João lo guisa, Vitolo lo marca

Atlético sigue abonado al 1-0 y se pone colíder. El Leganés apretó al equipo del Cholo en los últimos 15 minutos. Empate a palos: Silva y Koke.

Patricia Cazón
As
No hay en el fútbol photoshop mejor que la victoria, todo lo oculta. Porque ganó el Atleti en Butarque y es colíder a pesar de jugar enfangado. Sólo cuando conectó su talento encontró la llave con la que abrir el campo del Leganés, hasta ayer imposible para Simeone. João Félix lo guisó y Vitolo lo marcó cuando llevaba diez minutos en el campo.


Había comenzado el partido suplente y viendo desde el banco como Morata casi le encuentra un agujero a la defensa del Leganés nada más comenzar. Pero anda con el revolver sin balas. Le encontró Koke con uno de esos pases que sólo el ve, ante un Omeruo ya despistado, pero cruzó demasiado. Simeone había pillado a contrapié a Pellegrino con un dibujo inesperado. Más bien un calco.

Porque juega el Leganés con tres centrales y con tres centrales (Giménez, Savic y Hermoso) y dos carrileros saltó el Atleti. Uno Trippier, el otro Saúl. Thomas era el ancla y Lemar y Koke interiores, pero la lluvia que anunciaban sólo fue un arrebato. El Leganés pronto se reajustó. Un Leganés que había salido con más velocidad atrás por la entrada de Tarín por Bustinza y dos debuts, Roque Mesa en el centro y Soriano en portería, que Cuéllar no llegó. Adormeció el partido pero con el peligro de una pistola de agua: cada vez que se internaba el Leganés en campo contrario se topaba con un muro de hormigón balcánico. Savic. Capaz de evitar una contra con una chilena magnífica o achicar cada balón que le rondara sin romper si quiera a sudar. Si Hermoso mal y de João Félix nada, él brutal. Como centra Trippier.

Tiene un guante en el pie y cada vez que puede aprovecha para mostrarlo. Con el seleccionador inglés apuntando desde el palco sus pasos, va camino del registro para inscribir su sociedad con Morata. Si ante el Getafe le encontró, en Leganés volvió a buscarle con un balón genial a la espalda que el delantero otra vez desaprovechó. Se quedó sin espacio, desbarató Soriano, otra bala hacia ningún lugar. Su falta de acierto era inversamente proporcional a su influencia en el juego. Se fajaba, se pegaba y creaba espacios, perfecto en las labores oscuras.

No hubo más noticias rojiblancas por el área. El Atleti andaba perdido en su laberinto de siempre, con ideas distintas pero sin último pase. Rascaba el Lega los tobillos, se lesionaba Tarín y entraba Bustinza, ninguna lluvia terminaba por llegar. Sólo había barro.
Otra segunda parte... Y Vitolo

El partido fue otro en la segunda parte aunque comenzara igual: focos a Omeruo, que estaba de concierto. Lo suyo era un cantar y cantar, como si Simeone jugará con doce. Sus errores en la salida de balón le dieron al Atleti dos nuevas ocasiones. Pero una vez João Félix no llegó al balón que le robó Morata y, otra, su remate de tijera se fue alto. El partido enloqueció, más abierto, de ida y vuelta, con un balón al travesaño de Silva, Rosales que casi se marca en propia puerta y Oblak poniendo un nuevo ladrillo al muro de su portería: paradón ante Eraso.

Thomas se unía al concierto de Omeruo, también muy desafinado, con el Atlético lento, previsible, y el Leganés una y otra vez llamando a la puerta de Oblak, que guiaba Roque Mesa. Pero entre Vitolo y João Félix le arrancaron a Butarque los ‘uy’ de la boca. Había entrado ya el canario y le encontró el luso con ese balón filtrado y un artista invitado. Que Omeruo, por supuesto, andaba por ahí. Vitolo le rompió con su control.

Apretó el Leganés al final, con Soriano subiendo a rematar un córner en el 94' y Felipe que casi marca en propia puerta ese último balón. Paró Oblak que lo abrazó como el Atleti al photoshop en Butarque. Qué bien se ve ahí arriba en la tabla. Aunque aún sea agosto, a pesar del juego a ratos y el unocerismo.

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