Se agravó la salud de Carlos Bilardo

La condición de salud del extécnico de la Selección Carlos Bilardo, que padece del síndrome de Hakim-Adams, empeoró en las últimas horas y su estado sería grave.


Fede González
As
La salud del técnico campeón del mundo con la Selección Argentina Carlos Bilardo, que padece del síndrome de Hakim-Adams, empeoró en las últimas horas y su estado sería "grave".


El médico y exfutbolista se encuentra internado en el Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT) de Buenos Aires, donde también fue tratado en mayo de este año. Hasta el momento, no hubo un parte médico oficial.

La preocupación por la salud del DT comenzó un año atrás. Bilardo, de 81 años, fue internado por primera vez el 31 de mayo de 2017 en la clínica Fleni, en Belgrano. Desde aquel momento, atravesó una serie de operaciones y períodos de recuperación, debido a su lucha contra el síndrome de Hakim-Adams, una enfermedad neurodegenerativa.

La última aparición pública de Bilardo había sido en una cena a principios de abril, rodeado por siete jugadores que integraron el plantel argentino que se consagró en México 1986: Carlos Tapia, Julio Olarticoechea, Pumpido, Héctor Enrique, Oscar Ruggeri, Ricardo Giusti y Oscar Garré.

El síndrome de Hakim-Adams, también conocido como hidrocefalia de presión normal o hidrocefalia normotensiva. Es una enfermedad neurológica y, en algunas ocasiones, se la confunde o relaciona con el Alzheimer, Parkinson y arterioesclerosis por los síntomas que presenta. ¿Qué es y cómo afecta a quienes la padecen? Puede aparecer en personas mayores de 50 años y tiene tres manifestaciones principales: la debilidad en las piernas, la demencia y la incontinencia urinaria. El primero de los aspectos es el más notorio y grave, ya que puede provocar caídas, traumatismos. En menor medida, pueden encontrarse dificultades como meningitis, hemorragias e infecciones. Otra grave manifestación se da en el deterioro cognitivo progresivo, ya que se distorsiona el lóbulo central y las áreas subcorticales del cerebro. Hay problemas de planificación, atención y concentración; falta de memoria, relentización del sistema psicomotor, falta de energía y lentitud en el habla. ¿Cómo se trata? Se implanta una válvula de derivación ventriculo-peritoneal: se traslada el líquido cefalorraquídeo desde el cerebro hacia el abdomen, donde podrá absorverse. Las válvulas se ajustas y los síntomas mejoran en la mayoría de los casos. No hay una medicación en el tratamiento.

Fuente: www.canalnet.tv

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