La guerra no tan secreta que Israel libra contra Irán en suelo iraquí
Una milicia chií denuncia ataques israelíes. Netanyahu insinúa que hay operaciones contra Teherán
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Benjamín Netanyahu tardó más de cuatro años en confirmar el secreto a voces de las incursiones de Israel en Siria para impedir que Irán rearme con misiles de alta precisión a su archienemigo Hezbolá, la guerrilla chií con la que libró una devastadora guerra en 2006 en el sur de Líbano. El primer ministro y los jefes de las Fuerzas Armadas de Israel acabaron reconociendo que se han lanzado centenares de bombardeos aéreos contra convoyes de armamento y arsenales en territorio del vecino país árabe.
En Irak todo parece haber ido más deprisa. Un mes después de que las milicias chiíes aliadas de Teherán comenzaran a sospechar de una intervención israelí contra sus bases, donde supuestamente almacenaban cohetes iraníes con destino a Hezbolá, el secreto de las misiones encubiertas ha empezado a desvanecerse.
No es la primera vez que Israel interviene en Irak. En un audaz golpe de mano, la aviación hebrea destruyó en 1981 el reactor nuclear de Osirak para evitar que el régimen de Sadam Husein pudiera dotarse del arma atómica.
Abu Mahdi al Muhandis, número dos de las Unidades de Movilización Popular (UMP) —organización que aglutina a las milicias proiraníes en Irak—, ha sido el primero que ha puesto el grito en el cielo. El miércoles, al día siguiente de un ataque con drones contra una de sus bases situada al norte de Bagdad, Al Muhandis acusó a Estados Unidos, aliado del Gobierno de Bagdad en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas inglesas) de haber permitido la operación de aviones no tripulados israelíes.
El Pentágono lo negó todo. Pero Netanyahu, que se encuentra en plena campaña para las elecciones legislativas del 17 de septiembre, insinuó el jueves en una entrevista televisada que Israel estaba detrás del misterioso ataque. “Estamos operando en muchas zonas contra un Estado que quiere aniquilarnos”, declaró sin mencionar a Irak. “He dado carta blanca a las fuerzas de seguridad para que hagan todo lo necesario para frustrar los planes de Irán”, advirtió, “y no vamos a concederle inmunidad en ninguna parte”
Los servicios de inteligencia de Israel sostienen que Teherán está intentando establecer en suelo iraquí una línea de suministro para rearmar a Hezbolá. El llamado puente terrestre de 1.200 kilómetros desde la frontera iraní hasta la libanesa a través de Irak y Siria es la peor pesadilla de los estrategas de defensa en Tel Aviv.
La compañía israelí ISI, que elabora informes de seguridad basados en imágenes tomadas por satélite, hizo públicos el jueves mapas y fotografías que constataban que tres puntos de almacenamiento —“presumiblemente de armas y munición”— han sido atacados en el último mes con misiles y drones suicidas. “Las operaciones apuntan a la destrucción del puente terrestre”, reza el informe, citado por The Jerusalem Post.
Las explosiones golpearon el martes los arsenales de la milicia UMP cerca de la base de Balad, 80 kilómetros al norte de Bagdad. Las imágenes muestran contenedores metálicos calcinados. El pasado día 12, el objetivo de los ataques secretos se situó en un almacén de la base de Al Saqer, al suroeste de la capital iraquí, controlada también por las milicias y donde se registró una muerte.
La primera incursión, el 19 de julio, tuvo como escenario el recinto militar de Amerli, en la provincia de Saladino, al norte de Bagdad. La gran explosión que arrasó parte de la base tras un ataque aéreo causó la muerte de dos mandos militares iraníes.
Responsables de las UMP —cuyos milicianos han combatido en el bando del régimen sirio junto a la Fuerza Quds (cuerpo expedicionario de la Guardia Revolucionaria de Irán) y la guerrilla de Hezbolá— acusan a EE UU de haber permitido que Israel introdujera cuatro drones armados en Irak, según informa Reuters.
Intervención de una potencia extranjera
El jefe de las UMP y consejero de seguridad nacional, Faleh al Fayad, ha preferido rebajar el tono de las acusaciones. Si bien “la investigación preliminar apunta a la intervención de una potencia extranjera”, dijo, aún no se ha determinado la responsabilidad.
Por el momento, el primer ministro iraquí, Abdel Abdul Mahdi, ha ordenado que todos los arsenales de las milicias sean sacados de inmediato de las ciudades. También ha sometido a autorización previa del Gobierno las operaciones de los aviones extranjeros en Irak, incluidos los de la coalición contra el ISIS liderada por EE UU.
Washington teme que la intervención israelí pueda deteriorar su privilegiada relación con el Gobierno de Bagdad, que a su vez también mantiene estrechos lazos con el régimen de Teherán. Altos cargos estadounidenses han desvelado finalmente el enigma al confirmar a The New York Times que Israel fue responsable del ataque del mes pasado contra milicias aliadas de Irán.
