Militao dio el susto: nervios, cansancio, no haber comido...
El central se mareó durante su presentación con el Madrid debido al largo viaje, estar en ayunas y la emoción propia de un día tan especial como este.
Guillermo Raimundo
As
El día más especial de Eder Militao (21 años) vivió un final precipitado. El jugador tuvo que abandonar la sala de prensa del Santiago Bernabéu visiblemente mareado. Según pudo saber AS, las causas de esa indisposición fueron el largo viaje, estar en ayunas y la emoción por su presentación.
La jornada empezó para el ex del Oporto en su país, donde el pasado domingo conquistó la Copa América con Brasil. Desde allí voló hacia España, adonde llegó alrededor de las seis de la mañana de este miércoles. Entonces empezó a afrontar los trámites propios de una fecha tan señalada: el reconocimiento médico, la firma del contrato, la presentación en su nuevo estadio…
El cansancio acumulado por el torneo continental y su posterior celebración, además del largo desplazamiento, unido a que no comió y a los nervios por cumplir su sueño de jugar en el Madrid, le afectaron inesperadamente. Después de 15 preguntas, empezó a llevarse la mano al cuello de la camisa en señal de malestar. Finalmente, tuvo que dejar la sala. "Es una gran emoción", justificó durante el delicado momento.
Guillermo Raimundo
As
El día más especial de Eder Militao (21 años) vivió un final precipitado. El jugador tuvo que abandonar la sala de prensa del Santiago Bernabéu visiblemente mareado. Según pudo saber AS, las causas de esa indisposición fueron el largo viaje, estar en ayunas y la emoción por su presentación.
La jornada empezó para el ex del Oporto en su país, donde el pasado domingo conquistó la Copa América con Brasil. Desde allí voló hacia España, adonde llegó alrededor de las seis de la mañana de este miércoles. Entonces empezó a afrontar los trámites propios de una fecha tan señalada: el reconocimiento médico, la firma del contrato, la presentación en su nuevo estadio…
El cansancio acumulado por el torneo continental y su posterior celebración, además del largo desplazamiento, unido a que no comió y a los nervios por cumplir su sueño de jugar en el Madrid, le afectaron inesperadamente. Después de 15 preguntas, empezó a llevarse la mano al cuello de la camisa en señal de malestar. Finalmente, tuvo que dejar la sala. "Es una gran emoción", justificó durante el delicado momento.