Las 3 opciones de Boris Johnson para salir de Europa en 3 meses
El principal compromiso asumido por el flamante primer ministro es concretar la salida británica de la Unión Europea el 31 de octubre, cuando vence la última prórroga concedida por Bruselas. Pero no hay una sola manera de lograrlo y, como lo demostró Theresa May, no depende solo de su voluntad
Darío Mizrahi
dmizrahi@infobae.com
Boris Johnson sabe que está obligado a actuar rápido y que no tiene margen de error. Faltan sólo 95 días para la fecha límite que le dio la Unión Europea (UE) al Reino Unido para decidir si quiere salir del bloque de forma ordenada y progresiva, aceptando el proyecto firmado en 2018 por Theresa May, o de manera caótica y abrupta, sin ningún acuerdo.
La encrucijada es muy delicada. Johnson, uno de los máximos referentes del Brexit dentro del Partido Conservador desde el referéndum de 2016, renunció a su cargo como secretario de Relaciones Exteriores cuando May anunció el pacto que había alcanzado con Bruselas. No fue el único. De hecho, la ex primera ministra tuvo que dimitir luego de que el plan fuera rechazado tres veces por el Parlamento, algo sin precedentes.
Johnson fue categórico este jueves en su primer discurso como primer ministro ante la Cámara de los Comunes. "Debemos cumplir las reiteradas promesas del Parlamento a los ciudadanos saliendo de la UE, y haciéndolo el 31 de octubre. Yo y todos los ministros de este gobierno nos comprometemos a salir en esa fecha, cualesquiera que sean las circunstancias (…) Preferiría que fuera con un acuerdo. Lo preferiría mucho más. Creo que todavía es posible, incluso en esta fase tan avanzada, y trabajaré a fondo para que así sea (…) Espero que la UE esté igualmente preparada y que reconsidere su actual negativa a introducir cambios. Si no lo hace, por supuesto tendremos que abandonar la UE sin un acuerdo, en virtud del artículo 50″.
Todos los caminos están repletos de obstáculos. La idea de renegociar lo pactado por May choca con la resistencia de Bruselas, especialmente preocupada por el futuro de la frontera entre la República de Irlanda —que es un país independiente y permanecerá en la UE— e Irlanda del Norte —que forma parte del Reino Unido—. Pero la posibilidad de una ruptura no negociada fue rechazada en varias oportunidades por el Parlamento, que parece dispuesto a hacer lo posible para evitarla.
"Lo que todavía no saben muchos periodistas y políticos británicos, y la propia UE, es cuáles son las verdaderas opiniones de Boris Johnson. Está la versión pública, que hace grandes promesas y comentarios provocativos, que lo muestran como un 'duro' y como un populista, una versión británica de Donald Trump. Pero también hay una segunda versión, la de alguien pragmático, que da marcha atrás cuando se enfrenta a la complejidad o a la impopularidad. Incluso sus colegas y aliados más cercanos admiten que no es un 'hombre de detalles', así que es poco probable que persevere en un curso de acción difícil", dijo a Infobae Pete Dorey, profesor de política británica y autor del libro Comrades in Conflict: Labour, the Trade Unions and 1969's In Place of Strife (Camaradas en conflicto: El Laborismo, los sindicatos y el lugar de la lucha de 1969), que acaba de ser publicado.
¿Qué camino seguirá Johnson y qué le permitirán hacer sus dos interlocutores principales, la UE y el Parlamento? Todo parece reducido a estos tres escenarios. Uno de ellos se impondrá en los próximos tres meses. Aunque el futuro es tan incierto que ni siquiera se puede descartar que terminen combinándose.
1. Renegociación exitosa y Brexit con acuerdo
Johnson emprenderá en las próximas semanas una gira por Europa. Se reunirá con Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, y quizás también con quien será su sucesora a partir del 1 de noviembre, Ursula von der Leyen. Se espera que también mantenga encuentros con la canciller alemana Angela Merkel y con el presidente francés Emmanuel Macron.
El objetivo declarado es tratar de renegociar el acuerdo de May. "Ningún país que valore su independencia y su autoestima podría aceptar un tratado que renuncie a su independencia económica y autogobierno", afirmó Johnson el jueves.
