Desgarrador testimonio de la madre del joven venezolano que quedó ciego por la represión de Maduro: "Le arruinaron la vida, se quiere morir"
"Mi hijo perdió los ojos solo por ayudarme a pedir el gas que necesitamos", aseguró Adriana, su madre. El médico que asistió a Rufo Chacón reveló que el adolescente "recibió 52 disparos de perdigones en el rostro"
Infobae
Adriana Parada, madre de Rufo Antonio Chacón Parada, el joven venezolano de 16 años que perdió sus ojos tras recibir disparos de perdigones por la policía en una protesta contra la dictadura de Nicolás Maduro, pidió "justicia" por su hijo, en un caso condenado por la oposición e investigado por la justicia.
"Quiero justicia, justicia, justicia", repetía este martes Adriana, a las afueras del hospital de San Cristóbal, la capital de Táchira, donde su hijo es atendido, de acuerdo a lo informado por la agencia AFP.
Según Parada, de 36 años, el joven participaba en una manifestación el lunes en la localidad de Táriba -a 10 minutos de San Cristóbal- cuando fue impactado en el rostro con perdigones de goma que dispararon efectivos policiales.
"Mi hijo perdió los ojos solo por ayudarme a pedir el gas que necesitamos", lamentó entre sollozos.
El médico Luis Ramírez, a la cabeza del equipo de especialistas que asistió a Rufo, confirmó que "el niño recibió 52 disparos perdigones en el rostro, lo que hizo que posteriormente perdiera completamente su visión".
Los funcionarios dispararon "a quemarropa" a menos de un metro de los manifestantes, dijo el diputado del consejo legislativo regional, Juan Carlos Palencia.
"No nos acostumbraremos, no dejaremos de llamarlos asesinos", aseguró el presidente interino Juan Guaidó -reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países-, al tildar lo ocurrido como un "sádico acto".
El fiscal general, Tarek William Saab, informó que dos policías de Táchira fueron detenidos y "serán severamente sancionados ante esta violación" de los derechos humanos.
El hecho se produce en medio de la conmoción causada por la muerte, el sábado, del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, detenido por su presunta vinculación en un plan para asesinar al dictador Nicolás Maduro.
"Le arruinaron la vida, mi hijo se quiere morir", declaró a periodistas la madre del estudiante, que reparaba celulares para ayudar en los gastos de su casa.
Denunció además que desde hace tres meses no cuentan con servicio de gas.
"Estamos en dictadura, por reclamar por una bombona de gas lo dejaron sin visión. Mi sobrino no quiere vivir", afirmó el tío del adolescente, William Parada.
El general Jesús Arteaga, director de la Policía de Táchira, sostuvo por su parte que se trata de "un hecho aislado". "Repudiamos este hecho de dos funcionarios (…) en ningún momento violamos los derechos humanos", dijo en rueda de prensa, justificando el violento accionar de las fuerzas de seguridad chavistas.
Las deficiencias en la distribución de gas -monopolizada por el régimen a través de la estatal petrolera PDVSA- se han acentuado en el último año en varios estados del país, dando lugar a recurrentes protestas.
En lo que va de 2019 la ONG Observatorio Venezolano de Conflictos (OVCS) "ha contabilizado 416 protestas solo por este servicio".
Táchira, al igual que la mayoría de las regiones del interior del país, registra frecuentes apagones que se han recrudecido desde marzo, así como dificultades en el surtido de combustible y agua.
Infobae
Adriana Parada, madre de Rufo Antonio Chacón Parada, el joven venezolano de 16 años que perdió sus ojos tras recibir disparos de perdigones por la policía en una protesta contra la dictadura de Nicolás Maduro, pidió "justicia" por su hijo, en un caso condenado por la oposición e investigado por la justicia.
"Quiero justicia, justicia, justicia", repetía este martes Adriana, a las afueras del hospital de San Cristóbal, la capital de Táchira, donde su hijo es atendido, de acuerdo a lo informado por la agencia AFP.
Según Parada, de 36 años, el joven participaba en una manifestación el lunes en la localidad de Táriba -a 10 minutos de San Cristóbal- cuando fue impactado en el rostro con perdigones de goma que dispararon efectivos policiales.
"Mi hijo perdió los ojos solo por ayudarme a pedir el gas que necesitamos", lamentó entre sollozos.
El médico Luis Ramírez, a la cabeza del equipo de especialistas que asistió a Rufo, confirmó que "el niño recibió 52 disparos perdigones en el rostro, lo que hizo que posteriormente perdiera completamente su visión".
Los funcionarios dispararon "a quemarropa" a menos de un metro de los manifestantes, dijo el diputado del consejo legislativo regional, Juan Carlos Palencia.
"No nos acostumbraremos, no dejaremos de llamarlos asesinos", aseguró el presidente interino Juan Guaidó -reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países-, al tildar lo ocurrido como un "sádico acto".
El fiscal general, Tarek William Saab, informó que dos policías de Táchira fueron detenidos y "serán severamente sancionados ante esta violación" de los derechos humanos.
El hecho se produce en medio de la conmoción causada por la muerte, el sábado, del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, detenido por su presunta vinculación en un plan para asesinar al dictador Nicolás Maduro.
"Le arruinaron la vida, mi hijo se quiere morir", declaró a periodistas la madre del estudiante, que reparaba celulares para ayudar en los gastos de su casa.
Denunció además que desde hace tres meses no cuentan con servicio de gas.
"Estamos en dictadura, por reclamar por una bombona de gas lo dejaron sin visión. Mi sobrino no quiere vivir", afirmó el tío del adolescente, William Parada.
El general Jesús Arteaga, director de la Policía de Táchira, sostuvo por su parte que se trata de "un hecho aislado". "Repudiamos este hecho de dos funcionarios (…) en ningún momento violamos los derechos humanos", dijo en rueda de prensa, justificando el violento accionar de las fuerzas de seguridad chavistas.
Las deficiencias en la distribución de gas -monopolizada por el régimen a través de la estatal petrolera PDVSA- se han acentuado en el último año en varios estados del país, dando lugar a recurrentes protestas.
En lo que va de 2019 la ONG Observatorio Venezolano de Conflictos (OVCS) "ha contabilizado 416 protestas solo por este servicio".
Táchira, al igual que la mayoría de las regiones del interior del país, registra frecuentes apagones que se han recrudecido desde marzo, así como dificultades en el surtido de combustible y agua.