ROLAND GARROS / Thiem rompe los pronósticos y jugará otra final contra Nadal

Thiem demostró que es, junto a Nadal, el mejor jugador de tierra del momento y venció a Djokovic, que se queda sin poder ganar cuatro Grand Slams seguidos por segunda vez.

Nacho Albarrán
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Casi todo el mundo había apostado por una final Nadal-Djokovic en Roland Garros. Jugadores, exjugadores, analistas e incluso rivales la habían vaticinado, pero no será ese el partido por el título, sino el mismo que en 2018. El español la jugará contra el austriaco Dominic Thiem (25 años), que volvió a vencer a Novak Djokovic (32) en el Grand Slam parisino, como había hecho en los cuartos de final de 2017. Pero esta derrota (6-2, 3-6, 7-5, 5-7 y 7-5 en 4h:13) en dos capítulos, que empezó el viernes y acabó este sábado por culpa de la lluvia, fue mucho más dolorosa para el serbio, que venía con carrerilla para ganar por segunda vez en su carrera los cuatro majors de manera consecutiva. Ya no podrá hacerlo y la oportunidad de acortar la ventaja de títulos que tienen sobre él (15) Federer (20) y Nadal (17 y con opción de 18) se le esfuma hasta Wimbledon. No peligra el número uno.


Thiem dio otro paso más al frente para ser considerado como un gran jugador, sobre todo en tierra. Lleva cuatro años seguidos llegando, como mínimo, a las semifinales en Francia y ahora repetirá final, como Nadal, y como hicieron antes otras figuras: el propio Djokovic, Federer, Ferrero, Kuerten, Bruguera, Agassi, Lendl… Entre esos grandes nombres ya está el suyo. Es el más estable y capaz de los aspirantes fuera del Big Three. Lo malo es que a esta nueva oportunidad llegará con más desgaste, porque será su cuarto día seguido de juego tras un duelo a cinco sets cuya reanudación se extendió, también por la lluvia, desde las 12:00 hasta las 16:03.

Ambos sabían que el inicio de la continuación (con 6-2, 3-6 y 3-1 para Thiem) sería clave y Djokovic salió a morder. De hecho, estuvo a punto de quebrar a la primera el servicio de austriaco, que ganó ese envite y vio el segundo, aunque esta vez lo perdió. Con el parcial igualado, sufrió mucho para intentar frenar el empuje desatado del serbio y lo hizo con geniales dejadas y derechazos brutales ante las subidas mal escogidas de su rival. Presionado siempre por los restos de Nole, Dominic aguantó con bravura y restando con el viento a favor se echó encima de Djokovic, embolicado por un aviso que le señaló el juez de silla catalán Jaume Campistol por demorar el saque (“¿Has jugado alguna vez al tenis? Te has hecho un nombre con esto”, le espetó), y aprovechó el cuarto punto de set para adelantarse en el marcador.

No se iba a rendir el número uno y tomó ventaja en la cuarta manga tras un par de subidas, esta vez sí, acertadas. Thiem, con mano firme y precisa, recuperó el break con un revés que tras tocar la red, pasó por encima del balcánico, que no se hundió y reaccionó con furia para adelantarse de nuevo. Parecía tener el asunto controlado cuando el cuarto del ranking se apuntó otro quiebre que no supo consolidar en la fase más loca y menos ordenada del partido, en la que hubo cinco breaks. Con cara de pocos amigos, Djokovic salvó los muebles y llevó el duelo al quinto set.

Thiem demostró arrojó y fuerza mental para resistir ante uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Tuvo punto de rotura para ponerse con 2-0, luego salvó uno de Novak en su turno y al resto en el siguiente juego volvió a tomar ventaja. La consolidó y con 4-1 y un 0-40 a su favor, dejó muy tocado a su oponente, que fue salvado de nuevo por la lluvia, como el viernes, cuando intentaba remontar esas tres bolas de break. Una hora y diez minutos después, continuó el partido con polémica por un punto de Thiem que Djokovic daba por malo. Aun así retuvo su saque y se fue a por el de su enemigo con subidas kamikaze a la red (35/71, 49% en total). Recuperó y con 30-0 para igualar cometió una doble falta y dos errores garrafales, uno el revés y otro con el drive, que le pusieron en bandeja la victoria a Dominic. El miedo le bloqueó cuando la tenía más cerca, desperdició dos bolas de partido con su servicio y no pudo arreglarlo al resto al primer intento en medio de una montaña rusa de fallos por ambas partes. Lo hizo a la segunda tras un gazapo de Nole y con un drive cruzado ganador tremendo. Un gran triunfo en un partido épico y precioso.

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