Más allá de esa retórica firme, nadie espera que vaya a obtener grandes concesiones. Los líderes europeos quieren que Londres pague un precio elevado por ser el primer país en abandonar el bloque. Pero quizás estén dispuestos a aceptar algunas modificaciones menores, que el ex alcalde de Londres podría tratar de presentar como cambios mayores, apelando a sus cualidades como vendedor.
"Si tratara de conseguir un Brexit más suave —dijo Dorey—, tal vez manteniendo al Reino Unido en el mercado único europeo o en la unión aduanera, sería denunciado como un traidor por los brexiters, que han pasado meses impulsándolo como reemplazante de May porque creen que es el único conservador de alto rango que puede conseguir un Brexit duro".
Si bien no se puede descartar, las probabilidades de que se materialice este escenario son mínimas. El Partido Conservador tiene una mayoría muy exigua, sostenida en el apoyo del Partido Unionista de Irlanda del Norte (DUP), que quiere una ruptura tajante con Europa. Eso significa que no puede darse el lujo de perder prácticamente ningún voto en la Cámara de los Comunes.
Por eso, aunque logre convencer a más legisladores que su antecesora, es difícil imaginar que un acuerdo levemente modificado logre imponerse en una votación. Para tener perspectivas verosímiles, las modificaciones aceptadas por la UE deberían ser importantes, y todo indica que eso no ocurrirá.
El tratado acordado entre May y el equipo de la UE tomó casi tres años y abarca una gran cantidad de detalles. No hay ninguna posibilidad de que el Reino Unido tenga tiempo de renegociarlo antes del 31 de octubre
"El tratado acordado entre May y el equipo de la UE tomó casi tres años y abarca una gran cantidad de detalles. No hay ninguna posibilidad de que el Reino Unido tenga tiempo de renegociar la mayoría de las áreas antes del 31 de octubre. Este es un problema potencialmente grave para Johnson", sostuvo Jonathan Kirkup, profesor de política de la Universidad de Cardiff, en diálogo con Infobae.
Lo que objetan los tories radicalizados es lo más importante para la UE, el llamado backstop (barrera de contención) en Irlanda del Norte. Es una cláusula incluida en el acuerdo para evitar que se instaure una frontera estricta en la isla. Estipula la creación automática de una unión aduanera entre Belfast, Dublín y el resto de Europa en caso de que el Reino Unido y la UE no lleguen a un entendimiento sobre el futuro del vínculo al cabo de un período de transición de dos años.
"No creo que Johnson consiga nada sustancialmente diferente de lo que May logró. La razón es el backstop en Irlanda. Es el mismo punto de fricción que May no pudo superar. Como reaseguro en caso de una situación de no acuerdo es crucial, porque la frontera fue un factor clave que condujo al conflicto en Irlanda del Norte entre 1969 y 1998, hasta que se suavizó y se eliminaron los puestos de control militares y comerciales. Todo esto fue posible en el marco de la UE, porque permitió la libre circulación de mercancías y personas", dijo a Infobae Thomas Leahy, profesor de política británica e irlandesa de la Universidad de Cardiff.
2. Renegociación fallida y elecciones anticipadas
"Sospecho que Johnson hará relativamente poco para modificar el acuerdo, y presentará el problema como una consecuencia de la 'intransigencia europea' —dijo Kirkup—. Entonces, puede sentirse 'obligado' a convocar una elección, tal vez solicitando a la UE una prórroga para celebrarla a principios de 2020, lo cual sería aceptado por Bruselas. Johnson haría campaña para conseguir dos mandatos de los votantes: negociar un 'verdadero Brexit', sea lo que sea que eso signifique, y evitar que Jeremy Corbyn, líder laborista, se convierta en primer ministro. Los comicios serían un referéndum sobre Boris y sobre el Brexit. Sería una jugada política muy arriesgada, pero no veo otra alternativa".
Un indicio de que tal vez Johnson no esté del todo comprometido con la renegociación del pacto de salida es que, al menos hasta el sábado, seguía sin llamar a su par irlandés, Leo Varadkar. Si verdaderamente estuviera decidido a cambiar el acuerdo, o al menos a intentarlo, es al primero que tendría que convencer, ya que es su resistencia a abandonar el backstop lo que fuerza a los líderes de la UE a mantenerse firmes.
