El estremecedor relato de uno de los soldados israelíes que ayudó en las tareas de rescate tras el atentado contra la AMIA en Buenos Aires

En diálogo con Infobae, Amir Golan recordó los ocho días de incansable trabajo en la capital argentina

Lucas Goyret
lgoyret@infobae.com
"Cuando llegamos al lugar nos encontramos un caos total (…) Es algo que no esperas encontrar. 83 personas que están desaparecidas". Todavía recuerda con nostalgia y dolor aquel día, 25 años después de una misión que le cambió la vida. Amir Golan fue uno de los rescatistas que Israel envió en julio de 1994 a Buenos Aires tras el atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).


Ese 18 de julio, dos coche bomba explotaron, asesinando a 85 personas e hiriendo a otras 300. "Por la tarde, hora de Israel, me llamaron de mi tropa, conduje a casa, me cambié el uniforme, besé a mi esposa y a mis hijos, y los dejé sin aviso sobre cuándo regresaríamos", relató el integrante de la Unidad de Rescate de la Fuerza de Defensa de Israel (FDI) a Infobae.

Golan estaba encarando su primera gran misión. Casi no tuvo tiempo de asimilarlo. Se despidió de su familia y se dirigió a la base de la unidad de las FDI. Allí organizó a su delegación, equipos y vehículos.

En pocas horas emprendieron el largo viaje de casi 19 horas hacia Buenos Aires. Arribaron a la capital argentina al día siguiente -19 de julio-, por la noche. La primera gran sorpresa que se encontró, según su relato, fue el recibimiento de la gente: "Conducimos por las calles alrededor del edificio de la AMIA. Al llegar, la gente estaba allí. Nos sorprendió la cantidad de personas que esperaban nuestra llegada, y nos gritaban y aplaudían. No entendíamos por qué hacían eso".

Luego, el caos. "Escombros, desaparecidos, heridos, gente en pánico. Teníamos que organizar el lugar, el trabajo… Fue algo muy duro".

Durante ocho días Golan y su equipo trabajaron incansablemente 16 horas al día. "Nos tomábamos ocho horas para descansar, y 16 trabajábamos. Día y noche, día y noche, durante ocho días. Terminamos muy cansados".

"No teníamos tiempo para los sentimientos", reveló el rescatista israelí. "Pero cuando estábamos fuera de turno era tiempo para eso. Los rescatistas y mi equipo eran bastante jóvenes, no tenían experiencia en eso, al igual que yo. Pero yo estaba en servicio, apoyando mental y físicamente, así que intenté hacer una sesión de desahogo, en la que todos pudieran hablar de sus sensaciones. Eso nos ayudó para seguir lo mejor posible".

Pese a la carga emocional, sostuvo que "era un trabajo que había que hacer": "Sabíamos que si no éramos nosotros, nadie llevaría a todos los muertos a sus familias para ser despedidos según la religión judía".

Recordó, además, la valiosa colaboración que recibieron de parte de "un grupo de jóvenes de la comunidad judía". Era un grupo de civiles, sin ningún tipo de formación militar, que lo único que quería era ayudar. "Estaban muy bien organizados y nos apoyaron. Eran muy trabajadores y parecían preparados. No para remover cadáveres y otras cosas que hemos tenido que ver, pero estaban muy motivados".

Golan detalló que esos jóvenes colaboraron principalmente "en las operaciones de excavación y remoción de escombros".

Después de ocho días, la delegación israelí encontró a todos los desaparecidos. Lamentablemente, ninguno con vida. Además de haber sido su primera gran misión, no fue una más.

Cinco años después participó de los operativos de rescate en Turquía, tras el devastador terremoto de Izmit, que dejó cerca de 17.000 muertos y un millón de damnificados. "Cuando llegamos sabíamos qué teníamos que hacer y cómo. Aunque fue diferente a la primera por haberse tratar de un ataque contra la comunidad judía".

"Es diferente porque sabíamos que los desaparecidos podían ser nuestros hermanos, familiares… En ese momento representas algo que no es lo mismo que en otros países", aseguró.
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Como cada año, las FDI además de conmemorar a las víctimas del atentado perpetrado por terroristas de Hezbollah, también reconocen a los hombres que viajaron a la capital argentina para ayudar en las tareas de rescate.

En un video que el Ejército compartió con desgarradoras imágenes de aquel 19 de julio, también cuentan su experiencia otros dos rescatistas: Nissim Nassi y Nati Guefen.

"Es una herida abierta para Argentina y uno ve que, para la comunidad judía, es muy difícil", reconoció Guefen.

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