Cómo impactará el bloqueo de Estados Unidos en las ya escasas exportaciones de petróleo de Venezuela
La orden ejecutiva de Donald Trump amenaza a las ventas a India y Malasia, los dos países que aportan 46% de los dólares que recibe la administración de Nicolás Maduro por los pocos barriles que coloca en el mercado
Víctor Salmerón
Infobae
En enero de este año, Estados Unidos, que junto a una larga lista de países considera fraudulentas las elecciones que Nicolás Maduro esgrime como piso legal para un nuevo mandato, prohibió a sus empresas la compra de petróleo a Venezuela, forzando un reacomodo que convirtió a Asia en el principal destino de los barriles venezolanos.
Pero la orden ejecutiva firmada por Donald Trump esta semana, que permite bloquear los activos que tengan en EEUU las empresas que mantengan relaciones económicas con la administración de Nicolás Maduro, amenaza con reducir las exportaciones a India y Malasia, los dos países que de acuerdo con Torino capital, desembolsaron en mayo 46% de los 1.100 millones de dólares que recibió Venezuela por las ventas de petróleo.
El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, dejó en claro la amenaza el martes de esta semana al afirmar: "Enviamos un mensaje a terceros que quieran hacer negocios con el régimen de Maduro: procedan con extrema cautela". Y agregó: "No tienen por qué arriesgar sus intereses comerciales con Estados Unidos por beneficiarse de un régimen corrupto y agonizante".
Francisco Rodríguez, economista jefe de la firma Torino Capital, considera que "si Estados Unidos de verdad amenaza a las empresas de la India con sanciones y éstas dejan de comprar petróleo a Venezuela habrá un impacto significativo. Venezuela está exportando alrededor de 6 mil millones de dólares al año en petróleo a India y Malasia también es un destino importante".
"Para este año proyectamos que Venezuela recibirá 15.000 millones de dólares por exportaciones petroleras, pero esta cifra caería hasta alrededor de 9.000 millones si se trancan las exportaciones a India y Malasia. Esto sería un escenario muy duro en el que la economía se contraería más de 50%", advierte Francisco Rodríguez.
El reporte de la OPEP registra que al cierre del primer semestre de este año la producción petrolera de Venezuela se ubicó en 734 mil barriles diarios, cifra que se traduce en un profundo descenso de 70% respecto al mismo lapso de 2015. Los hidrocarburos aportan 89 de cada cien dólares que ingresan al país, por lo tanto, una mayor reducción en las exportaciones tendría un impacto significativo en una economía que acumula veinte trimestres en recesión.
Mariano de Alba, especialista en derecho internacional, explica que la orden ejecutiva firmada por Donald Trump es ambigua, algo que podría derivar en que las empresas caigan en una práctica conocida como sobrecumplimiento, es decir, cortar las relaciones comerciales con el gobierno venezolano ante las dudas sobre si aplican o no las sanciones.
"La orden ejecutiva firmada por Donald Trump no es del todo clara, prohíbe asistir material, financiera o tecnológicamente al gobierno de Venezuela, pero no define explícitamente qué considera por asistir. Esa es una gran duda y por eso creo que muchas empresas pueden caer en un sobrecumplimiento", dice Mariano de Alba.
Agrega que "si las empresas indias y malayas que les están comprando petróleo a Venezuela tienen actividades comerciales en Estados Unidos y sus directivos viajan frecuentemente a este país, muy probablemente veamos cambios; pero si son empresas que no tienen gran vinculación con Estados Unidos lo más probable es que seguirán asumiendo el riesgo".
La empresa rusa Rosneft es el accionista mayoritario de Nayara, una de las compañías de India que más compra petróleo a Venezuela. Guillermo Arcay, economista de la firma Ecoanalítica, indica que "está por verse si Estados Unidos en verdad está dispuesto a sancionar a empresas como Nayara, pero lo que está claro es que busca que haya una amenaza creíble".
Konstantin Kosachev, presidente de la comisión de Asuntos Exteriores del Senado ruso, calificó la orden ejecutiva firmada por Donald Trump como "bandolerismo internacional", según la agencia de noticias RIA Novosti. Kosachev agregó que la medida de Washington representa una "intromisión abierta en los asuntos domésticos de Venezuela".
En mayo China aportó 38% del ingreso que recibió Venezuela por exportaciones petroleras, pero luce poco probable que su empresa Sinopec recorte las compras al país caribeño por temor a sanciones de Estados Unidos, con el que mantiene un enfrentamiento en el terreno comercial.
"Desde enero, al igual que Nayara, Sinopec ha incrementado las compras de petróleo a Venezuela. Hasta ahora ha tenido una actitud de confrontación con las sanciones de Estados Unidos", dice Guillermo Arcay.
Oxígeno dorado
Un factor a tomar en cuenta es que la administración de Nicolás Maduro podría mitigar el impacto que podría tener la orden ejecutiva de Donald Trump con el apoyo de países aliados como Turquía, que juega un rol fundamental como proveedor de alimentos y ha pasado a ser una fuente de ingresos de divisas mediante la compra de oro.
