Las 7 falacias del lobby pro Irán sobre las sanciones impuestas por Trump

Los khomeinistas pretenden descomprimir la asfixia económica y financiera que está padeciendo el régimen por el éxito real de las políticas norteamericanas

George Chaya
Infobae
A medida que el presidente Trump ajusta las sanciones a la élite khomeinista en Teherán, el debate sobre las posibles consecuencias de su política continúa en los medios de prensa, los think tanks y los círculos políticos. Además, debido a que las decisiones de Trump están fuera de esas esferas, la impresión que esos círculos pretenden generar es que su política sobre Irán ha fallado o que producirá consecuencias no deseadas.


En ese contexto, siete reclamos conforman los temas principales de la campaña lanzada por el lobby pro-Teherán con el apoyo de todos aquellos a quienes por diferentes motivos no les agrada Donald Trump.

1- La primera afirmación es que las sanciones no funcionan. Ese tema se desarrolla sin explicar cuáles son los objetivos previstos por las sanciones. Lo cierto es que Trump ha dicho que su objetivo es persuadir a la casta khomeinista gobernante en Teherán para que cambie aspectos de su comportamiento en el extranjero. En ese sentido, las sanciones sí están funcionando. Los mullahs han comenzado a reducir su presencia en Siria y Yemen, aunque sin optar aun por la retirada total. También se han cerrado oficinas en más de 20 ciudades iraníes que reclutaban "voluntarios" para "la Yihad" en Siria, y se ha detenido el reclutamiento de mercenarios afganos y paquistaníes. La presencia militar y diplomática de Teherán en Yemen ha sido reducida -aparentemente- por razones de seguridad. El contrabando de armas a los Houthis continúa pero a un ritmo mucho más reducido.

Los problemas de flujo de dinero en efectivo causados ​​por las sanciones también han obligado a los mullahs a recortar los estipendios de los poderes de sus aliados, especialmente al Hezbollah libanés en un 15% y a la Yihad Islámica palestina en alrededor del 20 %, y Teherán considera más recortes.

El régimen también se ha visto obligado a asumir la disolución de la milicia Hashd al-Shaabai al Iraqi(Grupos de Movilización Popular iraquíes), que desde la semana pasada tiene 30 días para desarmarse y convertirse en un partido político o unirse al Ejército iraquí bajo el mando del Primer Ministro en Bagdad.

Otro punto no menos importante, es que los mullahs han congelado su programa de misiles de largo alcance (su desarrollo actual es de 2000 kilómetros). Los problemas de flujo de efectivo también han provocado recortes en varios equipos políticos y de negocios controlados por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica.

A medida que el régimen hecha mano en sus reservas de guerra acumuladas durante años, está obligado a reducir más gastos en sus aventuras en el país y en el extranjero.

2- La segunda afirmación es que las sanciones funcionan pero perjudican a los iraníes comunes. El comentario habitual sobre los bebés y niños que no tienen leche ni alimentos y las ancianos que no pueden reemplazar los marcapasos se subraya en numerosos artículos de opinión y en los think tanks producidos por el lobby khomeinista y sus partidarios occidentales. Sin embargo, el Ministerio de Salud Islámico ha rechazado esa afirmación informando que los alimentos, los suministros médicos y otros artículos humanitarios no están sujetos a las sanciones, por lo que no hay escasez de esos elementos y los reclamos carecen de sustento.

3- La tercera afirmación es que los mullahs pueden optar por medidas de represalia contra los Estados Unidos y sus aliados regionales. Esto es algo que Irán ya ha hecho atacando a petroleros cerca de Fujairah en el Golfo de Omán y también derribando un avión no tripulado estadounidense. Sin embargo, todo eso que Iran hizo "con mucho cuidado" no causó víctimas humanas o una amenaza grave para el flujo internacional del petróleo.

No hay que olvidar que este es el mismo régimen que envió suicidas con bombas para asesinar a 241 marines estadounidenses y 52 paracaidistas franceses mientras dormían en sus cuarteles de Beirut en 1982 y, en la guerra con Irak, en 1987, causó estragos en el tráfico internacional de petróleo. Además, la publicitada decisión de los mullahs de aumentar sus reservas de uranio poco enriquecido, no es de ninguna utilidad si no esta hecha por encima de los 300 kilogramos, y la restante amenaza de recomenzar a producir plutonio, no es de ninguna utilidad y se ve demasiado ridícula como para merecer más que una morigerada atención.

