¿Por qué tanto furor con De Rossi?

Su juego, su personalidad, su jerarquía y la necesidad copera de Boca forman un combo que explica en parte la revolución que provoca el italiano sin ponerse siquiera los cortos.

Diego Macias
Olé
Muchos, seguramente muchos hinchas de Boca no recordaban la historia de Daniele De Rossi. Quizá si lo hubiesen visto por Buenos Aires apenas hubieran notado que se trataba de un turista más. De pronto, se transformó en una explosión dificil de imaginar dónde termina.


Sus notas son las más leídas en los portales, se transforma en tendencia en las redes, deja en segundo plano resultados muy buenos hasta del propio Boca. No se trata de hacer un análisis sociológico de qué pasa con los hinchas pero tal vez se puedan encontrar algunas razones que potencian esta idea de ver el posible nacimiento de un ídolo.

Sus características futbolísticas. De Rossi, en su mejor momento, con título mundial con Italia inclusive, ha marcado al esfuerzo y la actitud como una de sus señales. Y aunque Boca aún añora la magia de Riquelme, jugadores del estilo del italiano siempre parecen empatizar mejor con los hinchas de Boca.

La personalidad del jugador. Siempre aparecen cracks del extranjero o incluso talentos de otros deportes que muestran cierta preferencia por un equipo argentino, en general River o Boca. Suelen ser declaraciones que endulzan los oídos de los hinchas pero que nunca realmente creen que se puede cumplir. Se escucharon miles de frases de "sueño con jugar en..." que empiezan y mueren en eso, en una frase. Bueno, De Rossi lo cumplió y eso le suma muchos puntos.

Diego, Bati... ​Dos ídolos del club como Maradona y Batistuta ya le dieron su bienvenida. Bati, que compartió vestuario con él en la Roma, no dudó en saludarlo. Maradona salió del quirófano y le mandó un audio saludándolo. Y se siguen sumando voces que alimentan la ilusión general.

La obsesión de la Copa. Boca necesita la Libertadores. La herida por la final perdida estará siempre latente pero sólo puede empezar a cicatrizar con un título de ese nivel. Es una presión tremenda para el plantel y sumar este tipo de figura, aún sin saber qué nivel futbolístico tendrá, no hace otra cosa que aumentar la expectativa real que tienen los hinchas.

Jerarquía. Las estrellas no pueden jugar toda la vida, pero aquellos que tienen jerarquía suelen marcar diferencia más allá del DNI. Habrá que ver si sus 36 años recién cumplidos le pesan mucho, poquito o nada. Pero se intuye que habiendo jugado hasta la última temporada en el Calcio, no pasará papelones en la Superliga. Se percibe que eleva el nivel.

Banderas, recibimiento en el aeropuerto y hasta seguramente será ovacionado sin que se ponga todavía los pantalones cortos. De Rossi es una excusa, una bandera de la esperanza de un Boca que necesita sanar su dolor de hincha.

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