Jornada negra en los mercados bursátiles por el riesgo de un Brexit duro y la guerra comercial entre EEUU y China
Las fuertes caídas, tanto en Europa como en EEUU, se dan en la víspera de la decisión de la Reserva Federal sobre los recortes en la tasa de interés
Infobae
Los temores de un Brexit 'duro' y las tensiones causadas por la guerra comercial que libran Estados Unidos y China pasaron factura a los mercados europeos y estadounidenses, en un contexto de incertidumbre por un eventual recorte de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed).
La libra se hundió el martes a su nivel más bajo en 28 meses en medio de la inquietud creciente sobre un Brexit caótico y sin acuerdo antes del 31 de octubre, provocadas por la retórica del flamante premier, Boris Johnson.
La divisa británica rompió sus márgenes de cotización y cayó a un mínimo de 1,22 dólares, su cota más reducida desde marzo de 2017. La libra ha perdido 3,6 centavos desde el nombramiento de Johnson como primer ministro hace una semana.
La caída de la libra se hizo sentir en los mercados europeos, que cerraron en rojo este martes. El Ibex 35 español, por caso, registró la mayor caída en su peor jornada del año, aunque también retrocedieron con fuerza las plazas de Franckfurt, París y, curiosamente en menor medida, Londres, reportó el diario El País.
Mientras tanto, las acciones estadounidenses cayeron en medio de una mezcla de ganancias corporativas y la creciente especulación de que un acuerdo comercial con China sigue siendo difícil de alcanzar.
El índice S&P 500 disminuyó por segundo día después de que el presidente Donald Trump criticara a China, justo cuando sus negociadores inician conversaciones en Shanghai. Sin embargo, Trump alimentó la esperanza al final de la sesión, cuando dijo que había hablado recientemente con su homólogo chino.
Trump redirigió la angustia de los inversionistas hacia los aranceles a China, al arremeter contra el país por continuar "estafando" a EEUU. La disputa comercial es una de las principales razones por las que la economía se ha tambaleado lo suficiente para que la Fed considera un recorte de tasas.
"El comercio es el gran signo de interrogación", dijo Doug Peta, estratega jefe de inversiones de Estados Unidos en BCA, en una entrevista en la sede de Bloomberg en Nueva York. "Si las tensiones empeoraran, si el comercio se desacelerara aun más, pensaría que esa fuerte desaceleración de la fabricación podría convertirse fácilmente en una recesión manufacturera, y si se extendiera a la parte de servicios de la economía global, podría inducir fácilmente una recesión global".
Según los analistas, la Fed anunciará el miércoles una disminución de un cuarto de punto de las tasas de interés para impulsar la inflación. Actualmente, las tasas se sitúan entre 2,25% y 2,50%. Desde fines de 2015 aumentaron nueve veces, luego de haber estado ubicadas durante ocho años en niveles cercanos a cero para respaldar el crecimiento económico tras la crisis financiera. Si se decidiera una reducción, sería la primera en 11 años.
Sin embargo, también hay escépticos que dudan que un ajuste a las tasas impulse una economía cuyo nivel de endeudamiento ya es bajo. Algunos incluso temen que el banco central esté asumiendo un riesgo innecesario: al recortar las tasas ahora, la Reserva Federal está dejando algunas municiones que necesitaría en caso de que la economía caiga en recesión.
Algunos también sugieren que al impulsar tasas cada vez más bajas, la Reserva Federal podría estar ayudando a alimentar burbujas peligrosas en acciones u otros activos de riesgo.
Sin embargo, las presiones llegan desde la Casa Blanca, con Donald Trump insistiendo este martes en su llamado a realizar un importante recorte en las tasas, manifestando su decepción del banco central y opinando que las autoridades de la Fed lo habían puesto en una "posición de desventaja" por no actuar a tiempo.
El presidente, que ya está en campaña para conseguir su segundo mandato al frente del país, sabe que la economía tendrá un papel fundamental para su posible reelección y se queja a menudo de la gestión de la Fed.
