El Marsella cae en su debut en Ligue 1 ante el Reims

Los de Villas-Boas no tuvieron apenas ocasiones ante un Reims que ha evidenciado las carencias del equipo marsellés.

Andrés Onrubia
As
Había mucha expectación por ver el debut de Villas-Boas en el banquillo del OM. El rival no era el más sencillo, pero la llegada del portugués al banquillo era un soplo de aire fresco para un equipo que no pudo clasificarse la temporada pasada para la Champions League. Pero al final, la vida sigue igual tanto en Marsella como en Reims.


Los fantasmas del pasado se han vuelto a instalar en el OM. Un equipo inestable, sin una dirección marcada en la política de fichajes, y que apenas se ha reforzado en verano por el fair-play financiero. Quizá el equipo resucite, pero lo cierto es que hoy en día es una plantilla muy dispar y que necesita refuerzos en el medio y sobre todo en los laterales. La derrota por 0-2 ante el Reims corrobora esto y pone en duda a Villas-Boas, al que se le vieron pocas evoluciones con respecto a Rudi García.

Enfrente estaba el Stade Reims, equipo que ascendió la temporada pasada y que se consolidó como una de las mejores defensas de la competición. El equipo de Guion, duro como una roca, salió con una personalidad espectacular en un escenario tan imponente como el Velódrome. Doumbia y Dia gozaron de dos ocasiones clarísimas ante Mandanda, que fue el mejor jugador del OM, y ya es decir. El cuadro marsellés, incapaz de transitar, solo encontró alguna llegada en las botas de Radonjic, pero delante se encontraba Hassane Kamará, un rodillo defensivo que en el lateral izquierdo ganó prácticamente todos los duelos (12 de 13). Un dato escalofriante, teniendo en cuenta que en ataque también fue un incordio constante para los locales.

El Stade Reims se hizo fuerte en la banda izquierda. Las pocas ayudas de Radonjic a Sakai y la asociación de Boulaye Dia (delantero centro que hacía el apoyo en la banda para liberar) con Doumbia y Dingomé hicieron estragos en la defensa del OM. Un Olympique de Marseille que intentó intercambiar posiciones en el medio con Luiz Gustavo y Strootman para liberar a Sanson, pero que no pudo encontrar nunca la espalda de Romao-Chavalerin, doble pivote del Stade Reims, que estuvo impecable durante toda la tarde. Al descanso, los marselleses no habían realizado ni un solo disparo a puerta, un dato que dejaba clara la poca producción ofensiva de los locales.

La segunda parte confirmó lo que se había forjado en la primera. El Stade Reims, que además de replegar de maravilla es un equipo que a la contra es demoledor, encontró el 0-1 en una transición imparable. Dia, que estaba yendo al sector izquierdo para arrastrar a su central, encontró en la banda a Dingomé, que con una pared espectacular dejó solo al delantero del Stade Reims para que batiera a Mandanda. Fue el preludio de lo que serían los minutos posteriores, con un Olympique de Marseille sin ideas y un Stade Reims en su contexto favorito: replegando en dos líneas de cuatro, con un Kamará que en la izquierda seguía insuperable, y saliendo por banda a la contra aprovechando la velocidad de sus extremos.

Debutaría Benedetto en el minuto 72, pero el OM, con y sin el argentino, no tenía un plan de juego. Es cierto que vimos algún que otro detalle táctico de Villas-Boas en el centro del campo, pero su plantilla no le da de momento para aspirar a cotas importantes. Notó en exceso la baja de Thauvin y sorprendió que, ante la lentitud del equipo en circulación, no le diera minutos a Maxime Lopez, el medio con más calidad del conjunto ‘phocéen’. Habría tiempo para otro gol, pero del lado visitante, ya que Mbuku, un chico de 17 años que debutaba en la tarde de hoy, se inventó una jugada de crack dejando a Luiz Gustavo clavado y encontrando a Dia al espacio, el cual asistió a Suk. Un 0-2 que confirma el proyecto asentado del Reims y que deja al OM muy tocado en su debut en Ligue 1 ante su público.

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