muerte a Williams.
Con 0-2 y el equipo muy erguido, la cosa prometía. Los 'hammers' no ejercían una presión furibunda y dejaban hacer. Pero en dos minutos todo se vino abajo. Los leones fueron muy endebles en el área propia en toda la tarde y en la ajena es que ni se asomaron más allá de dos tímidas veces. Haller volvió locos a Yeray y Núñez. Primero tiró un amago y continuación por la derecha para central al corazón del área, donde apareció Fornals más solo que la una para prepararse con tiempo una chilena, la conectó y Lanzini acabó el trabajo. Luego Haller se la hizo a Núñez por línea de fondo y desde la frontal empató Wilshere.
Solo estaba fuera Iñigo Martínez, por haber llegado más tarde y haberse lesionado en las pruebas físicas. Todo lo demás era el equipo de gala. Y por eso el perfil del partido fue similar al de muchos vistos el año pasado a domicilio. Un partido con mucho pico y pala, más centrado en la presión y la verticalidad que en el arte. Falta atrevimiento en este equipo, encarar, la delicia horizontal combinando en alguna ocasión o el uno contra uno que a veces tanto alegra la vista. Un partido contra un equipo inglés siempre es duro. Una pelea aérea con Haller dejó a Núñez con la nariz sangrando en el minuto 35 y Yeray se fue con el hombro derecho tras cortar un balón por abajo.
El Athletic perdió todo el protagonismo según avanzaban los minutos. Simón, Yeray y Yuri tuvieron que desdoblarse para achicar balones. El lateral izquierdo tuvo, eso sí, una gran incorporación en ataque a la hora de juego, pero cruzó demasiado un balón ante el veterano meta fuenlabreño Roberto. La pelota era de los 'martillos', cuyos jugadores ofensivos planeaban por todas partes. La movilidad de Felipe Anderson, exjugador del Lazio, fue un tormento. Garitano abrió el libro del London Stadium con un 4-4-2 con Raúl y Williams arriba y Muniain a la derecha, aunque era flexible y en ocasiones pasaba al clásico 4-2-3-1. El amistoso estaba bastante descontrolado y los leones andaban en su idea con Garitano de juntar líneas y no arriesgar la posición ni la bola si el frente no está muy despejado.
Quitando los trazos de pelea habituales, la parcela ofensiva pasó desapercibida. En el 56, Unai Simón, que entró en el segundo tiempo, tuvo que emplearse a fondo ante Anderson y Haller. Los cambios fueron anunciando el adiós al espectáculo. Entraron Ibai y Sancet en primer lugar, y solo se tragaron los 90 minutos Núñez, Capa, Yuri y Dani García. Es decir, jugó la artillería pesada y ahí sigue colándose Sancet, que lanzó un penalti en la tanda a lo Panenka que define su descaro. Para completar la tarde de empanada en área propia, Yarmolenko sirvió en el tramo final a Dieng, que más solo que la una en el área cabeceó incomprensiblemente fuera. El Chicharito, uno de los nombres sonoros de la tarde, no salió más que un ratito al final y su participación se resume a un penalti fallado en la tanda definitiva. Por los rojiblancos, sólo erró Ibai, que mandó una pelota dura al poste.