Cárteles narco, una sicaria y cómplices prófugos: los hilos sueltos en el caso de los dos israelíes asesinados en la Plaza Artz Pedregal
Las primeras versiones apuntaban a un crimen pasional, pero en la medida que avanzan las investigaciones, declaraciones y la revisión de videos existen una serie de elementos que según analistas en seguridad hacen que el caso apunte más allá que a una venganza del crimen organizado
Juliana Fregoso
Desde Ciudad de México
La imagen de Esperanza Gutiérrez Rojano le dio la vuelta al mundo en menos de 24 horas como la mujer que había conocido a un hombre en Facebook y, después de descubrir que le era infiel, decidió dispararle a él y a su acompañante en un restaurante desatando una balacera en el centro comercial Artz Pedregal, al sur de la Ciudad de México.
En su huida se deshizo de una peluca rubia y de parte de la ropa que llevaba puesta para intentar pasar desapercibida ante la policía. Posteriormente, las autoridades informaron que los dos hombres asesinados eran Alon Azulay, de 41 años, y Benjamín Yeshurun Sutchi, de 44 años, ciudadanos israelíes que ya contaban con antecedentes criminales en los dos países.
La última actualización de la policía capitalina apunta a que el crimen estaría relacionado "con arreglos con la mafia israelí" y la mexicana relacionados con el tráfico de drogas y armas, según el vocero de la Procuraduría de Justicia de Ciudad de México (PJCDMX), Ulises Lara López.
Sin embargo, a pesar de que ya existe un móvil que despierta menos dudas que el primero, analistas en temas de seguridad señalan que aún existen ideas que no quedan claras sobre estos hechos.
El primero es el tema de por qué usar una sicaria para este tipo de tarea.
Aunque la mujer, ya detenida e identificada como "Esperanza N", para efectos legales, cambió su versión y aseguró que no se trató de un crimen pasional sino que le habían pagada 5.000 pesos mexicanos (USD 262) para ejecutar el crimen, aquí el tema es por qué ella.
"Estamos hablando de una mujer que sobresale en su ocupación en ese aspecto, no se me ocurre otra razón por la cuál contrates una mujer como sicario y esto es muy interesante porque los tiros fueron muy certeros y no lastimó a nadie más. Vacía el arma y huye, no va corriendo para no llamar la atención. Va caminando rápidamente en contraflujo vehicular que sabes que así es más difícil que te atrapen, es decir, esta mujer sabía perfectamente cómo actuar y ese es el tema, ¿quién es ella?", dijo a Infobae México Alexei Chevez Silveti, consultor en seguridad.
Advierte que las primeras declaraciones de la mujer en torno a un crimen pasional tienen sentido, ya que si este hubiera sido el caso, la sentencia, en caso de ser hallada culpable, sería menor.
Otro de las dudas expresadas por Chevez es que las armas usadas, tanto por la mujer, como por los hombre que la acompañaban -entre dos y cuatro- son capaces de traspasar los chalecos antibalas, como los fusiles de asalto que llevaban sus acompañantes.
Por otro lado, testimonios y videos muestran que poco antes que la mujer dispara a sus objetivos en el restaurante, al menos dos hombres dispararon adentro del centro comercial y luego huyeron.
"Estamos hablando de una acción concertada por un comando profesional… La precisión quirúrgica con la que se realizó denota un alto grado de capacitación", expresó.
Destacó el hecho de que los dos asesinados no portarán armas, a pesar de ser buscados por la justicia de ambos países y que tampoco contaran con un equipo de seguridad que los estuviera cubriendo afuera del restaurante donde fueron asesinados, es otro de los hilos sueltos.
Aunque bien es cierto que por su condición de extranjeros no podían portar armas, sí cuestionó por qué tratándose de hombres con antecedentes penales y lazos con el crimen organizado, consideraran que en México no era necesario tener un aparato de seguridad.
El hecho de que uno de los ejecutados, Benjamín Yeshurun Sutchi, haya tenido nexos criminales en países como Colombia y Venezuela, puede llevar la investigación más allá de las fronteras de México, señaló en entrevista Carlos Rodríguez Ulloa del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede).
Por un lado, si el móvil fue el tráfico de drogas, los cárteles mexicanos que tienen nexos con las mafias que operan en Israel son el Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa, expresó.
Pero si el trasfondo fue el tráfico de armas, la investigación podrían incluso llegar a Centroamérica.
"Si el tema es el tráfico de armas, les quedaron mal con mercancía, o si no fueron armas puede tratarse de algún sistema de comunicación", observó.
Un punto adicional que resaltó Rodríguez Ulloa es el hecho de que la pistola Glock 9mm usada por la mujer no tenga fabricante en el país, hasta ahora, se sabe que los cárteles que fabrican armamento son el CJNG y Los Zetas.
Leer: Lo conoció en Facebook, se enamoró y cuando se enteró que le era infiel provocó un tiroteo en centro comercial
Un tema recurrente durante las primeras declaraciones que rindió Esperanza ante las autoridades fue el de la alcaldía Tláhuac, en Ciudad de México. No sólo se dijo originaria de este lugar sino que también señaló que aquí había comprado el arma.
"No hay que olvidar lo que pasó en Tláhuac hace un par de años -cuando la Marina entró a la zona, en 2017, y en un tiroteo perdió la vida Felipe de Jesús Pérez Luna 'El Ojos', líder del Cartel de Tláhuac, quien durante años aterrorizó la zona.
Leer: Los delitos de los que se acusa a los dos israelíes asesinados en un centro comercial en México
Esta relación mostraría el surgimiento de nuevas células criminales luego del desmantelamiento de este cártel que operaba en la capital, observó el analista.