4- La cuarta afirmación es que las sanciones de Trump pueden convertir al régimen de los mullahs en un gato acorralado que, al no encontrar una salida, puede saltar al rostro de quien lo arrincone. En tal sentido, algunos lobistas europeos y hasta estadounidenses también compararon la situación actual en Irán con la de Alemania después de la Primera Guerra Mundial, cuando las medidas punitivas impuestas por los aliados ayudaron a destruir la República de Weimar y llevaron a Hitler al poder. Sin embargo, el régimen khomeinista no es una democracia como lo fue la República de Weimar, y los elementos ultra-fascistas ya tienen el control político del propio gobierno iraní en Teherán.
Hasan Rohani, presidente de Irán (Reuters)
Hasan Rohani, presidente de Irán (Reuters)

5- La quinta afirmación es que las sanciones de Trump ejercen una presión sobre la alianza transatlántica y que las potencias europeas pueden ayudar al régimen khomeinista a sobrevivir durante décadas, al igual que ayudaron a la dictadura de comunista de los hermanos Castro en Cuba. Sin embargo, hay una gran diferencia entre los dos casos. En el caso de Cuba, los Estados Unidos boicotearon la isla pero no impusieron sanciones a otros que comerciaban con ella. La camarilla de Castro sobrevivió gracias al apoyo de la ex Unión Soviética, Canadá, Europa y algunas naciones latinoamericanas.

En contraste, las sanciones de Trump se basan en una elección durísima al explicitar: ¡Si usted comercia con Irán, no puede comerciar con Estados Unidos! En teoría, cualquier gobierno puede violar esas sanciones aceptando compensar a las empresas por los daños causados ​​por el "castigo" estadounidense por comerciar con Irán. Sin embargo, ninguna nación europea ha aceptado hacerlo y han optado por aceptar la fuerte caída en su comercio con Irán, el caso más significativo es el de Alemania, que ha mermado en alrededor del 45 %. Pero aun asi, ha dejado de comerciar con el régimen khomeinista.

6- La sexta afirmación es que las sanciones pueden obligar a Irán a renunciar al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y seguir adelante para construir la bomba. Esa afirmación, también, es falaz. Según el ministro de Relaciones Exteriores islámico, Muhammad-Javad, Zarif, Teherán necesita vender 1.5 millones de barriles de petróleo al día para cubrir los gastos actuales, incluido el pago de los salarios del servicio militar, científico y civil. El mes pasado, las exportaciones de petróleo de Irán cayeron a 500.000 barriles de crudo por día, el nivel más bajo desde 1955. Siempre que las sanciones no se relajen, construir la bomba es un lujo que Irán no puede permitirse por muchísimo tiempo.

7- La séptima afirmación es que las sanciones de Trump fortalecen a las facciones de línea dura y debilitan a los "reformistas" en torno al presidente Hassan Rouhani. Dado que Rouhani y sus asociados nunca han dicho o ni siquiera insinuado algo al respecto, es difícil hablar sobre ello, y no hay ningún sector al que llamar hoy facción "reformista". Además, la extensa purga de los militares actualmente emprendida por el "Guía Supremo" Ali Khamenei no parece haber afectado a ningún "moderado".

Los afectados hasta ahora son los elementos más desequilibrados y violentos, como el jefe de las brigadas Basij (Movilización de los desposeídos), el general Ghulam Hussein Gahyb-Parvar, quien declaró tener un plan para convertir a la Casa Blanca y a todo Washington en un terreno similar a los campos iraquíes durante la guerra de los años ´80, donde los niños suicidas (Hussaynieh´s) quemaron la tierra con bombas en sus cuerpos.

En consecuencia, cualquier aseveración sobre la reacción violenta de Irán según se ajustan sobre su régimen las sanciones económicas no son más que operaciones del lobby khomeinista que pretende descomprimir la asfixia económica y financiera que esta padeciendo por el éxito real de las sanciones. Y, si el estado actual de las cosas llevara a una escalada militar en la region, será porque los Mullahs habrán escogido torpemente una respuesta que los llevará en directo camino a la derrota y a la desaparición de su régimen.

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