Joao Maravillao

El portugués hizo dos golazos con los que el Atlético superó a la Juve en la Internacional Champions Cup. Khedira recortó distancias.

Patricia Cazón
As
Era el minuto 24 cuando a Joao Félix le llegó ese balón de Trippier y todo el fútbol pudo comprobarlo: el chollo del verano se lo llevó el Atleti. Aún sin partido oficial pero 127 millones son pocos, él baratísimo. Lo tiene todo. Técnica, definición y una visión de juego que desarma. Verticalidad, inteligencia y carácter. Una pinta tremenda. Y no pudo elegir partido mejor para enseñarlo. Ante Cristiano, en el último amistoso de verano rojiblanco, a quien el futuro le pasó delante de los ojos. Se llama Joao Félix y es su herededo. Con 19 añitos. Ya un escándalo.


Saltaron tanto Juve como Atleti a su última cita con la International Champions Cup muy serios ambos, sin dominador claro en los primeros minutos, ni juego en las áreas. Khedira y Rabiot generaban juego, Pjanic lo mejoraba, se acercó la Juve a los territorios de Oblak córner a córner. El primero lo cabeceó Cristiano y lo sacó la defensa del Cholo: se había tejido coraza ante un posible bombardeo de centros laterales en los últimos entrenamientos encerrando a diez hombres en el área pequeña. El segundo lo cabeceó Chiellini para estrellarse contra ese muro que tantos otros: los guantes de Oblak. Sus paradones nunca tienen vacaciones.

La Juventus crecía en el partido mientras Cristiano se afilaba los colmillos junto a Douglas Costa, tormento a la derecha. La presión la sentía el Atlético en su nuca. Altísima tras pérdida, que encerraba a los rojiblancos en su área. Ninguno era capaz de recibir un balón. Sus acercamientos al área en los primeros veinte minutos era aún un folio en blanco. Hasta que el balón lo cogió el capitán, Koke, y lo llevó hasta el área para la primera ocasión rojiblanca, que desbarató Alex Sandro. El partido había cambiado para siempre. En la jugada siguiente subiría al marcador. Joao Félix a escena. El mundo del fútbol conteniendo el aliento.

Lemar ya también parece barato

Porque quiere Simeone laterales profundos y por eso fichó a Lodi y Trippier, los dos con guante en el pie y centros que son caramelos. Fue el inglés quien lo lanzó aquí, un balón desde la derecha al que Joao Félix sólo tuvo que quitarle el envoltorio a su modo: derramando talento. De volea, según le venía, sorprendiendo desde atrás, con leve toque de Lemar. El Atlético ya estaba subido a sus hombros, de ambos. Porque Khedira empató a los cinco minutos, pero sólo sería para que en Estocolmo se pudieran volver a frotar los ojos viendo a Joao Félix. Desmarque en profundidad a la espalda de la defensa para definir perfecto un centro de fantasía de Lemar. Hasta Cristiano no pudo más que aplaudir.

Estampó primero Douglas Costa y después Rabiot dos balones en la madera tras regresar el partido del descanso y antes de que los onces iniciales se distorsionaran por los cambios. Reservaría Simeone su perfume en el minuto 55 y aguantaría Cristiano hasta el 70’ sin más en el partido que un gesto torcido. Cinco menos que un Lodi descomunal en la izquierda. Era el turno de los Vitolo, Herrera, Felipe, Thomas y Arias (primer partido) y el mejor canterano del Cholo este verano: Riquelme. Nada más salir buscó el gol con un latigazo desde fuera del área que casi fue el 3-1. Apretó la Juve en los minutos finales, pero muy precipitada. Aguantó Oblak el resultado con sus reflejos de gato ante un balón Dybala que se envenenó mientras Costa las tenía con Emre Can y Simeone se quedaba afónico en su banquillo. No hay amistoso en su libreta... Pero el Atlético también le ganó a la Juve este verano.

Se acabaron las pruebas, comienza lo serio. Pero para la hemeroteca quedará ya siempre que el primer verano de Joao Félix en el Atleti, éste quedo invicto...

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