Nuevos testimonios señalan que el intercambio de disparos en plaza Artz Pedregal duró unos 10 minutos, pero hasta ahora, Esperanza seguía rindiendo declaración después de más de 24 horas de su detención. Las autoridades de la capital investigan la participación de al menos otras cuatro personas y el destino del auto Versa color azul en el que huyeron dos de los cómplices.
Juliana Fregoso
Desde Ciudad de México
La imagen de Esperanza Gutiérrez Rojano le dio la vuelta al mundo en menos de 24 horas como la mujer que había conocido a un hombre en Facebook y, después de descubrir que le era infiel, decidió dispararle a él y a su acompañante en un restaurante desatando una balacera en el centro comercial Artz Pedregal, al sur de la Ciudad de México.
En su huida se deshizo de una peluca rubia y de parte de la ropa que llevaba puesta para intentar pasar desapercibida ante la policía. Posteriormente, las autoridades informaron que los dos hombres asesinados eran Alon Azulay, de 41 años, y Benjamín Yeshurun Sutchi, de 44 años, ciudadanos israelíes que ya contaban con antecedentes criminales en los dos países.
La última actualización de la policía capitalina apunta a que el crimen estaría relacionado "con arreglos con la mafia israelí" y la mexicana relacionados con el tráfico de drogas y armas, según el vocero de la Procuraduría de Justicia de Ciudad de México (PJCDMX), Ulises Lara López.
Sin embargo, a pesar de que ya existe un móvil que despierta menos dudas que el primero, analistas en temas de seguridad señalan que aún existen ideas que no quedan claras sobre estos hechos.
El primero es el tema de por qué usar una sicaria para este tipo de tarea.
Aunque la mujer, ya detenida e identificada como "Esperanza N", para efectos legales, cambió su versión y aseguró que no se trató de un crimen pasional sino que le habían pagada 5.000 pesos mexicanos (USD 262) para ejecutar el crimen, aquí el tema es por qué ella.
"Estamos hablando de una mujer que sobresale en su ocupación en ese aspecto, no se me ocurre otra razón por la cuál contrates una mujer como sicario y esto es muy interesante porque los tiros fueron muy certeros y no lastimó a nadie más. Vacía el arma y huye, no va corriendo para no llamar la atención. Va caminando rápidamente en contraflujo vehicular que sabes que así es más difícil que te atrapen, es decir, esta mujer sabía perfectamente cómo actuar y ese es el tema, ¿quién es ella?", dijo a Infobae México Alexei Chevez Silveti, consultor en seguridad.
Advierte que las primeras declaraciones de la mujer en torno a un crimen pasional tienen sentido, ya que si este hubiera sido el caso, la sentencia, en caso de ser hallada culpable, sería menor.
Otro de las dudas expresadas por Chevez es que las armas usadas, tanto por la mujer, como por los hombre que la acompañaban -entre dos y cuatro- son capaces de traspasar los chalecos antibalas, como los fusiles de asalto que llevaban sus acompañantes.
Por otro lado, testimonios y videos muestran que poco antes que la mujer dispara a sus objetivos en el restaurante, al menos dos hombres dispararon adentro del centro comercial y luego huyeron.
"Estamos hablando de una acción concertada por un comando profesional… La precisión quirúrgica con la que se realizó denota un alto grado de capacitación", expresó.
Destacó el hecho de que los dos asesinados no portarán armas, a pesar de ser buscados por la justicia de ambos países y que tampoco contaran con un equipo de seguridad que los estuviera cubriendo afuera del restaurante donde fueron asesinados, es otro de los hilos sueltos.
Aunque bien es cierto que por su condición de extranjeros no podían portar armas, sí cuestionó por qué tratándose de hombres con antecedentes penales y lazos con el crimen organizado, consideraran que en México no era necesario tener un aparato de seguridad.
El hecho de que uno de los ejecutados, Benjamín Yeshurun Sutchi, haya tenido nexos criminales en países como Colombia y Venezuela, puede llevar la investigación más allá de las fronteras de México, señaló en entrevista Carlos Rodríguez Ulloa del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede).
Por un lado, si el móvil fue el tráfico de drogas, los cárteles mexicanos que tienen nexos con las mafias que operan en Israel son el Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa, expresó.
Pero si el trasfondo fue el tráfico de armas, la investigación podrían incluso llegar a Centroamérica.
"Si el tema es el tráfico de armas, les quedaron mal con mercancía, o si no fueron armas puede tratarse de algún sistema de comunicación", observó.
Un punto adicional que resaltó Rodríguez Ulloa es el hecho de que la pistola Glock 9mm usada por la mujer no tenga fabricante en el país, hasta ahora, se sabe que los cárteles que fabrican armamento son el CJNG y Los Zetas.
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Un tema recurrente durante las primeras declaraciones que rindió Esperanza ante las autoridades fue el de la alcaldía Tláhuac, en Ciudad de México. No sólo se dijo originaria de este lugar sino que también señaló que aquí había comprado el arma.
"No hay que olvidar lo que pasó en Tláhuac hace un par de años -cuando la Marina entró a la zona, en 2017, y en un tiroteo perdió la vida Felipe de Jesús Pérez Luna 'El Ojos', líder del Cartel de Tláhuac, quien durante años aterrorizó la zona.
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Esta relación mostraría el surgimiento de nuevas células criminales luego del desmantelamiento de este cártel que operaba en la capital, observó el analista.
Nuevos testimonios señalan que el intercambio de disparos en plaza Artz Pedregal duró unos 10 minutos, pero hasta ahora, Esperanza seguía rindiendo declaración después de más de 24 horas de su detención. Las autoridades de la capital investigan la participación de al menos otras cuatro personas y el destino del auto Versa color azul en el que huyeron dos de los cómplices.