Cristopher Figuera, ex jefe del servicio chavista de inteligencia: "Nicolás Maduro le ordenó a la guerrilla del ELN que me matara"
El militar contó que el dictador venezolano quiso asesinarlo y reveló detalles oscuros del régimen chavista
Infobae
Manuel Cristopher Figuera rompió con el régimen de Nicolás Maduro y hoy se encuentra refugiado en Estados Unidos, donde prometió dar detalles de los manejos oscuros del chavismo. El general cuenta con mucha información gracias a una carrera militar de casi tres décadas.
En diálogo con el periódico español ABC, contó que Maduro le ordenó a la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) que lo asesinara y también dijo que el dictador debe abandonar el poder.
"Recibí información de una persona que cooperaba con los servicios de inteligencia y me dijo que una guerrilla, el ELN, tenía la orden de darme de baja", manifestó.
Sostuvo que lo más grave de lo que ocurre en Venezuela "es el secuestro al que está sometida la ciudadanía, que tiene que salir huyendo por miles. En este momento hay cinco millones de venezolanos fuera del país que salieron a tratar de sobrevivir y ganar algo de dinero para enviar a los familiares que se quedaron. Una persona que gana el salario mínimo no es capaz de comprarse un par de zapatos con una mensualidad. Eso es una tragedia porque esa persona está secuestrada. Los mismos militares que están allí saben que su familia está padeciendo las mismas cosas que padece cualquier ciudadano".
Figuera fue el responsable del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) desde octubre de 2018 hasta el pasado 30 de abril, día en que decidió apoyar a Juan Guaidó, presidente interino del país.
Preguntado por la cárcel de El Helicoide, afirmó que le dijo a Maduro que "eso era un centro de extorsión y secuestro", pero que se podía corregir porque dentro hay gente válida. "Yo le planteé algunas soluciones y él me ordenó jubilar a algunos comisarios", recalcó.
Luego reconoció que el Sebin espía a los opositores porque Maduro lo diseñó así con vistas de mantenerse en el poder.
Cuando ABC le preguntó si estuvo implicado en el plan del 30 de abril para propiciar un cambio en Venezuela, no dudó: "Me sumé a un plan en el que antes había otras personas. Y a estas alturas sigue habiendo muchas personas en ese plan, pero hoy están aterrorizadas. Creo que yo fui el último en incorporarme. Me sumé cuando se negociaba hacer una ley del perdón, algo parecido al proceso transicional que vivió Sudáfrica cuando Nelson Mandela fue puesto en libertad".
A estas alturas sigue habiendo muchas personas en ese plan, pero hoy están aterrorizadas
Para Figueras, el plan 30 de abril no triunfó por "las ambiciones" de Maikel Moreno, el presidente de la Corte Suprema chavista. "Él quería ser el presidente de la transición, mantenerse por espacio de tres años o tres años y medio, nombrar al ministro de Interior y Justicia y nombrar al Fiscal General y también presidente del Tribunal Supremo", contó. Además, reveló que Moreno llegó a pedir 100 millones de dólares por firmar una sentencia que reconociera a Guaidó. "Él estaba pidiendo a los testaferros involucrados en la negociación ese monto de dinero", aseguró.
A principios de mes, en diálogo con The Associated Press, dijo que Maduro quería arrestar a la madre de Guaidó. Cuando Figuera le comentó que padecía cáncer, entonces pensaron en Roberto Marrero, un estrecho colaborador de Guaidó arrestado desde marzo por presuntamente encabezar una "célula terrorista" dedicada a perpetrar asesinatos.
"¿Qué hago para meterlo preso?", recordó el general haber preguntado a Maduro durante una tensa reunión celebrada en Fuerte Tiuna menos de 72 horas antes de la detención de Marrero. "Me dijo: 'Eso no es mi problema. Mételo preso, siémbrale armas. Ve qué haces'".
Figuera sugirió pedirle armas al ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, pero Maduro le ordenó acudir a otro general al que pidió a la agencia AP no identificar por nombre para proteger su seguridad.
"Así se hizo", dijo el venezolano. "Se hizo un equipo multidisciplinario, (ese general) sembró las armas, facilitó ese procedimiento y después yo desde la dirección del Sebin, se hizo la aprehensión".