Pero los distintos escenarios no se excluyen mutuamente porque una elección anticipada podría ser un paso previo necesario tanto para aprobar un Brexit suave como para avanzar con uno rupturista. El Parlamento se opone actualmente a ambas alternativas, así que, antes de jugarse definitivamente por alguno de esos caminos, sería razonable que vaya a las urnas para conseguir una mayoría más robusta, que le permita concretar sus planes.
"El escenario más probable si Johnson no consigue un mejor trato para el 31 de octubre es que sea empujado a unas elecciones generales. En ese caso, podría incluir en el manifiesto del Partido Conservador el compromiso de un no deal (no acuerdo), lo que le daría el mandato para llevarlo a cabo si gana. Sin embargo, si pasa el 31 de octubre sin intentar una ruptura y sin organizar los comicios, probablemente esté acabado y el Partido Conservador pierda aún más apoyo en manos del Partido del Brexit", explicó David Jeffery, profesor de política británica en la Universidad de Liverpool, consultado por Infobae.
El escenario más probable si Johnson no consigue un mejor trato para el 31 de octubre es que sea empujado a unas elecciones generales
La estrategia sería indudablemente peligrosa. May convocó a elecciones anticipadas en 2017, poco antes de asumir, con la expectativa de engrosar su mayoría y negociar el Brexit desde una posición de fortaleza. Pero le salió al revés: los conservadores perdieron bancas y se vio obligada a armar una coalición con el DUP para continuar en el poder, lo que redujo su margen de maniobra.
"Parece probable que Johnson tenga que ir a las urnas si no arriba a un acuerdo, porque su ala interna en el Partido Conservador no tiene casi mayoría en la Cámara de los Comunes —dijo Leahy—. La pregunta es qué harían los conservadores proeuropeos. Si Johnson hace campaña con una plataforma para un no deal podrían perder su banca los candidatos que estén a favor de la permanencia en Europa. Es muy posible que haya alguna forma de gobierno de coalición, aunque es difícil anticipar si será entre tories pro Brexit y miembros del Partido del Brexit, o si será una alianza proeuropea entre el Partido Laborista, los Liberales Demócratas, el Partido Nacionalista Escocés, los verdes y los nacionalistas galeses".
3. Hacia el temido no deal Brexit
"Si le creemos a Johnson, lo más probable es que el Reino Unido se vaya de la UE sin un acuerdo —dijo Kirkup—. Esta es también la posición legal por defecto (si no hay un pacto o una prórroga antes del 31 de octubre). La cuestión es política. Hay una clara mayoría parlamentaria en contra de un no deal, pero impedirlo implicaría la sanción de una norma para revocar el artículo 50 (lo que implicaría dar marcha atrás con el Brexit) o que el Reino Unido pida una nueva prórroga. Me pregunto cuántas veces más el Consejo Europeo lo aceptará sin una razón sustancial, como serían elecciones o un nuevo referéndum".
El camino a un Brexit sin acuerdo quedaría marcado si fracasan los intentos de renegociación con Bruselas y Johnson descubre que las encuestas no son lo favorables que él pretendería. En ese caso, apostar a una salida radical podría ser el único camino para conservar al menos el respaldo de su base electoral.
"Creo que Johnson habla en serio en cuanto a que el Reino Unido podría irse sin un trato. A nivel electoral, su ala interna en el Partido Conservador aprendió de las elecciones europeas de mayo que el Partido del Brexit de Nigel Farage le está respirando en el cuello a sus candidatos. Johnson parece haber llegado a la conclusión de que si no se van de la UE de alguna forma, los tories podrían volverse redundantes y ser desplazados", afirmó Leahy. "Sin embargo, la composición actual del Parlamento indica que no se aprobaría un no acuerdo".
La crisis en la que está sumergido el Reino Unido desde 2016 es en buena medida la crisis del Partido Conservador. La consulta popular generó una profunda grieta, porque si bien parte importante de sus votantes se inclinan por la salida de la UE, muchos de sus dirigentes se oponen terminantemente. Es la razón principal por la que no prosperaron los intentos de May, y puede ser la causa de que Johnson tampoco consiga un divorcio total el 31 de octubre, incluso a pesar de tener la decisión política de ir en esa dirección.