El 19 de enero de este año el entonces vicepresidente de economía, Tareck El Aissami, viajó a Turquía y se reunió con el presidente de ese país, Recep Tayyip Erdogan, para diseñar un plan que ha permitido incrementar las exportaciones de oro de Venezuela que, de acuerdo con las estadísticas que reflejan las reservas internacionales, se ubicaron en 1.068 millones de dólares durante el primer semestre.
"Visité tantas refinerías de oro, vi este lugar por primera vez con la tecnología avanzada, es un lugar muy bien equipado", dijo Tareck El Aissami.
En el sector financiero se comenta insistentemente que las ventas de oro a Turquía son de mayor cantidad, pero no se reflejan adecuadamente en las estadísticas oficiales. De acuerdo con estas versiones los despachos han reportado alrededor de 2.000 millones de dólares este año.
Petróleo por alimentos
La crisis venezolana ya se ubica en el ránking de los mayores descalabros de la historia contemporánea: el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello proyecta que a finales de este año el PIB "represente sólo 39% de lo que llegó a ser en 2013", los precios escalan a un ritmo de 40% al mes y la pobreza de ingresos arropa a las dos terceras partes de la población.
Junto a la orden ejecutiva que amenaza con endurecer la crisis, el gobierno de Estados Unidos aprobó una excepción donde indica que no prohíbe "transacciones que involucren al gobierno de Venezuela si se relacionan con la compra de comida, ropa y medicinas que se utilicen con la intención de aliviar el sufrimiento humano".
No obstante, el alcance de esta licencia luce muy limitado. Francisco Rodríguez explica que "la ayuda humanitaria no puede sustituir a la economía de un país y eso implica que Venezuela tiene que ser capaz de exportar más petróleo para incrementar sus ingresos y aumentar la compra de alimentos".
"Tal y como está escrita la excepción no es clara porque indica que se permite la compra de alimentos y medicinas para aliviar el sufrimiento humano. ¿Quién evalúa si una importación alivia o no el sufrimiento humano? A menos que Estados Unidos publique lineamientos muy claros, lo que va a ocurrir es que las empresas van a tener muchas dudas y no van a correr el riesgo de ser sancionadas".
De acuerdo con Torino Capital, en los primeros cinco meses de este año las importaciones de Venezuela sumaron 1.938 millones de dólares, una magnitud que se traduce en una caída de 89% respecto al mismo lapso de 2013.
Mariano de Alba señala que "pudiese haber empresas que aún viendo estas excepciones decidan no continuar con una relación comercial con el gobierno de Maduro, hay un factor reputacional y de riesgo a tomar en cuenta".
Víctor Salmerón
Infobae
En enero de este año, Estados Unidos, que junto a una larga lista de países considera fraudulentas las elecciones que Nicolás Maduro esgrime como piso legal para un nuevo mandato, prohibió a sus empresas la compra de petróleo a Venezuela, forzando un reacomodo que convirtió a Asia en el principal destino de los barriles venezolanos.
Pero la orden ejecutiva firmada por Donald Trump esta semana, que permite bloquear los activos que tengan en EEUU las empresas que mantengan relaciones económicas con la administración de Nicolás Maduro, amenaza con reducir las exportaciones a India y Malasia, los dos países que de acuerdo con Torino capital, desembolsaron en mayo 46% de los 1.100 millones de dólares que recibió Venezuela por las ventas de petróleo.
El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, dejó en claro la amenaza el martes de esta semana al afirmar: "Enviamos un mensaje a terceros que quieran hacer negocios con el régimen de Maduro: procedan con extrema cautela". Y agregó: "No tienen por qué arriesgar sus intereses comerciales con Estados Unidos por beneficiarse de un régimen corrupto y agonizante".
Francisco Rodríguez, economista jefe de la firma Torino Capital, considera que "si Estados Unidos de verdad amenaza a las empresas de la India con sanciones y éstas dejan de comprar petróleo a Venezuela habrá un impacto significativo. Venezuela está exportando alrededor de 6 mil millones de dólares al año en petróleo a India y Malasia también es un destino importante".
"Para este año proyectamos que Venezuela recibirá 15.000 millones de dólares por exportaciones petroleras, pero esta cifra caería hasta alrededor de 9.000 millones si se trancan las exportaciones a India y Malasia. Esto sería un escenario muy duro en el que la economía se contraería más de 50%", advierte Francisco Rodríguez.
El reporte de la OPEP registra que al cierre del primer semestre de este año la producción petrolera de Venezuela se ubicó en 734 mil barriles diarios, cifra que se traduce en un profundo descenso de 70% respecto al mismo lapso de 2015. Los hidrocarburos aportan 89 de cada cien dólares que ingresan al país, por lo tanto, una mayor reducción en las exportaciones tendría un impacto significativo en una economía que acumula veinte trimestres en recesión.