Por lo que denomina su "corresponsabilidad" en el arresto de Marrero y otras detenciones arbitrarias, Cristopher Figuera espera algún día comparecer como testigo ante la Corte Penal Internacional, que mantiene una investigación preliminar sobre presuntos crímenes de lesa humanidad perpetrados por el régimen de Maduro, denunciados por varios países latinoamericanos, Francia y Canadá.
Sin embargo, el general asegura dormir tranquilo porque nunca ordenó o participó en actos de tortura, aún cuando otros organismos de seguridad le requerían ocasionalmente recibir detenidos prominentes que habían recibido golpizas.
Durante los seis meses que estuvo al frente del Sebin, dijo haber mejorado las condiciones de reclusión en la prisión llamada el Helicoide, donde permanecen opositores de renombre y los prisioneros tienen más acceso a abogados y médicos.
Cristopher Figuera también mencionó que en diciembre de 2018 liberó a cerca de 70 personas que permanecían retenidas debido a que las boletas de excarcelación se incumplían, a veces durante más de un año, a cambio de cuantiosas sumas de dinero.
"Antes de mi llegada, eso era un centro de extorsión y secuestro", indicó. "Traté de cambiarlo, pero es una cultura que no es fácil".
No obstante, admitió haber seguido fielmente instrucciones de espiar -en persona, vía telefónica o electrónica- a cerca de 40 opositores, y de rendirle informes a Maduro cada dos horas sobre sus movimientos.
Cristopher Figuera aún se considera chavista -por su admiración al fallecido presidente Hugo Chávez- y la relación con sus nuevos aliados en la oposición puede ser accidentada. Por ejemplo, él rechazó las denuncias opositoras de que Cuba mantiene 25.000 agentes en Venezuela y aseguró que la cifra real se acerca más a 15.000, en su mayoría médicos destacados en retribución al petróleo que la isla comunista recibe del país sudamericano.
De todas formas, sí admitió el fuerte nexo con el régimen cubano: "Con Raúl Castro se comunican frecuentemente. Yo he visto cómo Maduro le coge el teléfono y para hasta reuniones por ello".
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Manuel Cristopher Figuera rompió con el régimen de Nicolás Maduro y hoy se encuentra refugiado en Estados Unidos, donde prometió dar detalles de los manejos oscuros del chavismo. El general cuenta con mucha información gracias a una carrera militar de casi tres décadas.
En diálogo con el periódico español ABC, contó que Maduro le ordenó a la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) que lo asesinara y también dijo que el dictador debe abandonar el poder.
"Recibí información de una persona que cooperaba con los servicios de inteligencia y me dijo que una guerrilla, el ELN, tenía la orden de darme de baja", manifestó.
Sostuvo que lo más grave de lo que ocurre en Venezuela "es el secuestro al que está sometida la ciudadanía, que tiene que salir huyendo por miles. En este momento hay cinco millones de venezolanos fuera del país que salieron a tratar de sobrevivir y ganar algo de dinero para enviar a los familiares que se quedaron. Una persona que gana el salario mínimo no es capaz de comprarse un par de zapatos con una mensualidad. Eso es una tragedia porque esa persona está secuestrada. Los mismos militares que están allí saben que su familia está padeciendo las mismas cosas que padece cualquier ciudadano".
Figuera fue el responsable del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) desde octubre de 2018 hasta el pasado 30 de abril, día en que decidió apoyar a Juan Guaidó, presidente interino del país.
Preguntado por la cárcel de El Helicoide, afirmó que le dijo a Maduro que "eso era un centro de extorsión y secuestro", pero que se podía corregir porque dentro hay gente válida. "Yo le planteé algunas soluciones y él me ordenó jubilar a algunos comisarios", recalcó.
Luego reconoció que el Sebin espía a los opositores porque Maduro lo diseñó así con vistas de mantenerse en el poder.