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Benjamín Netanyahu tardó más de cuatro años en confirmar el secreto a voces de las incursiones de Israel en Siria para impedir que Irán rearme con misiles de alta precisión a su archienemigo Hezbolá, la guerrilla chií con la que libró una devastadora guerra en 2006 en el sur de Líbano. El primer ministro y los jefes de las Fuerzas Armadas de Israel acabaron reconociendo que se han lanzado centenares de bombardeos aéreos contra convoyes de armamento y arsenales en territorio del vecino país árabe.
En Irak todo parece haber ido más deprisa. Un mes después de que las milicias chiíes aliadas de Teherán comenzaran a sospechar de una intervención israelí contra sus bases, donde supuestamente almacenaban cohetes iraníes con destino a Hezbolá, el secreto de las misiones encubiertas ha empezado a desvanecerse.
No es la primera vez que Israel interviene en Irak. En un audaz golpe de mano, la aviación hebrea destruyó en 1981 el reactor nuclear de Osirak para evitar que el régimen de Sadam Husein pudiera dotarse del arma atómica.
Abu Mahdi al Muhandis, número dos de las Unidades de Movilización Popular (UMP) —organización que aglutina a las milicias proiraníes en Irak—, ha sido el primero que ha puesto el grito en el cielo. El miércoles, al día siguiente de un ataque con drones contra una de sus bases situada al norte de Bagdad, Al Muhandis acusó a Estados Unidos, aliado del Gobierno de Bagdad en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas inglesas) de haber permitido la operación de aviones no tripulados israelíes.
El Pentágono lo negó todo. Pero Netanyahu, que se encuentra en plena campaña para las elecciones legislativas del 17 de septiembre, insinuó el jueves en una entrevista televisada que Israel estaba detrás del misterioso ataque. “Estamos operando en muchas zonas contra un Estado que quiere aniquilarnos”, declaró sin mencionar a Irak. “He dado carta blanca a las fuerzas de seguridad para que hagan todo lo necesario para frustrar los planes de Irán”, advirtió, “y no vamos a concederle inmunidad en ninguna parte”
Los servicios de inteligencia de Israel sostienen que Teherán está intentando establecer en suelo iraquí una línea de suministro para rearmar a Hezbolá. El llamado puente terrestre de 1.200 kilómetros desde la frontera iraní hasta la libanesa a través de Irak y Siria es la peor pesadilla de los estrategas de defensa en Tel Aviv.
La compañía israelí ISI, que elabora informes de seguridad basados en imágenes tomadas por satélite, hizo públicos el jueves mapas y fotografías que constataban que tres puntos de almacenamiento —“presumiblemente de armas y munición”— han sido atacados en el último mes con misiles y drones suicidas. “Las operaciones apuntan a la destrucción del puente terrestre”, reza el informe, citado por The Jerusalem Post.
Las explosiones golpearon el martes los arsenales de la milicia UMP cerca de la base de Balad, 80 kilómetros al norte de Bagdad. Las imágenes muestran contenedores metálicos calcinados. El pasado día 12, el objetivo de los ataques secretos se situó en un almacén de la base de Al Saqer, al suroeste de la capital iraquí, controlada también por las milicias y donde se registró una muerte.
La primera incursión, el 19 de julio, tuvo como escenario el recinto militar de Amerli, en la provincia de Saladino, al norte de Bagdad. La gran explosión que arrasó parte de la base tras un ataque aéreo causó la muerte de dos mandos militares iraníes.
Responsables de las UMP —cuyos milicianos han combatido en el bando del régimen sirio junto a la Fuerza Quds (cuerpo expedicionario de la Guardia Revolucionaria de Irán) y la guerrilla de Hezbolá— acusan a EE UU de haber permitido que Israel introdujera cuatro drones armados en Irak, según informa Reuters.
Intervención de una potencia extranjera
El jefe de las UMP y consejero de seguridad nacional, Faleh al Fayad, ha preferido rebajar el tono de las acusaciones. Si bien “la investigación preliminar apunta a la intervención de una potencia extranjera”, dijo, aún no se ha determinado la responsabilidad.
Por el momento, el primer ministro iraquí, Abdel Abdul Mahdi, ha ordenado que todos los arsenales de las milicias sean sacados de inmediato de las ciudades. También ha sometido a autorización previa del Gobierno las operaciones de los aviones extranjeros en Irak, incluidos los de la coalición contra el ISIS liderada por EE UU.
Washington teme que la intervención israelí pueda deteriorar su privilegiada relación con el Gobierno de Bagdad, que a su vez también mantiene estrechos lazos con el régimen de Teherán. Altos cargos estadounidenses han desvelado finalmente el enigma al confirmar a The New York Times que Israel fue responsable del ataque del mes pasado contra milicias aliadas de Irán.