"Al igual que sus predecesores, haga lo que haga con el Brexit, Johnson se enfrentará a la amarga oposición de su propio partido —dijo Dorey—. Muchos de sus diputados no votaron por él y hay varios ministros que renunciaron en las 24 horas siguientes a su elección como primer ministro, porque se niegan a servir bajo su mando. Si persigue un Brexit duro, muchos tories votarán en contra, y con una mayoría de sólo tres legisladores, perderá igual que May. Si intenta suspender al Parlamento para forzar el Brexit, provocaría una crisis constitucional e invitaría a que lo critiquen por actuar como un dictador".
Si Johnson se dirige hacia un Brexit sin acuerdo y hay efectos económicos nefastos, aunque sea sólo a corto plazo, hay una posibilidad real de que Escocia vote por la independencia
En las semanas previas a su triunfo en la interna conservadora, creció el rumor de que Johnson podría cerrar temporalmente el Parlamento para que no pueda frustrar sus planes de un no deal en caso de que se decida finalmente por esa opción. La Cámara de los Comunes votó diez días atrás una resolución que parece destinada a evitar esa maniobra. La enmienda, sancionada por 315 votos a favor y 274 en contra, estableció que el cuerpo debe permanecer sesionando en octubre para discutir legislación concerniente a Irlanda del Norte.
Pero es terreno incierto y no hay garantía de que eso sea suficiente para bloquear una eventual suspensión. En cualquier caso, no se puede descartar que haya un Brexit abrupto, sin ninguna red de contención, el 31 de octubre. Si se concretara, las consecuencias serían poco felices.
"Si Johnson se dirige hacia un Brexit sin acuerdo y hay efectos económicos nefastos, aunque sea sólo a corto plazo, como predice la mayoría de los economistas, hay una posibilidad real de que Escocia, que votó abrumadoramente para permanecer en la UE, vote por la independencia. El camino que Inglaterra está tomando estaría tan lejos de la opinión pública escocesa que esta vez podría convertirse en la opción mayoritaria. Lo mismo podría ocurrir en Irlanda del Norte y en Gales. Hasta podríamos ver al Reino Unido partido de hecho, porque es difícil imaginar cómo Gales, Irlanda del Norte e Inglaterra podrían funcionar adecuadamente sin Escocia", concluyó Leahy.
Darío Mizrahi
dmizrahi@infobae.com
Boris Johnson sabe que está obligado a actuar rápido y que no tiene margen de error. Faltan sólo 95 días para la fecha límite que le dio la Unión Europea (UE) al Reino Unido para decidir si quiere salir del bloque de forma ordenada y progresiva, aceptando el proyecto firmado en 2018 por Theresa May, o de manera caótica y abrupta, sin ningún acuerdo.
La encrucijada es muy delicada. Johnson, uno de los máximos referentes del Brexit dentro del Partido Conservador desde el referéndum de 2016, renunció a su cargo como secretario de Relaciones Exteriores cuando May anunció el pacto que había alcanzado con Bruselas. No fue el único. De hecho, la ex primera ministra tuvo que dimitir luego de que el plan fuera rechazado tres veces por el Parlamento, algo sin precedentes.
Johnson fue categórico este jueves en su primer discurso como primer ministro ante la Cámara de los Comunes. "Debemos cumplir las reiteradas promesas del Parlamento a los ciudadanos saliendo de la UE, y haciéndolo el 31 de octubre. Yo y todos los ministros de este gobierno nos comprometemos a salir en esa fecha, cualesquiera que sean las circunstancias (…) Preferiría que fuera con un acuerdo. Lo preferiría mucho más. Creo que todavía es posible, incluso en esta fase tan avanzada, y trabajaré a fondo para que así sea (…) Espero que la UE esté igualmente preparada y que reconsidere su actual negativa a introducir cambios. Si no lo hace, por supuesto tendremos que abandonar la UE sin un acuerdo, en virtud del artículo 50″.
Todos los caminos están repletos de obstáculos. La idea de renegociar lo pactado por May choca con la resistencia de Bruselas, especialmente preocupada por el futuro de la frontera entre la República de Irlanda —que es un país independiente y permanecerá en la UE— e Irlanda del Norte —que forma parte del Reino Unido—. Pero la posibilidad de una ruptura no negociada fue rechazada en varias oportunidades por el Parlamento, que parece dispuesto a hacer lo posible para evitarla.
