Argelia, campeón de la Copa de África 29 años después

Un gol de Bounedjah en el minuto dos da la segunda Copa de África de su historia a la selección argelina. Senegal peleó hasta el final pero no consiguió marcar.

Ignacio Camacho
As
Como ya ocurrió en la final de la Champions, un gol tempranero hizo de la final de la Copa de África un partido insulso, sin gracia, que hizo justicia a un torneo que ha dejado más decepciones que buenos recuerdos. En ella, Argelia recuperó la corona del continente africano 29 años después de lograr su primer título.


Los argelinos ganaron el partido desde antes del pitido inicial. La superioridad de su afición en las gradas les hicieron sentirse como equipo local. El Gobierno de Argelia compró la mayoría de las entradas y las regaló a sus aficionados para contentar a una nación que vive en un estado de protesta constante desde hace meses. Con el apoyo de la mayoría del estadio, Bounedjah tardó dos minutos en abrir el marcador y convertir el Internacional de El Cairo en una hervidero. El delantero del Al Sadd chutó desde la frontal del área y su disparo se desvió al tocar en la pierna de Sané, lo que provocó una parábola imposible que sorprendió a Gomis, que, incrédulo por el efecto del balón, se quedó clavado.

El jarro de agua fría hizo que Senegal, poco acostumbrada a dominar, tomara la iniciativa del juego en busca del empate. Las arrancadas de Mané ponían en aprietos a la zaga argelina, pero el del Liverpool echó de menos más talento a su alrededor. El empuje y el carácter de los leones de Teranga no fue suficiente para intimidar a M’Bolhi, que vivió una primera parte de lo más tranquila. Tan sólo un disparo lejano de Niang que rozó la escuadra puso en vilo a la selección norteafricana en los primeros 45 minutos.

La segunda parte comenzó con lío. El camerunés Alioum señaló penalti por mano de Guedioura, que tenía el brazo pegado al cuerpo cuando el balón le tocó en el codo. Por suerte para Argelia y para la CAF, cuestionada por el mal uso del videoarbitraje en el continente, el VAR corrigió al árbitro ante las protestas de los senegaleses. El susto no cambió los planes de Argelia, el equipo que al ritmo de Mahrez, ayer desaparecido, había practicado el mejor fútbol del torneo. Conocedores de que la posesión no es el mejor amigo de Senegal, los zorros del desierto renegaron del balón y priorizaron que Mané, Niang y compañía no encontraran espacios para correr. Argelia resistió el envite. Sufrió, pero, finalmente, se coronó Rey de África.

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