Rueda y Gareca callan las críticas con el pase de Chile y Perú a semifinales
Fernando Gimeno
Porto Alegre, EFE
El pase de Chile y Perú a las semifinales de la Copa América, donde protagonizarán un nuevo Clásico del Pacífico, ha cortado las críticas que sus respectivos seleccionadores, el colombiano Reinaldo Rueda y el argentino Ricardo Gareca, arrastraban por malos resultados previos.
Tanto el uno como el otro estaban obligados a que sus equipos tuviesen una buena actuación en la Copa América después de haber encadenado una serie de resultados irregulares en los amistosos previos al torneo, y lo han conseguido recurriendo a los jugadores que siempre han dado la talla en ambas selecciones.
Rueda, que asumió la dirección de Chile hace año y medio tras el fracaso de no alcanzar el Mundial, había dirigido a la Roja en trece encuentros amistosos, con un registro de 5 victorias, 4 empates y 4 derrotas, lo que le hizo ganarse las críticas por el futuro de un equipo que debía defender el título de campeón en la Copa América.
Gareca, al que se le considera el gran artífice de la histórica clasificación de Perú para el Mundial de 2018, venía de una dura resaca de la Copa del Mundo donde solo había podido ganar 3 de los 10 amistosos disputados por la Blanquirroja desde entonces, con un saldo de 6 derrotas y 1 empate.
En el caso del argentino las críticas estallaron con la humillante goleada padecida por Perú ante Brasil (0-5) en la fase de grupos de la Copa América, que por primera vez en más de tres años tenían como blanco a la figura del seleccionador, ampliamente respetado en Perú e incluso hasta venerado.
Los dos técnicos se tomaron los doce meses previos a la Copa América como un periodo de pruebas donde encontrar nuevas fórmulas que le permitiesen variar la receta exitosa que tienen los dos equipos en forma de un once titular muy fácil de recitar de memoria.
Sin embargo, esas pruebas, que en el caso de Rueda tuvieron a más de 50 jugadores diferentes, no dieron buenos resultados y tanto el colombiano como el argentino han recurrido a los hombres de siempre para hacer un buen papel en la Copa América.
Rueda ha usado la columna vertebral de la selección chilena que ganó las dos últimas Copas América, a excepción del portero Claudio Bravo.
Le surtió efecto al recuperar la mejor versión de Arturo Vidal y otros experimentados jugadores de la misma generación como Gary Medel, Gonzalo Jara, Mauricio Isla, Charles Aránguiz, Jean Beausejour y Alexis Sánchez, todos ellos de no menos de 30 años.
Así Chile volvió a mostrarse competitiva y mantiene vivo el sueño de revalidar el título y conseguir su tercera Copa América consecutiva, un hito que solo ha logrado en la historia Argentina en las ediciones de 1945, 1946 y 1947.
Por su parte, Gareca recuperó al capitán y máximo goleador de la selección peruana, Paolo Guerrero, que desde que concluyó el Mundial estuvo suspendido para terminar de cumplir la sanción de 14 meses de inhabilitación que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) le impuso por un caso de dopaje involuntario.
El argentino tampoco arriesgó y siguió confiando a ciegas en la dupla de centrocampistas formada por Renato Tapia y Yoshimar Yotún, que son su principal garantía dentro de la cancha.
Superado el desliz de la goleada de Brasil, el combinado peruano le planteó un partido tosco y correoso a Uruguay, de la que se defendió con uñas y dientes para llegar a los penaltis y así alcanzar las semifinales por tercera vez en las últimas cuatro ediciones de la Copa América.
No es la primera vez que Gareca pasa por un momento crítico en la selección de Perú, pues a mitad de las eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018 estuvo muy cuestionado, pero el equipo comenzó a sumar resultados y remontar puestos hasta devolver a la Blanquirroja a una Copa del Mundo después de 36 años.
Ahora, el reconocimiento para ambos entrenadores será todavía mayor si alcanzan la final del 7 de julio en el Estadio Maracaná, pues los dos se quedaron a las puertas de ella la única vez que han llegado anteriormente a esa instancia. Rueda lo hizo con Colombia en la Copa América de 2004 y Gareca con Perú en la de 2015.