"Lo que todavía no saben muchos periodistas y políticos británicos, y la propia UE, es cuáles son las verdaderas opiniones de Boris Johnson. Está la versión pública, que hace grandes promesas y comentarios provocativos, que lo muestran como un 'duro' y como un populista, una versión británica de Donald Trump. Pero también hay una segunda versión, la de alguien pragmático, que da marcha atrás cuando se enfrenta a la complejidad o a la impopularidad. Incluso sus colegas y aliados más cercanos admiten que no es un 'hombre de detalles', así que es poco probable que persevere en un curso de acción difícil", dijo a Infobae Pete Dorey, profesor de política británica y autor del libro Comrades in Conflict: Labour, the Trade Unions and 1969's In Place of Strife (Camaradas en conflicto: El Laborismo, los sindicatos y el lugar de la lucha de 1969), que acaba de ser publicado.
¿Qué camino seguirá Johnson y qué le permitirán hacer sus dos interlocutores principales, la UE y el Parlamento? Todo parece reducido a estos tres escenarios. Uno de ellos se impondrá en los próximos tres meses. Aunque el futuro es tan incierto que ni siquiera se puede descartar que terminen combinándose.
1. Renegociación exitosa y Brexit con acuerdo
Johnson emprenderá en las próximas semanas una gira por Europa. Se reunirá con Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, y quizás también con quien será su sucesora a partir del 1 de noviembre, Ursula von der Leyen. Se espera que también mantenga encuentros con la canciller alemana Angela Merkel y con el presidente francés Emmanuel Macron.
El objetivo declarado es tratar de renegociar el acuerdo de May. "Ningún país que valore su independencia y su autoestima podría aceptar un tratado que renuncie a su independencia económica y autogobierno", afirmó Johnson el jueves.
Más allá de esa retórica firme, nadie espera que vaya a obtener grandes concesiones. Los líderes europeos quieren que Londres pague un precio elevado por ser el primer país en abandonar el bloque. Pero quizás estén dispuestos a aceptar algunas modificaciones menores, que el ex alcalde de Londres podría tratar de presentar como cambios mayores, apelando a sus cualidades como vendedor.
"Si tratara de conseguir un Brexit más suave —dijo Dorey—, tal vez manteniendo al Reino Unido en el mercado único europeo o en la unión aduanera, sería denunciado como un traidor por los brexiters, que han pasado meses impulsándolo como reemplazante de May porque creen que es el único conservador de alto rango que puede conseguir un Brexit duro".
Si bien no se puede descartar, las probabilidades de que se materialice este escenario son mínimas. El Partido Conservador tiene una mayoría muy exigua, sostenida en el apoyo del Partido Unionista de Irlanda del Norte (DUP), que quiere una ruptura tajante con Europa. Eso significa que no puede darse el lujo de perder prácticamente ningún voto en la Cámara de los Comunes.
Por eso, aunque logre convencer a más legisladores que su antecesora, es difícil imaginar que un acuerdo levemente modificado logre imponerse en una votación. Para tener perspectivas verosímiles, las modificaciones aceptadas por la UE deberían ser importantes, y todo indica que eso no ocurrirá.
El tratado acordado entre May y el equipo de la UE tomó casi tres años y abarca una gran cantidad de detalles. No hay ninguna posibilidad de que el Reino Unido tenga tiempo de renegociarlo antes del 31 de octubre
"El tratado acordado entre May y el equipo de la UE tomó casi tres años y abarca una gran cantidad de detalles. No hay ninguna posibilidad de que el Reino Unido tenga tiempo de renegociar la mayoría de las áreas antes del 31 de octubre. Este es un problema potencialmente grave para Johnson", sostuvo Jonathan Kirkup, profesor de política de la Universidad de Cardiff, en diálogo con Infobae.
Lo que objetan los tories radicalizados es lo más importante para la UE, el llamado backstop (barrera de contención) en Irlanda del Norte. Es una cláusula incluida en el acuerdo para evitar que se instaure una frontera estricta en la isla. Estipula la creación automática de una unión aduanera entre Belfast, Dublín y el resto de Europa en caso de que el Reino Unido y la UE no lleguen a un entendimiento sobre el futuro del vínculo al cabo de un período de transición de dos años.