Mariano de Alba, especialista en derecho internacional, explica que la orden ejecutiva firmada por Donald Trump es ambigua, algo que podría derivar en que las empresas caigan en una práctica conocida como sobrecumplimiento, es decir, cortar las relaciones comerciales con el gobierno venezolano ante las dudas sobre si aplican o no las sanciones.
"La orden ejecutiva firmada por Donald Trump no es del todo clara, prohíbe asistir material, financiera o tecnológicamente al gobierno de Venezuela, pero no define explícitamente qué considera por asistir. Esa es una gran duda y por eso creo que muchas empresas pueden caer en un sobrecumplimiento", dice Mariano de Alba.
Agrega que "si las empresas indias y malayas que les están comprando petróleo a Venezuela tienen actividades comerciales en Estados Unidos y sus directivos viajan frecuentemente a este país, muy probablemente veamos cambios; pero si son empresas que no tienen gran vinculación con Estados Unidos lo más probable es que seguirán asumiendo el riesgo".
La empresa rusa Rosneft es el accionista mayoritario de Nayara, una de las compañías de India que más compra petróleo a Venezuela. Guillermo Arcay, economista de la firma Ecoanalítica, indica que "está por verse si Estados Unidos en verdad está dispuesto a sancionar a empresas como Nayara, pero lo que está claro es que busca que haya una amenaza creíble".
Konstantin Kosachev, presidente de la comisión de Asuntos Exteriores del Senado ruso, calificó la orden ejecutiva firmada por Donald Trump como "bandolerismo internacional", según la agencia de noticias RIA Novosti. Kosachev agregó que la medida de Washington representa una "intromisión abierta en los asuntos domésticos de Venezuela".
En mayo China aportó 38% del ingreso que recibió Venezuela por exportaciones petroleras, pero luce poco probable que su empresa Sinopec recorte las compras al país caribeño por temor a sanciones de Estados Unidos, con el que mantiene un enfrentamiento en el terreno comercial.
"Desde enero, al igual que Nayara, Sinopec ha incrementado las compras de petróleo a Venezuela. Hasta ahora ha tenido una actitud de confrontación con las sanciones de Estados Unidos", dice Guillermo Arcay.
Oxígeno dorado
Un factor a tomar en cuenta es que la administración de Nicolás Maduro podría mitigar el impacto que podría tener la orden ejecutiva de Donald Trump con el apoyo de países aliados como Turquía, que juega un rol fundamental como proveedor de alimentos y ha pasado a ser una fuente de ingresos de divisas mediante la compra de oro.
El 19 de enero de este año el entonces vicepresidente de economía, Tareck El Aissami, viajó a Turquía y se reunió con el presidente de ese país, Recep Tayyip Erdogan, para diseñar un plan que ha permitido incrementar las exportaciones de oro de Venezuela que, de acuerdo con las estadísticas que reflejan las reservas internacionales, se ubicaron en 1.068 millones de dólares durante el primer semestre.
"Visité tantas refinerías de oro, vi este lugar por primera vez con la tecnología avanzada, es un lugar muy bien equipado", dijo Tareck El Aissami.
En el sector financiero se comenta insistentemente que las ventas de oro a Turquía son de mayor cantidad, pero no se reflejan adecuadamente en las estadísticas oficiales. De acuerdo con estas versiones los despachos han reportado alrededor de 2.000 millones de dólares este año.
Petróleo por alimentos
La crisis venezolana ya se ubica en el ránking de los mayores descalabros de la historia contemporánea: el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello proyecta que a finales de este año el PIB "represente sólo 39% de lo que llegó a ser en 2013", los precios escalan a un ritmo de 40% al mes y la pobreza de ingresos arropa a las dos terceras partes de la población.
Junto a la orden ejecutiva que amenaza con endurecer la crisis, el gobierno de Estados Unidos aprobó una excepción donde indica que no prohíbe "transacciones que involucren al gobierno de Venezuela si se relacionan con la compra de comida, ropa y medicinas que se utilicen con la intención de aliviar el sufrimiento humano".
No obstante, el alcance de esta licencia luce muy limitado. Francisco Rodríguez explica que "la ayuda humanitaria no puede sustituir a la economía de un país y eso implica que Venezuela tiene que ser capaz de exportar más petróleo para incrementar sus ingresos y aumentar la compra de alimentos".
"Tal y como está escrita la excepción no es clara porque indica que se permite la compra de alimentos y medicinas para aliviar el sufrimiento humano. ¿Quién evalúa si una importación alivia o no el sufrimiento humano? A menos que Estados Unidos publique lineamientos muy claros, lo que va a ocurrir es que las empresas van a tener muchas dudas y no van a correr el riesgo de ser sancionadas".
De acuerdo con Torino Capital, en los primeros cinco meses de este año las importaciones de Venezuela sumaron 1.938 millones de dólares, una magnitud que se traduce en una caída de 89% respecto al mismo lapso de 2013.
Mariano de Alba señala que "pudiese haber empresas que aún viendo estas excepciones decidan no continuar con una relación comercial con el gobierno de Maduro, hay un factor reputacional y de riesgo a tomar en cuenta".