El inquilino de la Casa Blanca ha intentado varias veces el nombramiento de funcionarios afines en puestos claves del banco central, pero el perfil de esos candidatos no convenció a sus aliados republicanos en el Senado y sus intentos fracasaron.
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Los temores de un Brexit 'duro' y las tensiones causadas por la guerra comercial que libran Estados Unidos y China pasaron factura a los mercados europeos y estadounidenses, en un contexto de incertidumbre por un eventual recorte de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed).
La libra se hundió el martes a su nivel más bajo en 28 meses en medio de la inquietud creciente sobre un Brexit caótico y sin acuerdo antes del 31 de octubre, provocadas por la retórica del flamante premier, Boris Johnson.
La divisa británica rompió sus márgenes de cotización y cayó a un mínimo de 1,22 dólares, su cota más reducida desde marzo de 2017. La libra ha perdido 3,6 centavos desde el nombramiento de Johnson como primer ministro hace una semana.
La caída de la libra se hizo sentir en los mercados europeos, que cerraron en rojo este martes. El Ibex 35 español, por caso, registró la mayor caída en su peor jornada del año, aunque también retrocedieron con fuerza las plazas de Franckfurt, París y, curiosamente en menor medida, Londres, reportó el diario El País.
Mientras tanto, las acciones estadounidenses cayeron en medio de una mezcla de ganancias corporativas y la creciente especulación de que un acuerdo comercial con China sigue siendo difícil de alcanzar.
El índice S&P 500 disminuyó por segundo día después de que el presidente Donald Trump criticara a China, justo cuando sus negociadores inician conversaciones en Shanghai. Sin embargo, Trump alimentó la esperanza al final de la sesión, cuando dijo que había hablado recientemente con su homólogo chino.
Trump redirigió la angustia de los inversionistas hacia los aranceles a China, al arremeter contra el país por continuar "estafando" a EEUU. La disputa comercial es una de las principales razones por las que la economía se ha tambaleado lo suficiente para que la Fed considera un recorte de tasas.
"El comercio es el gran signo de interrogación", dijo Doug Peta, estratega jefe de inversiones de Estados Unidos en BCA, en una entrevista en la sede de Bloomberg en Nueva York. "Si las tensiones empeoraran, si el comercio se desacelerara aun más, pensaría que esa fuerte desaceleración de la fabricación podría convertirse fácilmente en una recesión manufacturera, y si se extendiera a la parte de servicios de la economía global, podría inducir fácilmente una recesión global".
Según los analistas, la Fed anunciará el miércoles una disminución de un cuarto de punto de las tasas de interés para impulsar la inflación. Actualmente, las tasas se sitúan entre 2,25% y 2,50%. Desde fines de 2015 aumentaron nueve veces, luego de haber estado ubicadas durante ocho años en niveles cercanos a cero para respaldar el crecimiento económico tras la crisis financiera. Si se decidiera una reducción, sería la primera en 11 años.
Sin embargo, también hay escépticos que dudan que un ajuste a las tasas impulse una economía cuyo nivel de endeudamiento ya es bajo. Algunos incluso temen que el banco central esté asumiendo un riesgo innecesario: al recortar las tasas ahora, la Reserva Federal está dejando algunas municiones que necesitaría en caso de que la economía caiga en recesión.
Algunos también sugieren que al impulsar tasas cada vez más bajas, la Reserva Federal podría estar ayudando a alimentar burbujas peligrosas en acciones u otros activos de riesgo.
Sin embargo, las presiones llegan desde la Casa Blanca, con Donald Trump insistiendo este martes en su llamado a realizar un importante recorte en las tasas, manifestando su decepción del banco central y opinando que las autoridades de la Fed lo habían puesto en una "posición de desventaja" por no actuar a tiempo.
El presidente, que ya está en campaña para conseguir su segundo mandato al frente del país, sabe que la economía tendrá un papel fundamental para su posible reelección y se queja a menudo de la gestión de la Fed.
El inquilino de la Casa Blanca ha intentado varias veces el nombramiento de funcionarios afines en puestos claves del banco central, pero el perfil de esos candidatos no convenció a sus aliados republicanos en el Senado y sus intentos fracasaron.