"No creo que Johnson consiga nada sustancialmente diferente de lo que May logró. La razón es el backstop en Irlanda. Es el mismo punto de fricción que May no pudo superar. Como reaseguro en caso de una situación de no acuerdo es crucial, porque la frontera fue un factor clave que condujo al conflicto en Irlanda del Norte entre 1969 y 1998, hasta que se suavizó y se eliminaron los puestos de control militares y comerciales. Todo esto fue posible en el marco de la UE, porque permitió la libre circulación de mercancías y personas", dijo a Infobae Thomas Leahy, profesor de política británica e irlandesa de la Universidad de Cardiff.
2. Renegociación fallida y elecciones anticipadas
"Sospecho que Johnson hará relativamente poco para modificar el acuerdo, y presentará el problema como una consecuencia de la 'intransigencia europea' —dijo Kirkup—. Entonces, puede sentirse 'obligado' a convocar una elección, tal vez solicitando a la UE una prórroga para celebrarla a principios de 2020, lo cual sería aceptado por Bruselas. Johnson haría campaña para conseguir dos mandatos de los votantes: negociar un 'verdadero Brexit', sea lo que sea que eso signifique, y evitar que Jeremy Corbyn, líder laborista, se convierta en primer ministro. Los comicios serían un referéndum sobre Boris y sobre el Brexit. Sería una jugada política muy arriesgada, pero no veo otra alternativa".
Un indicio de que tal vez Johnson no esté del todo comprometido con la renegociación del pacto de salida es que, al menos hasta el sábado, seguía sin llamar a su par irlandés, Leo Varadkar. Si verdaderamente estuviera decidido a cambiar el acuerdo, o al menos a intentarlo, es al primero que tendría que convencer, ya que es su resistencia a abandonar el backstop lo que fuerza a los líderes de la UE a mantenerse firmes.
Pero los distintos escenarios no se excluyen mutuamente porque una elección anticipada podría ser un paso previo necesario tanto para aprobar un Brexit suave como para avanzar con uno rupturista. El Parlamento se opone actualmente a ambas alternativas, así que, antes de jugarse definitivamente por alguno de esos caminos, sería razonable que vaya a las urnas para conseguir una mayoría más robusta, que le permita concretar sus planes.
"El escenario más probable si Johnson no consigue un mejor trato para el 31 de octubre es que sea empujado a unas elecciones generales. En ese caso, podría incluir en el manifiesto del Partido Conservador el compromiso de un no deal (no acuerdo), lo que le daría el mandato para llevarlo a cabo si gana. Sin embargo, si pasa el 31 de octubre sin intentar una ruptura y sin organizar los comicios, probablemente esté acabado y el Partido Conservador pierda aún más apoyo en manos del Partido del Brexit", explicó David Jeffery, profesor de política británica en la Universidad de Liverpool, consultado por Infobae.
El escenario más probable si Johnson no consigue un mejor trato para el 31 de octubre es que sea empujado a unas elecciones generales
La estrategia sería indudablemente peligrosa. May convocó a elecciones anticipadas en 2017, poco antes de asumir, con la expectativa de engrosar su mayoría y negociar el Brexit desde una posición de fortaleza. Pero le salió al revés: los conservadores perdieron bancas y se vio obligada a armar una coalición con el DUP para continuar en el poder, lo que redujo su margen de maniobra.
"Parece probable que Johnson tenga que ir a las urnas si no arriba a un acuerdo, porque su ala interna en el Partido Conservador no tiene casi mayoría en la Cámara de los Comunes —dijo Leahy—. La pregunta es qué harían los conservadores proeuropeos. Si Johnson hace campaña con una plataforma para un no deal podrían perder su banca los candidatos que estén a favor de la permanencia en Europa. Es muy posible que haya alguna forma de gobierno de coalición, aunque es difícil anticipar si será entre tories pro Brexit y miembros del Partido del Brexit, o si será una alianza proeuropea entre el Partido Laborista, los Liberales Demócratas, el Partido Nacionalista Escocés, los verdes y los nacionalistas galeses".