Porto Alegre, EFE
El pase de Chile y Perú a las semifinales de la Copa América, donde protagonizarán un nuevo Clásico del Pacífico, ha cortado las críticas que sus respectivos seleccionadores, el colombiano Reinaldo Rueda y el argentino Ricardo Gareca, arrastraban por malos resultados previos.
Tanto el uno como el otro estaban obligados a que sus equipos tuviesen una buena actuación en la Copa América después de haber encadenado una serie de resultados irregulares en los amistosos previos al torneo, y lo han conseguido recurriendo a los jugadores que siempre han dado la talla en ambas selecciones.
Rueda, que asumió la dirección de Chile hace año y medio tras el fracaso de no alcanzar el Mundial, había dirigido a la Roja en trece encuentros amistosos, con un registro de 5 victorias, 4 empates y 4 derrotas, lo que le hizo ganarse las críticas por el futuro de un equipo que debía defender el título de campeón en la Copa América.
Gareca, al que se le considera el gran artífice de la histórica clasificación de Perú para el Mundial de 2018, venía de una dura resaca de la Copa del Mundo donde solo había podido ganar 3 de los 10 amistosos disputados por la Blanquirroja desde entonces, con un saldo de 6 derrotas y 1 empate.
En el caso del argentino las críticas estallaron con la humillante goleada padecida por Perú ante Brasil (0-5) en la fase de grupos de la Copa América, que por primera vez en más de tres años tenían como blanco a la figura del seleccionador, ampliamente respetado en Perú e incluso hasta venerado.
Los dos técnicos se tomaron los doce meses previos a la Copa América como un periodo de pruebas donde encontrar nuevas fórmulas que le permitiesen variar la receta exitosa que tienen los dos equipos en forma de un once titular muy fácil de recitar de memoria.
Sin embargo, esas pruebas, que en el caso de Rueda tuvieron a más de 50 jugadores diferentes, no dieron buenos resultados y tanto el colombiano como el argentino han recurrido a los hombres de siempre para hacer un buen papel en la Copa América.
Rueda ha usado la columna vertebral de la selección chilena que ganó las dos últimas Copas América, a excepción del portero Claudio Bravo.
Le surtió efecto al recuperar la mejor versión de Arturo Vidal y otros experimentados jugadores de la misma generación como Gary Medel, Gonzalo Jara, Mauricio Isla, Charles Aránguiz, Jean Beausejour y Alexis Sánchez, todos ellos de no menos de 30 años.
Así Chile volvió a mostrarse competitiva y mantiene vivo el sueño de revalidar el título y conseguir su tercera Copa América consecutiva, un hito que solo ha logrado en la historia Argentina en las ediciones de 1945, 1946 y 1947.
Por su parte, Gareca recuperó al capitán y máximo goleador de la selección peruana, Paolo Guerrero, que desde que concluyó el Mundial estuvo suspendido para terminar de cumplir la sanción de 14 meses de inhabilitación que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) le impuso por un caso de dopaje involuntario.
El argentino tampoco arriesgó y siguió confiando a ciegas en la dupla de centrocampistas formada por Renato Tapia y Yoshimar Yotún, que son su principal garantía dentro de la cancha.
Superado el desliz de la goleada de Brasil, el combinado peruano le planteó un partido tosco y correoso a Uruguay, de la que se defendió con uñas y dientes para llegar a los penaltis y así alcanzar las semifinales por tercera vez en las últimas cuatro ediciones de la Copa América.
No es la primera vez que Gareca pasa por un momento crítico en la selección de Perú, pues a mitad de las eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018 estuvo muy cuestionado, pero el equipo comenzó a sumar resultados y remontar puestos hasta devolver a la Blanquirroja a una Copa del Mundo después de 36 años.
Ahora, el reconocimiento para ambos entrenadores será todavía mayor si alcanzan la final del 7 de julio en el Estadio Maracaná, pues los dos se quedaron a las puertas de ella la única vez que han llegado anteriormente a esa instancia. Rueda lo hizo con Colombia en la Copa América de 2004 y Gareca con Perú en la de 2015.