El Nápoles gana la batalla de Florencia

Los de Ancelotti derrotaron a la Fiorentina en un partido vibrante. Debutó Ribéry con el equipo local, aunque no pudo estrenarse con triunfo.

Mirko Calemme
As
Partidazo inolvidable en Florencia: el Nápoles tumbó 4-3 a la Fiorentina tras 90 minutos con varios errores de las defensas, pero con jugadas bonitas y gran intensidad. Los de Ancelotti, que ayer prometió pelear por ganar el Scudetto, salieron ganadores de un estadio complicado y ante un rival que, en este curso, quiere volver a ocupar su sitio entre los grandes después de una temporada horrible.


La Viola, en un Franchi abarrotado e ilusionado gracias al nuevo proyecto de Rocco Commisso (Ribery y Boateng empezaron en el banquillo), pareció en el primer tramo del enfrentamiento llevar al césped toda la energía de su hinchada y encerró al Nápoles en su área. A las llegadas de Federico Chiesa se sumaron las de Riccardo Sottil, extremo de 20 años que no dejó de crear peligro. Otro talento Viola.

Los de Montella abrieron la lata gracias a un penalti, dudoso, concedido con la ayuda del VAR debido a una mano de Zielinski: desde los once metros se presentó el incansable Pulgar, que no falló.

Tras varios vaivenes, los sureños crecieron y pusieron las tablas con una rosca de Mertens, que sorprendió a Dragowski. Luego, el belga forzó otro penalti inexistente, con el VAR que inexplicablemente no intervino. Lorenzo Insigne tampoco falló la pena máxima.

El vendaval continuó en la reanudación: Milenkovic, con un testarazo tras un córner de Pulgar, firmó el 2-2, pero José Maria Callejón, con un delicioso derechazo raso, volvió a adelantar a los sureños recibiendo un pase de Insigne y le puso la guinda a otra exhibición perfecta. Era apenas el minuto 56’ y quedaban muchas emociones por vivir: Boateng, que entró en el 65’, hizo su estreno oficial como viola a lo grande, con un potente remate desde fuera del área, que golpeó el poste antes de inflar la red.

Mientras el Franchi celebraba el tanto, los partenopei, con un Fabián siempre muy inspirado, dieron otra exhibición: pase largo de Mertens y Callejón desde el fondo cedió al primer toque a Insigne, que empujó el esférico entre palos con la cabeza.

A partir de ese momento, los azzurri intentaron dormir el partido manteniendo la posesión con su calidad, y la Fiore quiso despertarse con otro esperadísimo debut, el de Franck Ribéry. El francés encendió el estadio pidiendo un penalti sobre la bocina por una falta de Hysaj (que era fuera del área), y pudo hacer poco más: al final, Ancelotti se llevó la victoria y el próximo sábado visitará a la Juventus con sus mismos puntos.

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