Petrobras ya no operará gasoducto desde 2020
De marzo a junio de este año, Petrobras ha bajado a menos de la mitad la demanda de gas boliviano. Los volúmenes diarios están por debajo de los 13 MMm3d.
La Razón (Edición Impresa) / Miguel Lazcano / La Paz
Como parte de un acuerdo para evitar que sea investigada y con la intención del Gobierno brasileño de bajar el precio del gas hasta en un 40%, Petrobras dejará de operar el gasoducto entre Bolivia y Brasil a partir de 2020. YPFB expresó su interés por las acciones.
El acuerdo de la petrolera brasileña con el Consejo de Administración de Defensa Económica (CADE) se hizo a cambio de que esta entidad “suspendiera una investigación por abuso de su posición dominante en el suministro de gas”, señala el diario Folha de Sao Paulo en su edición digital.
El rotativo añade que en 2018, el presidente del CADE, Alexandre Barreto, decidió abrir una amplia investigación sobre los “posibles abusos de precios” practicados por Petrobras en el suministro de gas al mercado energético.
El gasoducto entre Bolivia y Brasil es el principal canal de transporte de gas en el país vecino. Cruza Mato Grosso do Sul, Sao Paulo, Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul, pasando por 136 ciudades. Por el ducto pasa diariamente hasta un máximo de 30 millones de metros cúbicos de gas, entregados a siete distribuidores locales. El gasoducto también suministra a termoeléctricas y refinerías a lo largo de su ruta.
El ajuste dispuesto con la CADE debería llevar a una reducción de las importaciones brasileñas de gas en al menos 10 millones de metros cúbicos por día (MMm3d). Asimismo, Folha refiere —en base al borrador del acuerdo al que tuvo acceso— que luego de dejar el control del gasoducto, si Petrobras tiene interés en la compra del gas boliviano, como consumidor, podrá mantener hasta el 50% del gas disponible.
De marzo a junio de este año, Petrobras ha bajado a menos de la mitad la demanda de gas boliviano. Los volúmenes diarios están por debajo de los 13 MMm3d.
El acuerdo, según Folha, está en el centro del proceso de apertura del mercado del gas, con el cual el Gobierno brasileño espera atraer inversiones de hasta 32.800 millones de reales (unos $us 8.400 millones) en nuevos ductos y terminales para 2032 y reducir el precio hasta en un 40% para estimular la industria e impulsar el crecimiento de la economía. Además de dejar de operar el gasoducto con Bolivia, Petrobras venderá su participación en compañías de transmisión y distribución de gas.
“Los (nuevos) contratos de compra y venta deberán firmarse a fines de 2020 y, en el caso del gasoducto, Petrobras deberá definir el precio junto con la Agencia Nacional del Petróleo hasta marzo de ese mismo año. La conclusión completa del proceso de venta de todos los activos debe ocurrir a fines de 2021. Existe la posibilidad de un período adicional de un año si la empresa estatal lo solicita y CADE lo aprueba”.
En diciembre de 2018, el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, aseguró que la posibilidad de que Petrobras reduzca a la mitad la compra de gas boliviano representa una “ventaja”, porque eso le permitirá a Bolivia comercializar el energético de forma directa a los consumidores brasileños.
PACTO. El contrato entre las estatales Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Petrobras fenece a fines de este año.
Mediante un boletín de prensa, YPFB señaló ayer que la venta de la participación de Petrobras en el gasoducto Bolivia-Brasil, así como de sus acciones en otros gasoductos y oleoductos, responde al plan de desinversión que la estatal brasileña viene encarando desde hace algunos años, lo que la obliga a desprenderse de una serie de activos a nivel continental, con el fin de salir de negocios ligados al downstream (refinerías, gasolineras, transporte y distribución de hidrocarburos, entre otros), para así reestructurar sus operaciones globales”.
Ante ello, su presidente, Óscar Barriga, expresó el interés por participar del proceso de licitación para adquirir las acciones de Petrobras en Transportadora Brasileña Gasoducto Bolivia-Brasil, que llegan al 51% del total. “Es una valiosa oportunidad para YPFB y para Bolivia, ya que de esta manera la empresa incrementará su influencia en el mercado brasileño. No solo exportaremos gas, sino que también nos encargaremos de su transporte en el vecino país”.
