La policía de Hong Kong recuperó el control del edificio de la Legislatura

Tras amenazar con utilizar la "fuerza apropiada", los oficiales se acercaron al edificio lanzando gases lacrimógenos contra los manifestantes, que buscaban pasar la noche en el lugar. En las últimas semanas creció la tensión contra el proyecto de ley del gobierno que autoriza las extradiciones a China continental

Infobae
La policía de Hong Kong recuperó el martes temprano el control del Parlamento tras la irrupción de los manifestantes antigubernamentales que habían asaltado el edificio horas antes, confirmó un reportero de la agencia AFP dentro del complejo.


Los manifestantes habían huido del edificio cuando las fuerzas de seguridad llegaron al extenso complejo del gobierno después de disparar balas de gas lacrimógeno y de manifestantes en las calles.

Al final, los oficiales pudieron entrar a la cámara principal saqueada sin encontrar ninguna resistencia. Solo quedaron alrededor de dos docenas de reporteros.

Manifestantes opuestos al gobierno lograron entrar este lunes en el edificio del Parlamento local rompiendo cristales, mientras la policía lanzaba gases lacrimógenos, en el marco de una manifestación prevista por el 22º aniversario del traspaso a China de la soberanía sobre la ex colonia británica.

Decenas de manifestantes enmascarados irrumpieron en los recintos tras abrirse paso en el edificio rompiendo ventanas de vidrio, cantando consignas y pintando de negro el escudo de la ciudad. Además, tomaron los mástiles del lugar para izar las banderas de las protestas y de la antigua colonia británica.

"En poco tiempo la policía entrará en el complejo del Consejo Legislativo para despejarlo. Si encuentra obstrucción o resistencia, la policía utilizará la fuerza apropiada", había advertido un vocero de la policía.

Sin embargo, una amplia mayoría apuesta por quedarse "por lo menos esta noche" o hasta que la policía intervenga. En preparación de una posible intervención policial, están construyendo con vallas metálicas barricadas en las puertas de acceso.

Por su parte, el Reino Unido manifestó su apoyo "indefectible" a las libertades de Hong Kong, aunque invocó a evitar la violencia a todas las partes.

Sobre el inicio de la jornada, la policía respondió con gases lacrimógenos y un despliegue de antidisturbios dentro del edificio, que ha estado en el foco de las manifestaciones en las últimas semanas, en reacción a un proyecto de ley del gobierno para autorizar las extradiciones a China continental.
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Las manifestaciones reflejan el temor de los habitantes de Hong Kong ante la creciente influencia del régimen de China con la ayuda de líderes del mundo de las finanzas en la ciudad.

En la madrugada del lunes, grupos de jóvenes encapuchados ocuparon y bloquearon las tres principales arterias de Hong Kong con barreras metálicas. En las calles adyacentes, Sam Mu, un artista, enarbolaba banderas negras. "Es el símbolo de la caída de nuestra ciudad", afirmó. "Las libertades de nuestra ciudad menguan. Nos dirigimos hacia el autoritarismo".

Los policías, equipados con cascos y escudos, hicieron frente a los manifestantes, con porras y gases lacrimógenos, mientras que grupos de manifestantes replicaban lanzándoles huevos.

Centenares de personas se congregaron ante las puertas del Parlamento hongkonés y, en un momento dado, un grupo de ellos rompió las barreras de acero que las protegían y las usaron como ariete para destruir los cristales y tratar de acceder al interior.

Inmediatamente después de derribar la valla de acero y comenzar a intentar abrir las puertas del edificio, otros manifestantes cubrieron a éstos con decenas de paraguas para impedir que las cámaras grabasen sus caras y pudieran ser así identificados posteriormente.

Erosión de las libertades

El movimiento, que nació del rechazo al proyecto de ley sobre extradiciones, fue ganando fuerza hasta denunciar también la acción del gobierno local, en el que muchos hongkoneses dejaron de confiar al percibir que ha permitido, o incluso favorecido, que Beijing erosione sus libertades.

Aunque Hong Kong fue transferida de Reino Unido a China en 1997, el territorio aún es administrado bajo un acuerdo conocido como "un país, dos sistemas".

Así, los habitantes del territorio disfrutan de derechos raramente vistos en la China continental, pero muchos sienten que lentamente el gigante asiático va superando el acuerdo.

Por cada aniversario de la retrocesión, los activistas locales organizan enormes manifestaciones para reclamar sus exigencias democráticas, incluyendo la posibilidad de elegir a un Ejecutivo local por sufragio universal.

En años recientes fueron capaces de movilizar enormes multitudes -incluyendo una ocupación de dos meses en 2014- pero, sin embargo, no lograron concesiones de importancia por parte de Beijing.

Las protestas de este año, no obstante, tienen lugar después de tres semanas de manifestaciones contra el polémico proyecto de ley, que permitiría la extradición de detenidos en Hong Kong para que sean procesados por la justicia de China continental.

Los manifestantes también exigen la dimisión de la jefa del gobierno local, Carrie Lam, así como que las personas detenidas en las protestas de las últimas semanas dejen de ser procesadas.


Debido a la magnitud de la insatisfacción popular, Carrie Lam decidió suspender temporalmente el tratamiento del controvertido texto, pero el reclamo exige que se retire por completo.

Desobediencia civil
Los activistas, jóvenes estudiantes en su mayoría, prometieron continuar con su campaña de desobediencia civil.

"Pase lo que pase, no perderemos el ánimo", declaró Jason Chan, un contable de 22 años. "La resistencia no es una cuestión de un día, es a largo plazo".

La manifestación de este lunes seguirá el mismo recorrido que en años precedentes, hasta el Parlamento local.

En paralelo, manifestantes pro-Beijing también se congregarán en el mismo punto de salida, por lo que se teme que se produzcan altercados.

El domingo, decenas de miles de simpatizantes del gobierno se manifestaron para apoyar a la policía, en una muestra de la brecha creciente que divide a la sociedad hongkonesa.

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