Semifinales de Copa América y Chile, el círculo que busca cerrar Zambrano

Fernando Gimeno
Porto Alegre, EFE
Hace cuatro años el defensa peruano Carlos Zambrano era expulsado a los 20 minutos de la semifinal de la Copa América entre Chile y Perú, uno de los momentos más duros de su carrera, del que puede resarcirse este miércoles otra vez en la semifinal y otra vez contra Chile.


El destino lo ha puesto en la misma situación que hace cuatro años, cuando Zambrano abrió con ese momento crítico un bache en su carrera cuya recuperación puede confirmar en letras mayúsculas ahora en un partido que cerraría el círculo más complicado en su trayectoria profesional.

En las semifinales de la Copa América de 2015, Zambrano fue señalado como uno de los culpables de la derrota por 2-1 ante Chile que dejó a la Blanquirroja fuera de la final del torneo.

Su expulsión fue en una acción temeraria donde al despejar el balón mantuvo el pie levantado hasta impactar en la espalda del centrocampista chileno Charles Aranguiz.

Cuatro años después Zambrano ha vuelto a la selección peruana justo para la Copa América de Brasil y volverá a medirse prácticamente a los mismos jugadores del combinado chileno en las semifinales del torneo. Allí también estará Aránguiz.

Así puede cerrar un ciclo que se inició con su expulsión aquel 29 de junio de 2015 en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, al que luego le siguió un declive en su carrera que ha logrado revertir hasta volver a sus 29 años con mucha fuerza y liderazgo al combinado que dirige el argentino Ricardo Gareca.

Zambrano fue una de las principales sorpresas de la convocatoria de Gareca para la Copa América de Brasil 2019. Casi nadie contaba con su participación.

El defensa central llevaba más de tres años sin entrar en las listas del técnico argentino desde que fue incluido en la criba realizada antes de la Copa América Centenario de 2016, donde varios jugadores ya nunca más fueron convocados como el delantero Claudio Pizarro o el lateral izquierdo Juan Manuel Vargas.

Entre ellos estaba Zambrano, que perdió su lugar en la selección en un momento donde Gareca confió ciegamente en once jugadores que desde entonces lo jugaron casi todo en las eliminatorias y lograron la histórica meta de clasificarse para el Mundial después de 36 años.

Allí el puesto lo tenían garantizado Alberto Rodríguez y Christian Ramos, pero para esta Copa América ninguno de los dos estaba en condiciones de poder representar a la selección. Rodríguez intentaba recuperarse de una de sus constantes lesiones musculares y Ramos había jugado poco con el Melgar.

A pesar de que algunos futbolistas parecían vetados en la selección, Gareca siempre defendió que nadie tenía cerradas las puertas de la selección, independientemente de la edad que tuviesen.

El argentino cumplió sus palabras cuando llamó a Zambrano en el momento que volvió a recuperarse su mejor forma con la camiseta del Basilea suizo.

Desde que fue expulsado en aquel aciago partido contra Chile, la carrera de Zambrano se torció. Perdió protagonismo en el Eintracht de Frankfurt, de donde salió por la puerta de atrás rumbo al Rubin Kazan en 2016.

En Rusia firmó una primera temporada muy activa y una segunda en el dique seco que le llevó a probar suerte sin éxito en el PAOK de Salónica. De allí fue al Dinamo de Kiev, en el que tampoco apareció apenas hasta recalar a mitad de 2018 en el Basilea.

En el conjunto suizo Zambrano volvió a recuperar su mejor nivel y nunca dejó de soñar en un eventual regreso a la selección peruana que él mismo propició.

El jugador visitó a la selección cuando en septiembre del año pasado jugó un amistoso en Alemania, un gesto que a Gareca le agradó sobremanera y enseguida lo volvió a colocar en su radar de cara a esta Copa América donde Zambrano la oportunidad de cambiar la historia y borrar ese oscuro recuerdo de la semifinal con Chile.

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