La Razón (Edición Impresa) / Miguel Lazcano / La Paz
Como parte de un acuerdo para evitar que sea investigada y con la intención del Gobierno brasileño de bajar el precio del gas hasta en un 40%, Petrobras dejará de operar el gasoducto entre Bolivia y Brasil a partir de 2020. YPFB expresó su interés por las acciones.
El acuerdo de la petrolera brasileña con el Consejo de Administración de Defensa Económica (CADE) se hizo a cambio de que esta entidad “suspendiera una investigación por abuso de su posición dominante en el suministro de gas”, señala el diario Folha de Sao Paulo en su edición digital.
El rotativo añade que en 2018, el presidente del CADE, Alexandre Barreto, decidió abrir una amplia investigación sobre los “posibles abusos de precios” practicados por Petrobras en el suministro de gas al mercado energético.
El gasoducto entre Bolivia y Brasil es el principal canal de transporte de gas en el país vecino. Cruza Mato Grosso do Sul, Sao Paulo, Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul, pasando por 136 ciudades. Por el ducto pasa diariamente hasta un máximo de 30 millones de metros cúbicos de gas, entregados a siete distribuidores locales. El gasoducto también suministra a termoeléctricas y refinerías a lo largo de su ruta.
El ajuste dispuesto con la CADE debería llevar a una reducción de las importaciones brasileñas de gas en al menos 10 millones de metros cúbicos por día (MMm3d). Asimismo, Folha refiere —en base al borrador del acuerdo al que tuvo acceso— que luego de dejar el control del gasoducto, si Petrobras tiene interés en la compra del gas boliviano, como consumidor, podrá mantener hasta el 50% del gas disponible.
De marzo a junio de este año, Petrobras ha bajado a menos de la mitad la demanda de gas boliviano. Los volúmenes diarios están por debajo de los 13 MMm3d.
El acuerdo, según Folha, está en el centro del proceso de apertura del mercado del gas, con el cual el Gobierno brasileño espera atraer inversiones de hasta 32.800 millones de reales (unos $us 8.400 millones) en nuevos ductos y terminales para 2032 y reducir el precio hasta en un 40% para estimular la industria e impulsar el crecimiento de la economía. Además de dejar de operar el gasoducto con Bolivia, Petrobras venderá su participación en compañías de transmisión y distribución de gas.
“Los (nuevos) contratos de compra y venta deberán firmarse a fines de 2020 y, en el caso del gasoducto, Petrobras deberá definir el precio junto con la Agencia Nacional del Petróleo hasta marzo de ese mismo año. La conclusión completa del proceso de venta de todos los activos debe ocurrir a fines de 2021. Existe la posibilidad de un período adicional de un año si la empresa estatal lo solicita y CADE lo aprueba”.
En diciembre de 2018, el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, aseguró que la posibilidad de que Petrobras reduzca a la mitad la compra de gas boliviano representa una “ventaja”, porque eso le permitirá a Bolivia comercializar el energético de forma directa a los consumidores brasileños.
PACTO. El contrato entre las estatales Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Petrobras fenece a fines de este año.
Mediante un boletín de prensa, YPFB señaló ayer que la venta de la participación de Petrobras en el gasoducto Bolivia-Brasil, así como de sus acciones en otros gasoductos y oleoductos, responde al plan de desinversión que la estatal brasileña viene encarando desde hace algunos años, lo que la obliga a desprenderse de una serie de activos a nivel continental, con el fin de salir de negocios ligados al downstream (refinerías, gasolineras, transporte y distribución de hidrocarburos, entre otros), para así reestructurar sus operaciones globales”.
Ante ello, su presidente, Óscar Barriga, expresó el interés por participar del proceso de licitación para adquirir las acciones de Petrobras en Transportadora Brasileña Gasoducto Bolivia-Brasil, que llegan al 51% del total. “Es una valiosa oportunidad para YPFB y para Bolivia, ya que de esta manera la empresa incrementará su influencia en el mercado brasileño. No solo exportaremos gas, sino que también nos encargaremos de su transporte en el vecino país”.