Un alto cargo iraní sugiere capturar un petrolero británico por la detención del ‘Grace 1’ en Gibraltar

La medida del Reino Unido agrava la tensión en vísperas de que Irán anuncie un nuevo paso en el abandono de sus compromisos nucleares

Ángeles Espinosa
Dubái, El País
La detención de un petrolero iraní por parte de la Marina británica en Gibraltar añade leña a la tensión en torno al estrecho de Ormuz, casi 6.000 kilómetros más al Este. Un alto cargo de la República Islámica ha sugerido este viernes que su país debería capturar un buque similar del Reino Unido. En medio de la guerra de nervios entre Irán y EE UU, semejante respuesta equivaldría a desatar una nueva escalada de golpes bajos en unas aguas por las que transita una quinta parte del petróleo que se consume en el mundo.


“Durante sus 40 años de historia, la República Islámica nunca ha iniciado ninguna tensión, pero tampoco ha dudado en reaccionar ante quienes son sus acosadores. Si el Reino Unido no libera el petrolero iraní, es obligación de las autoridades aprehender un petrolero británico”, ha escrito Mohsen Rezai en su cuenta de Twitter.

Rezai no tiene un cargo ejecutivo, pero es secretario del Consejo de Discernimiento (un órgano encargado de solucionar las disputas entre el Parlamento y el Consejo de Guardianes) y antiguo jefe de la Guardia Revolucionaria, sus opiniones expresan el sentir de los sectores más conservadores del régimen. Algunos observadores ven en sus palabras una poco velada amenaza.

La decisión británica de interceptar el Grace 1, tras recibir una información de EE UU y en aguas que España considera propias, eleva sin duda el nivel de enfrentamiento entre Irán y Occidente. Es la primera vez que se adopta una medida así contra un petrolero iraní. Además, se produce en vísperas de que este fin de semana Teherán anuncie un nuevo paso en su abandono de los compromisos que adquirió al firmar el acuerdo nuclear en 2015, ya que, a raíz de la salida del mismo de EE UU el año pasado, ha perdido el prometido acceso a los mercados internacionales.

Desde hace tres meses, Washington ha reforzado sus sanciones contra Teherán con el objetivo de bloquear por completo sus exportaciones de crudo. En el tira y afloja subsiguiente, EE UU responsabilizó a la República Islámica del sabotaje a seis buques cisterna el golfo de Omán y, tras el derribo de uno de sus drones por parte de la Guardia Revolucionaria, su presidente, Donald Trump, llegó a ordenar un ataque a varias instalaciones militares iraníes aunque lo abortó en el último momento.

Irán, que ha calificado de “acto de piratería” la retención del Grace 1, convocó el jueves al embajador británico en Teherán, Rob Macaire, para expresarle su “más fuerte objeción a la captura ilegal e inaceptable” del petrolero y pedir su inmediata liberación. Los portavoces iraníes defienden que el navío se encontraba en aguas internacionales cuando fue interceptado y acusan al Reino Unido de aplicar “las mismas políticas de acoso de EE UU que los europeos siempre han criticado”.

Los europeos no comparten la política de máxima presión que Washington puso en marcha tras abandonar el acuerdo nuclear y hasta ahora han tratado de salvar ese pacto sin enfrentarse con su aliado del otro lado del Atlántico. Según la versión iraní, Macaire subrayó que su país “no acata las sanciones unilaterales de EE UU”. Las autoridades de Gibraltar, un territorio dependiente del reino Unido y reclamado por España, han justificado la aprehensión del buque iraní en que el crudo que transporta está destinado a la refinería siria de Baniyas y que eso viola la prohibición de la UE de vender petróleo al régimen de Bachar el Asad.

Irán es uno de los principales aliados de Damasco y ha abastecido de crudo a Siria durante años a pesar de las sanciones europeas y estadounidenses que pesan sobre ese país, sin que hasta ahora se hayan tomado medidas. De confirmarse ese destino, la ruta seguida por el Grace 1, que navegaba bajo bandera panameña y, según Reuters, con documentación que identificaba el origen de su carga como iraquí, mostraría hasta qué punto las sanciones de EE UU están obligando a Irán a encontrar vías alternativas para despachar su petróleo. Lo habitual hubiera sido que utilizara el canal de Suez, pero allí se habría expuesto a que se le requisara la carga.

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