Cuando ABC le preguntó si estuvo implicado en el plan del 30 de abril para propiciar un cambio en Venezuela, no dudó: "Me sumé a un plan en el que antes había otras personas. Y a estas alturas sigue habiendo muchas personas en ese plan, pero hoy están aterrorizadas. Creo que yo fui el último en incorporarme. Me sumé cuando se negociaba hacer una ley del perdón, algo parecido al proceso transicional que vivió Sudáfrica cuando Nelson Mandela fue puesto en libertad".
A estas alturas sigue habiendo muchas personas en ese plan, pero hoy están aterrorizadas
Para Figueras, el plan 30 de abril no triunfó por "las ambiciones" de Maikel Moreno, el presidente de la Corte Suprema chavista. "Él quería ser el presidente de la transición, mantenerse por espacio de tres años o tres años y medio, nombrar al ministro de Interior y Justicia y nombrar al Fiscal General y también presidente del Tribunal Supremo", contó. Además, reveló que Moreno llegó a pedir 100 millones de dólares por firmar una sentencia que reconociera a Guaidó. "Él estaba pidiendo a los testaferros involucrados en la negociación ese monto de dinero", aseguró.
A principios de mes, en diálogo con The Associated Press, dijo que Maduro quería arrestar a la madre de Guaidó. Cuando Figuera le comentó que padecía cáncer, entonces pensaron en Roberto Marrero, un estrecho colaborador de Guaidó arrestado desde marzo por presuntamente encabezar una "célula terrorista" dedicada a perpetrar asesinatos.
"¿Qué hago para meterlo preso?", recordó el general haber preguntado a Maduro durante una tensa reunión celebrada en Fuerte Tiuna menos de 72 horas antes de la detención de Marrero. "Me dijo: 'Eso no es mi problema. Mételo preso, siémbrale armas. Ve qué haces'".
Figuera sugirió pedirle armas al ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, pero Maduro le ordenó acudir a otro general al que pidió a la agencia AP no identificar por nombre para proteger su seguridad.
"Así se hizo", dijo el venezolano. "Se hizo un equipo multidisciplinario, (ese general) sembró las armas, facilitó ese procedimiento y después yo desde la dirección del Sebin, se hizo la aprehensión".
Por lo que denomina su "corresponsabilidad" en el arresto de Marrero y otras detenciones arbitrarias, Cristopher Figuera espera algún día comparecer como testigo ante la Corte Penal Internacional, que mantiene una investigación preliminar sobre presuntos crímenes de lesa humanidad perpetrados por el régimen de Maduro, denunciados por varios países latinoamericanos, Francia y Canadá.
Sin embargo, el general asegura dormir tranquilo porque nunca ordenó o participó en actos de tortura, aún cuando otros organismos de seguridad le requerían ocasionalmente recibir detenidos prominentes que habían recibido golpizas.
Durante los seis meses que estuvo al frente del Sebin, dijo haber mejorado las condiciones de reclusión en la prisión llamada el Helicoide, donde permanecen opositores de renombre y los prisioneros tienen más acceso a abogados y médicos.
Cristopher Figuera también mencionó que en diciembre de 2018 liberó a cerca de 70 personas que permanecían retenidas debido a que las boletas de excarcelación se incumplían, a veces durante más de un año, a cambio de cuantiosas sumas de dinero.
"Antes de mi llegada, eso era un centro de extorsión y secuestro", indicó. "Traté de cambiarlo, pero es una cultura que no es fácil".
No obstante, admitió haber seguido fielmente instrucciones de espiar -en persona, vía telefónica o electrónica- a cerca de 40 opositores, y de rendirle informes a Maduro cada dos horas sobre sus movimientos.
Cristopher Figuera aún se considera chavista -por su admiración al fallecido presidente Hugo Chávez- y la relación con sus nuevos aliados en la oposición puede ser accidentada. Por ejemplo, él rechazó las denuncias opositoras de que Cuba mantiene 25.000 agentes en Venezuela y aseguró que la cifra real se acerca más a 15.000, en su mayoría médicos destacados en retribución al petróleo que la isla comunista recibe del país sudamericano.
De todas formas, sí admitió el fuerte nexo con el régimen cubano: "Con Raúl Castro se comunican frecuentemente. Yo he visto cómo Maduro le coge el teléfono y para hasta reuniones por ello".