3. Hacia el temido no deal Brexit
"Si le creemos a Johnson, lo más probable es que el Reino Unido se vaya de la UE sin un acuerdo —dijo Kirkup—. Esta es también la posición legal por defecto (si no hay un pacto o una prórroga antes del 31 de octubre). La cuestión es política. Hay una clara mayoría parlamentaria en contra de un no deal, pero impedirlo implicaría la sanción de una norma para revocar el artículo 50 (lo que implicaría dar marcha atrás con el Brexit) o que el Reino Unido pida una nueva prórroga. Me pregunto cuántas veces más el Consejo Europeo lo aceptará sin una razón sustancial, como serían elecciones o un nuevo referéndum".
El camino a un Brexit sin acuerdo quedaría marcado si fracasan los intentos de renegociación con Bruselas y Johnson descubre que las encuestas no son lo favorables que él pretendería. En ese caso, apostar a una salida radical podría ser el único camino para conservar al menos el respaldo de su base electoral.
"Creo que Johnson habla en serio en cuanto a que el Reino Unido podría irse sin un trato. A nivel electoral, su ala interna en el Partido Conservador aprendió de las elecciones europeas de mayo que el Partido del Brexit de Nigel Farage le está respirando en el cuello a sus candidatos. Johnson parece haber llegado a la conclusión de que si no se van de la UE de alguna forma, los tories podrían volverse redundantes y ser desplazados", afirmó Leahy. "Sin embargo, la composición actual del Parlamento indica que no se aprobaría un no acuerdo".
La crisis en la que está sumergido el Reino Unido desde 2016 es en buena medida la crisis del Partido Conservador. La consulta popular generó una profunda grieta, porque si bien parte importante de sus votantes se inclinan por la salida de la UE, muchos de sus dirigentes se oponen terminantemente. Es la razón principal por la que no prosperaron los intentos de May, y puede ser la causa de que Johnson tampoco consiga un divorcio total el 31 de octubre, incluso a pesar de tener la decisión política de ir en esa dirección.
"Al igual que sus predecesores, haga lo que haga con el Brexit, Johnson se enfrentará a la amarga oposición de su propio partido —dijo Dorey—. Muchos de sus diputados no votaron por él y hay varios ministros que renunciaron en las 24 horas siguientes a su elección como primer ministro, porque se niegan a servir bajo su mando. Si persigue un Brexit duro, muchos tories votarán en contra, y con una mayoría de sólo tres legisladores, perderá igual que May. Si intenta suspender al Parlamento para forzar el Brexit, provocaría una crisis constitucional e invitaría a que lo critiquen por actuar como un dictador".
Si Johnson se dirige hacia un Brexit sin acuerdo y hay efectos económicos nefastos, aunque sea sólo a corto plazo, hay una posibilidad real de que Escocia vote por la independencia
En las semanas previas a su triunfo en la interna conservadora, creció el rumor de que Johnson podría cerrar temporalmente el Parlamento para que no pueda frustrar sus planes de un no deal en caso de que se decida finalmente por esa opción. La Cámara de los Comunes votó diez días atrás una resolución que parece destinada a evitar esa maniobra. La enmienda, sancionada por 315 votos a favor y 274 en contra, estableció que el cuerpo debe permanecer sesionando en octubre para discutir legislación concerniente a Irlanda del Norte.
Pero es terreno incierto y no hay garantía de que eso sea suficiente para bloquear una eventual suspensión. En cualquier caso, no se puede descartar que haya un Brexit abrupto, sin ninguna red de contención, el 31 de octubre. Si se concretara, las consecuencias serían poco felices.
"Si Johnson se dirige hacia un Brexit sin acuerdo y hay efectos económicos nefastos, aunque sea sólo a corto plazo, como predice la mayoría de los economistas, hay una posibilidad real de que Escocia, que votó abrumadoramente para permanecer en la UE, vote por la independencia. El camino que Inglaterra está tomando estaría tan lejos de la opinión pública escocesa que esta vez podría convertirse en la opción mayoritaria. Lo mismo podría ocurrir en Irlanda del Norte y en Gales. Hasta podríamos ver al Reino Unido partido de hecho, porque es difícil imaginar cómo Gales, Irlanda del Norte e Inglaterra podrían funcionar adecuadamente sin Escocia", concluyó Leahy.