Alfaro, el gran responsable de que Boca esté en cuartos

El entrenador acertó en Curitiba y en Buenos Aires, se la jugó por los juveniles y priorizó escudo por sobre nombres. Punto a favor para Gustavo.

Juampi Reynoso
As
Boca llegó al cruce ante Athletico Parananese con más dudas que certezas y envuelto en un mercado de pases algo extraño, no por los nombres que llegaron sino por el tiempo que tardaron en arribar los refuerzos.


El equipo no convencía desde el juego y los amistosos de Estados Unidos dejaban algunas dudas respecto al futuro del equipo en la Copa Libertadores de América. Sin embargo Gustavo Alfaro creyó en los suyos y apostó por formar como más le gusta: 4-4-2. Le salió bárbaro.

Los 180 minutos ante los brasileños le dieron más crédito al entrenador, que con perfil bajo intenta poner a Boca en el lugar que merece. Ahora, el objetivo pasa por revalidar en cuartos lo hecho en octavos. Difícil, pero no imposible.

Los pibes, la esperanza xeneize

Tanto para la ida como para la vuelta, Alfaro se la jugó por dos juveniles de las inferiores para armar el equipo titular. Marcelo Weigandt, lateral derecho, reemplazó a Julio Buffarini y completó una correcta serie. Por su parte, Nicolás Capaldo integró el doble cinco junto a Iván Marcone y fue una de las figuras en la revancha. Aire fresco, hambre de gloria y un despliegue fenomenal.

De tanto ensayarla, la presión dio efecto

Los primeros minutos del juego de vuelta marcaron la intensión de Boca: presionar alto a Paranaense para no dejarlo jugar. El equipo de la Ribera ensayó esto durante toda la pretemporada en EE:UU, pero recién pudo aplicarlo el pasado miércoles. Intensidad para cortar circuitos y toque rápido para lastimar al rival, así salió el Xeneize.

El escudo por sobre los nombres

Ese fue su principal lema cuando asumió. Alfaro llegó a Boca con la ilusión de quedar en la historia grande, pero sabe que para lograrlo debe priorizar intereses colectivos por sobre individualidades. Por eso en la fase de octavos sorprendió con algunas decisiones, que terminaron sirviendo para lograr la clasificación. El ejemplo más claro fue el de Carlos Tevez, quien jugó menos de 25 minutos contando los dos encuentros.

Entradas populares