¿Messi o el VAR?
La Conmebol fracasó y hoy la duda es si el VAR es inepto o corrupto. Leo, más líder que nunca, le dio visibilidad mundial a un conflicto que explotó como nunca. ¿Llegará el conflicto a la FIFA?
Olé
Los árbitros finalmente consiguieron ser las principales figuras del fútbol. Inventaron el VAR para apagar sospechas y hoy reavivaron el fuego de un incendio que escala fuera de control. El VAR Conmebol fracasó y debe cambiar urgentemente a favor de la transparencia en el único deporte en el que la rosca le gana a la tecnología.
Ahora se cargaron a Messi, simplemente porque tuvo los huevos de denunciar una estafa de alcance mundial que le hace daño a la credibilidad del juego y porque no se sumó a la moda de hacerse el muerto apenas te toca el rival: si al primer pechazo del irascible, violento y patotero Gary Medel, Messi se tiraba al piso y fingía estar para la internación, como actúan casi todos los jugadores, no había manera de que el impresentable árbitro paraguayo le sacara la roja.
La teoría de que la Conmebol mandó a disciplinar a Messi por las declaraciones que expusieron al organismo no puede descartarse. Si el VAR revisó la acción y no advirtió que no merecía el mismo castigo Messi que el desequilibrado Medel (que tras la expulsión se bañó en agua bendita y declaró virginalmente en consecuencia) es por incapacidad o por corrupción. No hay vuelta. Y si no la revisó, lo mismo cabe. Las dos posibilidades son eliminatorias.
El fracaso del VAR y de la Conmebol están a la vista. También, quedó más firme que nunca el liderazgo de Messi en la Selección e incluso en el fútbol mundial. Se plantó. Jugando bien o jugando mal, siempre dijo presente. Cantó el himno. Gritó a los cuatro vientos su verdad, rebelde ante el poder mafioso, más argentino que el dulce de leche y denunciando favoritismo para Brasil. Apoyó abiertamente la continuidad del entrenador y, más entendible, abrazó a cada uno de los nuevos compañeros que hoy forman parte de su tropa. Más que capitán, se transformó de golpe en General. El General Messi.
Lo único que le faltó en esta Copa América es subir un par de puntitos su rendimiento y hacerle los cambios a Scaloni, que se anotó varios porotos en manejo de grupo y un punto negativo en lectura de juego, con una lucidez admirable para sacar siempre al mejor.
Olé
Los árbitros finalmente consiguieron ser las principales figuras del fútbol. Inventaron el VAR para apagar sospechas y hoy reavivaron el fuego de un incendio que escala fuera de control. El VAR Conmebol fracasó y debe cambiar urgentemente a favor de la transparencia en el único deporte en el que la rosca le gana a la tecnología.
Ahora se cargaron a Messi, simplemente porque tuvo los huevos de denunciar una estafa de alcance mundial que le hace daño a la credibilidad del juego y porque no se sumó a la moda de hacerse el muerto apenas te toca el rival: si al primer pechazo del irascible, violento y patotero Gary Medel, Messi se tiraba al piso y fingía estar para la internación, como actúan casi todos los jugadores, no había manera de que el impresentable árbitro paraguayo le sacara la roja.
La teoría de que la Conmebol mandó a disciplinar a Messi por las declaraciones que expusieron al organismo no puede descartarse. Si el VAR revisó la acción y no advirtió que no merecía el mismo castigo Messi que el desequilibrado Medel (que tras la expulsión se bañó en agua bendita y declaró virginalmente en consecuencia) es por incapacidad o por corrupción. No hay vuelta. Y si no la revisó, lo mismo cabe. Las dos posibilidades son eliminatorias.
El fracaso del VAR y de la Conmebol están a la vista. También, quedó más firme que nunca el liderazgo de Messi en la Selección e incluso en el fútbol mundial. Se plantó. Jugando bien o jugando mal, siempre dijo presente. Cantó el himno. Gritó a los cuatro vientos su verdad, rebelde ante el poder mafioso, más argentino que el dulce de leche y denunciando favoritismo para Brasil. Apoyó abiertamente la continuidad del entrenador y, más entendible, abrazó a cada uno de los nuevos compañeros que hoy forman parte de su tropa. Más que capitán, se transformó de golpe en General. El General Messi.
Lo único que le faltó en esta Copa América es subir un par de puntitos su rendimiento y hacerle los cambios a Scaloni, que se anotó varios porotos en manejo de grupo y un punto negativo en lectura de juego, con una lucidez admirable para sacar siempre al mejor.